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miércoles, marzo 27, 2019

COMPUTERCHEMIST: VOLCAN DREAMS


COMPUTERCHEMIST: VOLCAN DREAMS (2019, DAVE PEARSON) 


1.      Volcan plain 12:03
2.      Through the volcan forest at dusk 10:08
3.      Volcan sea 15:31 
4.      Valley of modulation 06:45
5.      Subsonic volcan flight 14:55

Dave Pearson: módulos Volca, teclados, programación de secuenciadores
Zsolt Galántai: batería en 4
Chris Gill: guitarras en 1

En un excelente ejercicio de devolver la grandeza desde un punto de vista actual a la denominada Escuela Berlinesa, o rock cósmico o espacial con enlaces directos al jazz, Dave Pearson se ha armado con sus módulos analógicos Volca y desde Hungría, su base de operaciones, ha lanzado un trabajo a la antigua usanza.
Un trabajo hecho con mucho sentimiento y más dedicación, sin la utilización de programas digitales, con el único, y no es poco, objetivo de regalarnos una música plena de sentimiento forjada desde los elementos armónicos y las melodías: acordes y acompañamientos que son el auténtico armazón de una música hecha con el corazón, el alma y mucho, mucho esfuerzo.
El resultado, en el que han colaborado en una u otra medida, tanto Zsolt Galantai (batería en uno de los temas)  como Chris Gill (guitarrista de Band of Rain en otro), es cálido, elegante y sublime. Temas que avanzan implacablemente por el universo Computerchemist y que nos relatan la existencia ficticia de un universo que el británico magiar recorre, como si de un viaje se tratara, desde su inicio hasta su excelente y decisivo capítulo final. Un estímulo continuo para los sentidos en el que el autor crea y visualiza un inexplorado mundo llamado Volcan (en alusión directa a sus mini sintetizadores Korg Vulca, totalmente analógicos), que sirve como excusa perfecta para plasmar las impresiones que el misterioso lugar imprime en un hipotético visitante por primera vez.
Música de otro planeta, tal y como sugiere Dave, en el que se visualizan imaginariamente exuberantes selvas tropicales y vastos océanos, conformando un trabajo que hay que ir escuchando y saboreando en sus distintos capítulos-experiencias que concluyen, como en un círculo perfecto, en una experiencia sensitiva sugerida por la exploración de distintos paisajes musicales.
El trabajo, artesano en estos tiempos que corren, se grabó sin sintetizadores virtuales de ninguna clase ni efectos generados artificialmente, utilizando, en tiempo real, únicamente un ordenador como sistema de grabación. Este primer trabajo analógico tras veinte años de tecnología ha supuesto una gran inversión económica para el músico, pero el resultado ha sido totalmente agradecido y generoso.
Si te volaron la cabeza aquellos que en buena parte de los setenta te hicieron vislumbrar un universo de sensaciones, tú sabes de quiénes hablo, sin duda que este Volcan Dreams es una más que una agradable y necesaria sorpresa para tus sentidos. No tengas miedo, compra un billete para el siguiente vuelo a Volcan. Me lo agradecerás.