Es difícil hablar del progresivo español de los años sesenta, puesto que el contexto social y político, dominado por la dictadura de Franco, no favorecía, de ninguna manera, el desarrollo de actividades culturales y artísticas libres que salieran del interior de una sociedad, que adoptaba una actitud reaccionaria que dominaba el país. Por eso queda claro que la música “moderna”, en cualquiera de sus manifestaciones más “progresistas”, no era apoyada por el régimen. Tan sólo, me atrevo a asegurar, un puñado de artistas eran bien vistos en la España del 600, y eso porque estaban relacionados con el turismo, gran fuente de ingreso en un país retrógrado y mediatizado. De todas formas, como en toda situación parecida, existió un querer salir adelante por parte de gentes que, difícilmente, se enteraba de que afuera vivía una cultura de los jóvenes, un movimiento cultural que predicaba el amor, una cultura que rendía homenaje al cannabis... ahí estaban París, la Costa Oeste americana, Londres, Holanda... y se empezaron a escuchar, tímidamente, palabras como psicodelia, light show, ácido, viaje... exploración, en definitiva.
A España, con cierto retraso llegaron estos ecos de más allá de la barrera física y moral que suponían los Pirineo con respecto a Europa, o el Atlántico que nos separaba irremediablemente de América, por lo que el rock progresivo como tal, no empezaría a desarrollarse en España, y de manera muy primitiva, hasta finales de la década que nos ocupa.
Voy a tratar de citar una serie de gente, para información general, de grupos españoles de este periodo, teniendo en cuenta que a ninguno de ellos se le puede definir como progresivo. Más bien se trata de gente que puso la semilla para que el verdadero rock progresivo o sinfónico echara sus raíces en los años setenta, historia que nos ocupará en otro momento.
En España en los sesenta, encontramos un seudo progresivo con grupos realmente increíbles. Uno de los grupos con un historial importante serían
Lone Star, procedentes del área de Cataluña, cuyos conciertos en directo alcanzarían gran repercusión, sobre todo cuando fusionaban con su música lo que algunos dieron en llamar
jazz. Estaban muy influenciados por la música americana y grabaron versiones de todo tipo, como “Celia”, “Ella te quiere”, “Rezaré” de John Lennon, “América”, etc... La formación básica era la de Pedro Gene (Barcelona, 1937), cantante y líder del grupo, Juan Miró (Tarragona, 1945), guitarra solista, Carlos Pétriz (Barcelona, 1945), bajo (con anterioridad en grupos como
Los Ticanos y
Los Blue Star), y Enrique López (Albacete, 1939), batería. Todos ellos eran profesionales antes de formar este grupo. Hacia 1969 comenzaría su eclipse y, aunque siguieron hasta bien entrados los setenta, no lograron remontar su decadente reputación. Su último gran éxito fue una versión de “Layla” (Eric Clapton) en 1970. Su discografía es amplia y se remonta hasta los noventa (con inmensos vacíos en los ochenta) con el renacimiento del grupo con actuaciones esporádicas y con sus miembros totalmente renovados, incluyendo a Teddy Bautista (Canarios) en sus filas durante la gira de 1996 por los escenarios españoles.
Otro grupo interesante fueron
Los Pasos, que provenían de la disolución de tres grupos:
Los Sonor,
Los Flaps y Los Diablos Rojos, de los que, respectivamente, provenían José Luis González (Joe), Luis Enrique Bazán y Joaquín Torres. A ellos se les unieron Álvaro Nieto, que provenía de varios grupos de la zona sevillana como
Mercurys,
Players y
X-5, Martín Careaga (San Sebastián, 1945) e Ignacio González Pesquera. Primero ficharon con Alain Milhaud y luego con el sello Hispavox. En medio de innumerables problemas, consiguieron sacar sus primeros
discos (La Motocicleta) y desde entonces grabaron regularmente alcanzando éxitos notables. Al principio grababan temas de otra gente, como Manolo Díaz, pero más tarde grabaron composiciones propias como “Nací de pie”, “Anouschka”, “Primavera en la ciudad”, “Lluvia en la estación”, “Habibi” (tema humorístico seudo árabe) o “Te quiero porque te quiero”. Todos temas fueron orquestados y su interpretación era magnífica, tendiendo, eso sí, a la comercialidad. González Pesquera se separó del grupo y se convirtió en un contratista de músicos, grabando, posteriormente, como solista, bajo el nombre de
César.
Los Sonor, grupo antes citado, se formó en 1960 de la mano de Carlos Guitart von Rein (Málaga, 1941), quien estuvo con anterioridad en Los Flecos y más tarde trabajó en la compañía Movieplay, ocupándose de grupos como
Almas Humildes y
Nuestro Pequeño Mundo. Manuel Escobar (Madrid, 1943) era la voz solista y reapareció en 1968 en solitario como
Emmanuel y, más tarde, en 1970, como
Manolo Escobar (nada que ver con el del carro). Manolo Díaz (Oviedo,1942) sustituyó tempranamente a Fernando, que provenía de Los Mágicos. Manolo abandonó a Los Sonor en 1963 dejando el puesto a Antonio Martínez (más tarde fundador de
Los Bravos). Manolo marchó a Liberia, donde formaría
The Mad Ones y, más tarde, ya en España,
Los Polaris. Alain Milhaud utilizó sus composiciones para grupos como
Los Pasos y
Los Bravos y lanzó un LP suyo grabado en Francia. Otro miembro fundador de
Los Sonor fue José Luis González González (Joe), nacido en Madrid en 1943, que fue quien formaría, como ya sabemos,
Los Pasos. Cuando se fue Manolo Díaz entró Antonio Martínez Salas (Madrid, 1944). En 1963, entraron en Los Sonor Jorge Matey Fernández (Madrid, 1945), uno de los mejores baterías de la zona centro, y que pasó más tarde a formar parte de
Los Pekeniques al disolverse Los Sonor. También ingresaría en el grupo Manuel Fernández Aparicio (Madrid, 1942) haciéndose cargo del piano y del órgano, pasando más tarde a
Los Bravos cuando los propios
Sonor y
Runaways se fusionaron. En pleno triunfo de aquél grupo, Fernández Aparicio se suicidó como consecuencia de la muerte en accidente de tráfico de su esposa, accidente del que se consideraba culpable.
Los Canarios, originalmente
Los Ídolos, que cambiaron su nombre en 1975 cuando llegaron a Madrid, haciéndose llamar entonces
The Canaries, procedían de las islas Canarias y habían residido algunos meses en Estados Unidos. El grupo estaba formado por seis u ocho personas, según qué épocas: Eduardo (Teddy) Bautista (1944), Rafael Izquierdo (1943), Germán Pérez (1944), José Luzardo (1944), Joaquín González, Félix Sierra (1947) y los hermanos Alfredo y Vicente Maiques. Teddy y Germán habían empezado a cantar a los diecisiete años y en 1963 ya eran profesionales. En 1965, tras actuar en las bases militares norteamericanas establecidas en España, fueron contratados durante un año aproximadamente para actuar en los Estados Unidos. Su éxito, “Pippermint frappé”, fue superado más tarde por “Get on you knees”, encabezando así las listas españolas. El grupo descansó durante una temporada mientras Teddy cumplía su servicio militar, y fue sustituido en esa época por Pedro Rui-Blas. Al regresar Teddy lanzaron
Libérate,
Reaction y
Extra, Extra, consolidando al grupo como uno de los más avanzados del país. En abril de 1972, Teddy lanza su primer disco en solitario y en el verano del mismo año se queda solo en el grupo. Fue entonces cuando empezaría a tr
abajar con sintetizadores y llamaría a su lado a varios músicos para dar a conocer su obra maestra,
Ciclos, un álbum totalmente progresivo, creo que el mejor de España, basado en
Las Cuatro Estaciones de Vivaldi. Teddy ha seguido unido a la música, tanto como artista, publicando algún trabajo de nuevas músicas, como productor y presidente de la Sociedad General de Autores de España (SGAE). También editó un trabajo junto a Pepe Robles, ex Los Módulos, titulado
Radioactividad, y apareció como teclista en el directo de los madrileños Leño.
www.youtube.com/watch?v=H9fYypE4lqY Conexión era un grupo que se formó en 1968 y que cantaban en inglés, salvo su éxito en español “Un mundo sin amor”. Procedían de varios grupos y sus componentes eran Rafael López (Murcia, 1946), y Serafín Alberca (Ciudad Real, 1947) a las trompetas; Luis Cobos –el famoso director de orquesta- (Ciudad Real, 1948), saxo, flauta, piano y composición y arreglos; Alfredo Lozoya (Toledo, 1945), bajo; Ernesto Herrero (Madrid, 1950) en la batería; Rafael Ríos (Córdoba, 1945), guitarra solista; Danny McKanlly (Nicaragua, 1942), voz; y Luis Miguel Fornes (1944) al órgano. En 1973 conseguirían su mayor éxito, “Harmony”. Luis Miguel Fornes aparecería posteriormente como miembro de la banda
Dolores, como teclista de
Miguel Ríos en los setenta y como miembro de la banda progresiva andaluza
Guadalquivir.
Evolution, quinteto catalán de finales de los sesenta, varios de cuyos miembros formaron anteriormente The Vampires, publicarían en su primer LP un interesante tema titulado “Fresh Garbage”. Posteriormente editarían un LP conformado por versiones de grupos progresivos ingleses, pero no tuvieron la repercusión que se merecían.
Fusioon, a pesar de editar sus discos en los setenta, se formaron a finales de los sesenta. Hicieron un sencillo que se tituló “No hay habitación para...” y, posteriormente, publicaron un LP de instrumentales populares españoles titulado, sencillamente,
Fusioon. Era un grupo claramente influido por el rock sinfónico de la época (ELP, Pink Floyd), como se aprecia en
Minorisa. Contaba en sus filas con el teclista Manel Camp, actualmente experimentado arreglista y profesor del Taller de Música, el batería Santi Arisa (actualmente en Pegasus) y el guitarrista Martí Brunet.
Galaxia era un grupo sevillano formado por José Luis Granados (21-12-1946), José Fernández (8-9-1949), José Manuel Sánchez Granados (12-2-1947), Manuel Garrido Granados (9-1-1950) y Andrés Pascual Herrera (3-8-1950). Intentaron la renovación del flamenco a través de la corriente progresiva inglesa. Lograron algún tema de interés, como “La noticia” o “Caminando”, pero pronto se disolverían (1972). Más tarde reaparecerían con el nombre de
Flamenco, haciendo rock andaluz y editando un disco titulado
Anda Jaleo.
Los Módulos, grupo formado en 1969 por Pepe Robles, voz y guitarras, Emilio Bueno, bajo, Tomás Bohorque, teclados, y Juan Antonio García, batería y violín, editarían en 1969
Realidad. El single extraído del álbum, “Todo tiene su fin”, fue el más vendido en España en aquel año. Posteriormente grabarían los LPs progresivos
Variaciones y
Plenitud, con algún que otro matiz comercial propio de la época, pero con profundas raíces progresivo sinfónicas.
Máquina, al igual que Fusioon, desarrolló su labor más destacable a finales de los sesenta y principios de los setenta. Máquina tenía un estilo más experimental y difícil, como se puede apreciar en discos como
Why? o
Máquina en Directe (1970). Contaba en sus filas con el guitarrista Josep
María París, más tarde elemento destacado en el llamado
roc laietá de los setenta, y con el teclista Enric Herrera.
Son muchos más los grupos de los que se podría hablar, pero muchos de ellos tienen historias oscuras y perdidas en el tiempo, por lo que sería muy fácil perder todo el rigor histórico e informativo al hablar de ellos, pero no podemos olvidar grupos de la zona de Cataluña a finales de los sesenta como
Om, con el famoso guitarrista Toti Soler, o
Jarka, con el pianista Jordi Sabatés. Sin embargo, los grupos más sinfónicos catalanes, desarrollaron sus trabajos a mediados de los 70 y, entre ellos, cabe destacar a
Gotic y, sobre todo,
Atila, el más puramente sinfónico.
Tampoco puedo acabar sin nombrar a elementos como
Cerebrum, catalanes también, de la
zona de Barcelona aunque con algunos miembros nacidos en Madrid, con un primer disco titulado
Eagle Death; o
Smash, formados en 1969 con una interpretación pop muy personal del flamenco; o
Vértice, progresivos con muy poca vida; o incluso los mallorquines
Zebra, donde militaba el hermano de Jon Anderson (Yes), un tanto horteras, pero progresivos.
Como epílogo solo resta decir que ésta es una mera aproximación a los orígenes del rock progresivo en España, santo país. Pero realmente, el género eclosionaría con la nueva década, tardíamente y cuando el rock progresivo en Europa desaparecía. Las mejores obras se publicarían una vez defenestrado el género en su país de origen, lo cual, una vez más, demuestra que en nuestra piel de toro, vamos un paso por detrás. Por lo menos hasta la llegada de la democracia.
Autor: José Luis Martínez
Publicado originalmente en la revista Atropos, en octubre de 1997
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