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sábado, mayo 11, 2013

GREG LAKE HABLA SOBRE VARIAS ANÉCDOTAS EN LA CARRERA DE EMERSON, LAKE AND PALMER



En una reciente entrevista concedida a Songfacts, el bajista y cantante de Emerson, Lake & Palmer, habla sobre su último trabajo, Songs of a Lifetime, y desgrana varias curiosidades en su trayectoria con el trío durante su etapa más clásica.
Greg incluso admite que no tiene ni idea que significa el número 9 en la famosa suite “Karn Evil 9”, además de compartir con los lectores sus diversas influencias, tal y como el artista se dirigía a su audiencia en la gira en solitario del mismo nombre del álbum editado. Reconoce la influencia de los Beatles, concretamente con John Lennon, Elvis o Bob Dylan, entre otros.
También cuenta cómo el grupo compró, literalmente, un cine en Londres para, desde el escenario, componer el álbum Brain Salad Surgery, y poder representarlo sin necesidades de sonidos añadidos. El objeto era poder tocar el álbum como trío, sin necesidad de añadir fases pregrabadas, porque el grupo se dio cuenta que con Trilogy esto no era posible porque habían incluido muchas más pistas que tres músicos pudieran tocar en directo.
En otro momento de la entrevista Greg afirma que él no intervino en las letras de King Crimson y que se limitó a algunos versos, porque principalmente fue labor de Pete Sinfield, con el que posteriormente colaboraría, tanto en ELP como en solitario.
En un momento determinado, y ante la pregunta de qué había sido la cosa más extraña que le hubiera pasado con ELP, el bajista responde, y traduzco literalmente: “Es difícil de contestar. He visto toda clase de cosas. He visto a gente morir de un ataque al corazón. Pero hubo un día que fuimos a tocar a Bolonia, en Italia. Nos habían contratado para tocar en el campo de fútbol de la ciudad y el promotor nos dijo: ‘No tenéis que traer vuestro propio escenario ni vuestras luces porque yo lo haré.’ Le dijimos, ‘No, no, preferimos traer nuestro equipo porque, para serte honestos, no estamos seguros de si aparecerás con todo o no.’ Él nos dijo, ‘No, no. Lo juro por la vida de mi madre. Estaré allí, no os preocupéis que todo irá bien.’ Así que bien. Fuimos a Bolonia y cogimos un coche hasta el estadio el día del concierto. Llegamos hacia las dos de la tarde y no había escenario. Ni luces. Ni sistemas de megafonía ni de sonido. No había nada. Sólo un campo de fútbol vacío. Es que no estaba ni el promotor. Así que nos dijimos, ‘¿Qué pasa aquí? ¿Nos hemos equivocado de día o qué?... No, no el día es éste.’ Algunas personas ya habían empezado a llegar al estadio. Estaban formando una fila en el exterior para poder entrar a las dos de la tarde. El concierto no era hasta las siete, así que dijimos, ‘Vamos a llamar al promotor por teléfono.’ Intentamos contactar con él por teléfono, pero no estaba en su oficinal. Así que ¿dónde podía estar? Ah, está en un restaurante, allí está. Porque en Italia, ¿adónde se va la gente a comer? A un restaurante.
Enviamos a nuestros road managers por toda Bolonia a que buscaran en todos los restaurantes hasta que lo encontraron. Nos lo trajeron al estadio y estaba blanco como un fantasma. Le dijimos: ‘¿Dónde está el escenario? ¿Dónde están las luces?’ Respondió: ‘Oh, Dios mío.’ Resulta que había vendido las entradas para el día correcto, pero contrató el escenario y las luces para otro día. Había equivocado las fechas. En medio del pánico llamó a una empresa constructora. Los operarios vinieron a la carrera, levantaron los andamiajes con tablones y esas cosas, pero ya era muy tarde para las luces, así que tocamos con las luces del estadio. De todos modos, al público le encantó la actuación y se vendió todo el aforo. El grupo tocó muy bien.
Al final de concierto, Carl Palmer solía hacer su solo de batería y tanto Keith como yo nos quedábamos a ambos lados del escenario y esperábamos una señal para regresar. Mientras estaba allí, el promotor se me acercó y me puso la mano en el hombro. ‘No me toques,’ le dije. Estaba enfadado. Me dijo: ‘No, no, no. Cuando veas lo que he hecho para vosotros, me perdonarás.’ Me quedé pensando en qué habría hecho. ¿Qué tenía? ¿Bailarinas? No sabía lo que estaba tramando. En ese momento Carl Palmer nos hace una señal y regresamos para terminar el concierto. Empezamos a tocar la música, era “Rondo” concretamente, y de repente, entre mis piernas sale volando un cohete. No uno de esos caseros, no, sino un cohete de esos chinos con mortero y todo. Pasó volando a toda pastilla entre mis piernas hacia la audiencia y explotó. Una fracción de segundo después, todo el escenario estalló entre fuegos artificiales. Todo el escenario estaba lleno de fuegos artificiales dando vueltas, explotando… cascadas de llamas que salían de todas partes. La sorpresa que nos había preparado era un espectáculo de fuegos artificiales que había estado montando durante la actuación. Dimos un concierto de unas dos horas y mientras, construyó todo el artefacto. Lo hizo sobre los andamios. Cuando lo encendieron, todo cayó sobre el escenario. Fue algo increible.
Todos esos cohetes descomunales salían volando hacia la gente y explotaban. Podías ver a la gente corriendo por todos lados. Increíblemente, creo, nadie salió herido. Estaban tan lejos que vieron lo que se les venía encima y todos corrían para esconderse. Esas malditas cosas te golpeaban la espalda y explotaban y nadie acabó herido. Fue un fiasco en el sentido estricto de la palabra.
Esa fue una de las cosas más increíbles que he visto en mi vida, pero ha habido muchas más. Podría estar toda la noche contándote cosas. Pasaban muchas cosas en muchos momentos, pero, con la retrospectiva del tiempo, esta es una de las más divertidas. En aquel momento no me parecieron tan divertidas, porque cuando estás en el escenario te imaginas a la gente ardiendo. Ves cómo los fuegos artificiales explotan sobre la audiencia y te viene una visión horrible de las secuelas. Los conciertos que, como este, se van de la mano pueden tener un resultado fatal, así que de verdad que no es muy divertido hasta que ves que nadie ha salido perjudicado. Todo acabó bien y el promotor se lamentó por todo lo sucedido. Pero, tal y como se dice, esto es el rock and roll.”

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