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martes, julio 09, 2019

ZYTOSPACE: WÜSTE LAND


ZYTOSPACE: WÜSTE LAND

(2019 VERLAG SYSTEM/MUSIC2DREAM/TORACIC)


1. Das Totenamt/Sermon des feuers 33:19
2. Chroniken des Lichts/Was der Donner Sagte 30:22

Giron: Vermona Perfourmer, Dreadbox Abyss y Erebus, Make Noise 0 Coast, Novation K Station, Korg Microsampler, Koma Field kit, Electribe 2 and Monotribe 
Miguel A. Ruiz: Behringer Model D, Clavia Micromodular, Waldorf Streichfett, Korg DW8000, Modal 001, Roland Strings, Kawai 100F, Memotron, órgano, Tape echo.

La unión de dos investigadores que bucean en los océanos sensoriales para describir paisajes sonoros, ha dado como resultado un disco lleno de ambientes irrepetibles e infinitos, que exploran mil y una sensaciones para construir un sonido honesto y exquisitamente elaborado.
Zytospace es la nave en la que estos dos experimentados músicos, por una parte, Miguel A. Ruiz,  desde los ochenta creando ambientes desde la electrónica experimental, y por otra, Tomás F. Girón, consolidando su propuesta desde esencias progresivas y espaciales, recorren ambientes desde un punto de vista actual, pero pergeñado en los gloriosos setenta del siglo pasado.
Tomando como excusa aquella escuela Berlinesa electrónica, pero sin desdeñar propuestas ambientales desarrolladas en base a un poderoso, pero sensitivo, arsenal de teclados analógicos, los dos músicos madrileños nos tocan la fibra, desde la belleza formal, con desarrollos verdaderamente descriptivos a base de sonidos, efectos, melodías, imaginación y mucho sentimiento, corazón y alma.
Dos temas, de más de media hora cada uno, conforman el universo de Wüste Land, un universo, en mi opinión, nada árido sino rico en propuestas para que el oyente desarrolle su imaginación y evoque su particular historia personal.
Estamos ante un disco refinado y notable, recordatorio, como digo, de aquellos que primero se atrevieron a planear por el universo, pero con componentes propios en su estilo: melodías catedralicias, entroncadas en lo occidental y construidas de modo sucesivo, además de ritmos secuenciados que recuerdan los incesantes movimientos de la Naturaleza y, por encima de todo, calidez que define este trabajo de principio a final, dando esa sensación de unidad que pocos transmisores saben definir.
Seguramente habrá quien lo etiquete mejor que yo, pero la degustación de este enorme trabajo, coherente de principio a fin, trasmite desenlaces cadenciosos a través de desarrollos puramente hipnóticos y cósmicos que no son sino una metáfora de lo que es el vibrante viaje de la vida.

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