Cuando Steven Wilson decidió dar
a su nuevo proyecto el amplio y complejo sonido de sus álbumes de rock
favoritos supo a quién iba a llamar: Alan Parsons. Mucho antes de que fundara
su banda, Alan Parsons Project, Parsons era un ingeniero al que continuamente
demandaban su labor y llegó a trabajar en el Abbey Road de los Beatles o el
Dark Side of the Moon de Pink Floyd, entre muchos otros. Por eso, Wilson llamó
directamente, incluso sin conocerlo, a Alan para que fuera él quien se encargara de
trabajar en el sonido general de The Raven Who Refused to Sing (and Other
Stories), de próximo lanzamiento el 25 de febrero de este año a través de
Kscope.
Parsons dice que “no nos conocimos
hasta el primer día de la grabación. Habíamos mantenido contacto a través de
Skype hablando de muchas cosas. Pero, en realidad, nos conocimos el primer día
de la grabación.”
Lo que quería Wilson, que estaba
trabajando en su tercer proyecto en solitario al margen de Porcupine Tree, era
muy sencillo: “Quería un sonido retro. En mi opinión estaba saturado de las técnicas
de grabación modernas y de los sonidos modernos. Quería a alguien que tuviera
experiencia en grabaciones de los setenta o los ochenta.”
Ni que decir que todo tiene un
límite, puesto que no grabaron en cintas, tal y como Parsons hacía en los
viejos tiempos: “Creo que fue lo único que no fue retro. Lo grabamos con
ProTools. La mayor parte se grabó sobre las demos de Steven. La estructura básica
de los temas ya venía de su parte. También había hecho la mayoría de las partes
vocales. Así que tuvimos una gran ventaja a la hora de ensamblar la música con
esas voces tan maravillosas. Fue un auténtico lujo.”
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