La D es de Dream Theater, sin duda, una de las
agrupaciones de metal progresivo de mayor éxito mundial, que en sus principios sonaban
como una especie de cruce entre Metallica y Rush, pero que con el transcurso de
los años ha evolucionado a un sonido progresivo cada vez mayor. No es habitual
que una banda progresiva actual tenga tantos éxitos en las listas de ventas, hayan pertenecido a un sello mayor como Atlantic y, en la actualidad, con los indies Roadrunner.
Pero la letra D no tendría
sentido sin el Dark Side of the Moon, el legendario sexto álbum que Pink Floyd
publicó en 1973 y que lanzó a la banda al estrellato mundial sin concesiones. Un
tratado conceptual sobre la vida, la muerte y la fragilidad mental (quizá en un
primer guiño a la figura de su fundador Syd Barrett, que se enfatizaría más en el siguiente Wish You Were Here), que pasó más de dos años consecutivos en el
Billboard.
Pero este espacio no puede dejar
de rendir tributo a Deep Purple, unos pioneros del heavy que coqueteaban a
menudo con posturas más propias del rock progresivo, ni con todos esos grupos
progresivos italianos como Delirium, Deus Ex Machina, los irreverentes Devil
Doll, los maestros de la fusión Dedalus, los tullianos y blueseros Dalton, los
poperos Dik Dik que se atrevieron con una Suite per una Donna Assolutamente Relativa
o los elegantes Duello Madre.
Tampoco, pese a dejar muchos
fuera, quiero terminar sin dejar de citar a los Decamps al frente de uno de
los grupos icónicos del progresivo francés, Ange.
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