El supertrío de rock progresivo
nunca se caracterizó por su moderación, ni en su complejidad ni en su
ejecución musical, ni tampoco por sus desmesurados conciertos en directo. En particular,
su teclista, Keith Emerson, fue un llamativo y exuberante músico en vivo, pero
sus extravagancias en el escenario le podían haber costado su carrera el 2 de
febrero de 1973, cuando se lesionó sus manos en un accidente pirotécnico.
La innovadora fusión de música clásica,
jazz y rock situaron a Emerson a la vanguardia de los teclistas de rock
progresivo en los setenta, pero fueron sus estimulantes actuaciones en directo,
en las que con frecuencia se presentaba con ropa poco habitual y acuchillaba sus teclados con cuchillos, lo que hicieron a ELP un grupo fascinante que había
que ver en vivo. En esta ocasión sus teclados estaban manipulados para que
explotaran como parte de ese espectáculo visual. Pero la sincronización de la
pirotecnia falló y el teclado explotó antes de tiempo, alcanzando la deflagración a su botella de vino e hiriendo a Keith en sus
dos manos.
No quiero decir que el alcohol
estuviera involucrado en este error de cálculo, en absoluto, podéis ver imágenes
y videos del grupo en los setenta y comprobaréis que en muchos de ellos no había
una botella en los teclados.
Por fortuna, Emerson pudo salir
sin sufrir lesiones que amenazaran su vida, lo cual fue un milagro teniendo en
cuenta las ropas que solía vestir que, particularmente, no daban sensación de
estar preparadas para una combustión lenta. El legendario músico es un 'hombre
afortunado' ya que no salió quemado como un montón de trapos impregnados en aceite y se recuperó completamente para seguir deleitando al público y
ofendiendo a los críticos de rock durante muchos años.
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