Sin ninguna duda que la letra E
es para Emerson, Lake & Palmer, el supergrupo formado por Keith Emerson
(Nice), teclados, Greg Lake (King Crimson), bajo, y Carl Palmer (Crazy World of
Arthur Brown, Atomic Rooster). Desde su gran actuación consagrada en el no
menos consagrado festival que se celebró en la Isla de Wight, el trío es una de las mayores
bandas del planeta, aunque el celebérrimo John Peel dijera en sus últimos días
que eran un “desperdicio de electricidad.” Conocidos por su virtuosismo fuera
de lugar, fueron el objetivo de las iras del movimiento punk por lo que denominaron excesos,
tanto en estudio como en directo. Una maravilla, por otro lado. Qué mala es la envidia.
También hay cabida para The Enid,
el rock sinfónico más clásico, en su sentido literal y etimológico, liderados
por el excéntrico maestro Robert John Godfrey, que ya empezaría a experimentar
con el rock progresivo en el primer álbum de otros clásicos, Barclay James
Harvest.
No se puede olvidar el trabajo de
grupos como Earth and Fire, unos maravillosos músicos de Holanda con unos
trabajos inmemorables e inmensos, quizá poco reconocidos, o East, prolíficos húngaros
y creadores de una obra maestra tras otra, o los inconmensurables Echolyn,
herederos directos de Gentle Giant, con reciente álbum, y qué álbum, en las
estanterías de quien se precie seguidor del género.
Muchos, muchísimos grupos como
los excelentes Ego on the Rocks, que siguieron la estela de su nave nodriza, mis queridísimos
Eloy (otro imprescindible en esta sección), con su Acid in Wonderland de 1981.
Ekseption, o la música clásica hecha rock, con el inefable y llorado Rick van
der Linden rodeado de mil y una teclas. Electric Light Orchestra, la versión
sinfónica, o sympho rock, de los Beatles, y sus falsetes inolvidables en sus
melodías eternas. Los vascos Enbor y su folk progresivo de raíces. Los Empire del recientemente desaparecido Peter Banks, fundador de Yes (y los italianos del mismo nombre). O esa hornada
gloriosa que fueron grupos como Epidaurus, Epitaph, Epidermis o Eroc, llegados
desde Alemania, tierra de gloriosos momentos progresivos.
Brian Eno, Ethos, Eulenspyegel,
Esquixada Sniff, Esperanto, Espíritu… todos Enormes. También los que tú estás
pensando que me he olvidado. Espabílame.
(Entrada dedicada a mi nueva y gran amiga Nuria. Gracias por estar ahí)
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