Los números unidos al Dark Side of the Moon son bastante
impresionantes. Más de cincuenta millones de copias vendidas en todo el mundo…
Quince años consecutivos en la lista de álbumes de la Billboard… Continuamente
clasificados entre los diez mejores álbumes de todos los tiempos en todas las
encuestas… Pero los logros de Pink Floyd con su octavo álbum en estudio fueron
más allá. En cierto modo, con su álbum de 1973 cambiaron la manera de escuchar un
álbum. Cuarenta años después de su publicación no ha existido un mejor viaje,
por lo menos legal, que este disco.
Tras la marcha de Syd Barrett, la
dirección que Pink Floyd tomó fue un tanto distinta. Los influjos psicodélicos
todavía permanecían en ciertos aspectos, pero la música se volvió más
consistente y embriagadora. Incluso resistió el paso del tiempo de una manera
que Barrett nunca hubiera podido imaginar. A lo largo de una serie de
grabaciones, que se hicieron cada vez más complejas y exploradoras, los cuatro
miembros del grupo conectaron sus vivencias personales con la música de la era
espacial.
Todo lo que les llevó a la
composición de The Dark Side of the Moon
no fue más que un trabajo de preparación. Con esta obra de cuarenta y tres minutos,
Pink Floyd dio a luz una obra maestra sobre la muerte, la locura y los
problemas que la posguerra acarreó a aquellos que alcanzaron su mayoría de edad
en la década de los cincuenta. En cierto modo, fue un homenaje a Barrett, cuyas
crisis mentales eran bien conocidas y estaban documentadas en aquel momento.
Pero también fue un tributo a una generación de veinteañeros que buscaban
razones y propósitos en su vida. The Dark
Side of the Moon no tenía las respuestas, lo mejor que pudo mostrar fue un
menosprecio a la locura que rodeaba el mundo. Y quizá con eso bastara.
Pero las diez canciones que
conformaban el álbum aterrizaron con una fuerza brutal. Desde los latidos
inciales de “Speak to me” a la comunión de alma y mente de “Elipse”, consiguió
establecerse como uno de los discos icónicos del siglo, uno de esos discos a
los que no se accedía por la radio, aunque “Money” casi lograra un número uno.
Uno de esos trabajos que se convirtió en un pilar comercial para el resto de la
década. Su influencia todavía resuena indirecta (podemos pensar en Radiohead y
su complejidad musical) y directamente (los Flaming Lips, por ejemplo, han
versionado el disco en su totalidad) en los artistas y músicos de la
actualidad. Estableció a Pink Floyd para el resto de su carrera. Hizo que su
escucha se convirtiera en un lujo necesario. Es el equivalente sonoro a 2001: Una Odisea en el Espacio. Y
todavía, hoy día, sigue maravillando.
Seguro que todos vosotros habéis
escuchado The Dark Side of the Moon
un montón de veces. Tantas que seguramente podréis recitar de memoria no sólo
cada verso sino cada latido, cada golpe de reloj, cada sonido de las cajas
registradoras. Pero, ¿cuánto se sabe en realidad de este referente del rock
progresivo cuando estamos celebrando su cuadragésimo aniversario este mismo
mes? Probablemente estemos ante el álbum de la década de los setenta y aquí
encontraréis cuarenta cosas que deberíais saber de esta grabación.
Los miembros del grupo decidieron la portada del disco en tres minutos.
Storm Thorgerson, el diseñador,
llevó siete bocetos a los estudios de Abbey Road donde el grupo estaba todavía
grabando el álbum. Tal y como recuerda el propio Storm: “se arremolinaron
viendo los diseños, se miraron entre sí, asintieron y dijeron: ‘ese’, mientras
señalaban el prisma.” En 2003, Thorgerson, concreto aún más: “Aunque me hubiera
empeñado en uno de los diseños, nunca lo hubieran considerado. No esperaron ni
a la explicación del prisma ni lo que podía parecer. ‘Es ese’, contestaron al
unísono, ‘tenemos que volver al trabajo’, y subieron las escaleras que les
llevaban al estudio.”
Uno de los diseños que descartaron era un superhéroe de la Marvel.
Imaginaos qué distinto hubiéramos
pensado en el álbum si los Floyd hubieran expresado su interés en una de las
ideas alternativas de Thorgerson: Silver Surfer (en España, Estela Plateada).
El grupo odiaba las portadas con fotos de ellos.
En 2003, David Gilmour contó en
una entrevista en la revista Rolling Stone que: “cuando Storm nos mostró todas
las ideas que traía, no hubo ninguna duda. Fue, ‘es esa’. Es una portada
maravillosa. Uno puede pensar tras ese primer momento de brillantez, ‘Bueno, es
una idea muy comercial: es escueta y sencilla. Se verá bien en los escaparates
de las tiendas.’ No era el típico retrato de cuatro tipos en el campo. Eso no
pasó desapercibido para nosotros.”
Richard Wright se empeñó en que la portada no tuviera ninguna
fotografía, ni que hiciera referencia al concepto del disco.
El equipo de Hipgnosis se hizo
famoso por portadas muy elaboradas y fotográficas, como la de Wish You Were Here, que fue la portada
de dos años después. Pero para esta ocasión Thorgerson recuerda que Wright le
“dijo: ‘Storm, tráenos un diseño elegante, no uno de esos cuadros figurativos
baratos vuestros…’ Protesté y le dije: ‘Yo hago imágenes, no hago cuadros
baratos’, a lo que Rick me contestó, ‘¿Por qué no te lo tomas como un desafío?”
El prisma se inspiró lejanamente en los espectáculos de luz que el
grupo ofrecía en sus conciertos.
“El prisma que refracta la luz se
refiere a los espectáculos visuales de Floyd, con su utilización de la luz en
sus conciertos”, contó Thorgerson en una entrevista referida al trigésimo
aniversario del disco. “El contorno es triangular y los triángulos son símbolo
de ambición y recuerdan a las pirámides. Ambas cosas son cósmicas y lunáticas
en la misma medida. Son esas ideas que se plasman en las letras también. La
unión del espectro de luz que da la vuelta al disco y al interior de él
representaba, ni más ni menos, que la continuidad de los temas del álbum, mientras
que el latido inicial está representado en el diseño por ese parpadeo de uno de
los colores.”
El diseñador se fue a Egipto para hacer fotos infrarrojas de las
pirámides.
Las pirámides son triangulares
como el prisma de la portada, así que existía esa perspectiva. Pero Storm se
imaginaba las pirámides unidas al tema de la locura que se trata en el álbum,
como una especie de “estructura fantástica que enaltece a los Faraones y que
ayudan a elevar lo terrenal hasta el cielo. ¿Qué tiene esto de locura?”
En algún momento el título del disco no iba a ser el que ahora
conocemos.
Se iba a llamar Eclipse (A Piece for Assorted Lunatics).
La razón por la que tuvo en su día un título diferente es que existía
otro álbum titulado Dark Side of the Moon.
El grupo Medinie Head se les
adelantó con ese título en 1972, lo que hizo que Pink Floyd lo descartara en un
principio. Pero de acuerdo con Nicholas Schaffner, un periodista americano,
todo cambió ante el “absoluto fracaso comercial” del álbum de la banda británica
de blues. El título estaba
disponible.
“Money” es uno de los pocos sencillos de éxito que se componen en un
compás de 7/4.
Roger Waters ha conseguido que
suene como si David Gilmour no fuera el que lleva ese extraño ritmo. “De vez en
cuando -comenta Roger Waters en la revista Rolling Stone- , hacía cosas que
Dave me decía, ‘no, así no está bien. Debería tener otro ritmo. Es sólo un
compás sencillo en siete.’ Y yo le decía, ‘Bueno, es como es.’ Muchos de mis
temas tienen compases impares.” Pero mucha parte del tema no se desarrolla en
ese compás tradicional. Tal y como dijo Gilmour en su día: “Creamos un tema en
4/4 para el solo de guitarra, pero hizo que el pobre saxofonista lo tocara en
7/4.”
¿Está “Money” influido
por Booker T and the MGs?
Aunque la base del tema es un blues escrito por Waters y Gilmour,
siempre se ha comentado la influencia del rhythm
and blues en sus partes instrumentales. Gilmour comentó en su día: “Soy un
gran seguidor de Booker T. Me compré su Green
Onions cuando era un adolescente. Y en mi anterior grupo tocábamos “Green
onions” en directo. Era algo que pensé que podíamos incorporar a nuestro sonido
sin que nadie se preguntara de dónde procedía su influencia. Y para mí,
resultó. Conseguir que unos estudiantes blancos de arquitectura ingleses
hicieran funk era algo bastante
raro.”
El tema de introducción, “Speak to me”, se acredita al batería Nick
Mason, un acto de caridad según ha insistido varias veces Waters.
“Dios, me arrepiento de habérselo
dado. Porque no tenía nada que ver con él… Fue un regalo. Estuvo bien en aquel
momento,” ha comentado Roger.
“Us and them” fue compuesto tres años antes para la banda sonora de Zabriskie Point.
Lo que Antonioni se perdió, el Dark Side lo ganó. En palabras de
Gilmour. “Queríamos el tema para Zabriskie
Point, en esa secuencia en la que hay enfrentamientos con la polícía en el
campus de la UCLA. El
contrapunto entre esa música relajada y bella y la violencia desatada era algo
fabuloso. Nunca entendimos por qué nos dijo que no encajaba en ese fragmento de
la película.”
“Breathe” surgió de un tema del mismo nombre que Roger Waters compuso
para el documental The Body, también tres años antes.
En realidad los dos “Breathe” de
Waters no comparten muchas cosas en común, a excepción del título y unas notas
del principio.
Al final de “Eclipse”, se puede escuchar por el canal derecho un débil
sonido del tema de los Beatles “Ticket to ride”.
Parece ser que el tema sonaba de
fondo cuando grabaron el fragmento de cierre de la narración. Hasta donde yo
sé, los Beatles nunca reclamaron ningún derecho sobre el tema.
Clare Torry pidió y recibió royalties
y fue acreditada como compositora de “The great gig in the sky” treinta años
después.
La verdad es que lo denunció ante
la justicia, pero los términos de la demanda nunca se conocieron. Tan sólo se
sabe que ha sido acreditada como compositora, junto a Rick Wright, en todas las
reediciones que ha habido del álbum desde 2005. En un principio tan sólo
percibió 30 libras
por su breve estancia en el estudio, y fue el doble de lo que normalmente se
pagaba porque sucedió un domingo por la noche. Pero con el transcurso de los
años ella consideró que participó en una melodía que no existía en la
composición previa. Cuando se le preguntó por qué había esperado tanto tiempo,
le dijo al periodista John Harris que: “Durante mucho tiempo la gente me
preguntaba qué iba a hacer. Al principio lo miré, pero los costes de la demanda
eran prohibitivos… Además, todo esto sucedió cuando mi carrera iba bien. No
quería ser una buscapleitos. Así que lo desestimé, pero lo pensé de nuevo.”
Gilmour contó en Mojo que:
“Habíamos pensado en Madeleine Bell o Doris Troy y no dimos ningún crédito
cuando vimos entrar a esta mujer con pinta de ama de casa. Pero cuando abrió su
boca, bueno, no fue lo rápida que pretendíamos, pero nos descubrió ese torrente
orgásmico que todos conocemos y adoramos.”
“The great gig in the sky” en un principio contenía narraciones
religiosas en vez de una voz femenina.
Antes de que el grupo lo grabase
en el disco, lo tocaron durante un periodo de un año en directo como una pieza
instrumental. Se le conocía como “The mortality sequence” y en el fondo se
podían escuchar unas voces que leían fragmentos bíblicos del Libro a los Efesios y una conversación
tomada de la BBC
en la que hablaba el teólogo Malcolm Muggeridge.
La labor de Torry era cantar varios minutos sin pronunciar ninguna
palabra.
Waters recordó en su día que:
“Clare vino al estudio un día y le dijimos que no había letras, que el tema
trataba sobre la muerte y que cantara sobre eso. Creo que sólo hubo una toma. Y
todos dijimos: ‘Lo ha conseguido. Aquí tienes tus sesenta libras.’” (Según lo
que afirmó Torry, eran dos tomas y media y 30 libras).
Torry pensó que la sesión había ido mal y estaba segura que habían
descartado su participación hasta que vio el disco en una tienda de King’s
Road.
“Entré, me puse los auriculares y
comencé a cantar ‘Ooh-aah, baby, baby. Yeah, yeah, yeah.’ Me dijeron, ‘no, no queremos eso. Si hubiésemos querido eso se
lo hubiésemos pedido a Doris Troy.’ Me dijeron, ‘inténtalo con notas más
largas.’ Recuerdo que pensé, ‘en verdad que no sé lo que estoy haciendo. Quizá
sería mejor dar las gracias y marcharme.’ Pero antes de rendirme y abandonar la
sesión, pensé, ‘Si fingiera que soy un instrumento.’” La segunda toma fue
perfecta, pero no hizo una tercera porque “empezaba a sonar muy artificial.
Pensé que ya era bastante. Pensé que todo eran maullidos.” Se marchó de Abbey
Road pensando que el experimento no había funcionado. “De verdad que pensé que
nunca saldría a la luz”, hasta que fue a una tienda de discos y vio que su
nombre había sido incluido en los créditos.
La idea de contar con la voz de Clare fue de su ingeniero de sonido,
Alan Parsons.
Parsons siempre ha dicho que
escuchó cómo cantaba el tema “Light my fire”, aunque ella siempre ha negado
haber cantado el tema de los Doors alguna vez en su vida. Cuando la llamaron,
la única canción que conocía de Pink Floyd era “See Emily play”, “y la verdad
que no iba conmigo. No eran mi grupo preferido, la verdad. Si hubieran sido los
Kinks, habría tocado la luna.” No hace falta hacer ningún chiste fácil.
Nunca ha existido una buena relación entre Alan Parsons y los miembros
de Pink Floyd con los años.
“Creo que pensaban que basaba el
resto de mi carrera en Dark Side of de
Moon, lo cual tiene algo de cierto,” comenta Parsons, pero en Rolling Stone
dijo que: “todavía me despierto frustrado porque ellos hicieron una montonada
de millones que los que estuvieron involucrados no pudieron hacer.” En 2011,
cuando Dark Side salió en una edición
en caja, se rechazó la mezcla cuadrafónica de Parsons a favor de otra nueva
mezcla y no fue invitado a tomar parte de esa reedición: “Ni siquiera se han
dignado a regalarme una copia. Es reflejo de la situación que vivimos hace
cuarenta años. En muchas ocasiones he solicitado mi reconocimiento en The Dark Side of the Moon por toda mi
contribución a su sonido final, pero ni la banda ni la compañía discográfica
han hecho un gesto hacia mí.”
Parsons atribuye la adicción del grupo al programa de Monty Python, Flying Circus, como algo que favoreció
la posibilidad de trabajar sus propias ideas mientras ellos estaban distraídos.
“Frecuentemente paraban para ver
a los Monty Python y me dejaban con la mezcla virgen. Era muy gratificante. Yo
podía poner mi propio sello en la grabación.”
El ciclo completo de temas fue publicado ilegalmente como un bootleg antes de que la banda terminara
el álbum.
El grupo en un principio intentó
tocar Dark Side de un tirón en un
concierto en enero de 1972, pero una máquina de cintas se rompió, así que
tuvieron que dejarlo después de “Money”. Después de esto hubo menos chapuzas
técnicas y el trabajo en curso se realizó a lo largo de 1972, a pesar de que
algunos de los procesos en estudio se llevaran a cabo en enero de 1973, menos
de dos meses antes del lanzamiento del álbum. Una actuación con la pieza en su
totalidad se representó en el Rainbow Theatre de Londres en febrero de 1972 y
se hizo muy popular ese mismo año al publicarse en formato vinilo, pero no
autorizado, claro.
El futuro productor Chris Thomas se contrató para el proceso de las
mezclas, posiblemente para ser una especie de mediador entre Gilmour y Waters.
En una entrevista concedida por
Gilmour en 1993 a
la revista Guitar World afirmaba: “Chris Thomas llegó para las mezclas y su
papel, esencialmente, consistía en detener los conflictos que había entre Roger
y yo sobre cómo se debería mezclar el disco. Yo quería que fuera grande,
pantanoso y húmedo, con reverberaciones y esas cosas. Y Roger pretendía que
fuera un álbum con un sonido más seco. Creo que estaba muy influenciado por la Plastic Ono Band de John
Lennon, que sonaban muy secos… El objeto de todo era que Chris hiciera la
mezcla a su aire, con Alan Parsons de ingeniero de todo el sonido. Y, claro, el
primer día vi a Roger entrar furtivamente allí dentro. Así que al segundo día
fui yo el que se coló en la sala. Y desde entonces nos pasamos los días detrás
de Chris interfiriendo en su trabajo. Afortunadamente, Chris era más de mi
opinión que la de Roger.”
Parece que Waters creyó que había ganado esa batalla porque Chris
Thomas le tenía más afecto.
Waters dijo que la contribución
de Thomas al resultado final fue algo incalculable cuando se le entrevistó
durante el 20º aniversario del álbum en 1993: “Creo que los que opinan que
estaba hecho de manera brillante, de lo que se dieron cuenta en realidad, es
que cuando sucede algo importante en el disco, bien sea una caja registradora,
una voz solista, un solo de guitarra o unos pasos en un túnel, lo puedes oír. Hay
toda una vida alrededor de eso. Y creo que esa es, como poco, la función de la
reposada batería, que es algo exquisito de escuchar, lo cual era función de
Chris Thomas, quien lo mezcló y permitió que todo el material principal tuviera
una existencia en sí mismo.”
El padre de la actriz Naomi Watts hace un cameo en el disco riéndose.
La risa que se puede escuchar de
manera prominente en dos de los temas es la de Peter Watts, que fue el manager
del grupo cuando daban conciertos. Se le puede ver en la contraportada de Ummagumma. Murió de una sobredosis de
droga en 1976 cuando Naomi tenía ocho años.
Henry McCullogh, miembro de los Wings, es una de las voces que no se
acreditan en el disco, y, por el contrario, ni Paul ni Linda fueron incluidos
en el disco.
La voz de Henry se puede escuchar
al final de “Money” diciendo ‘I don’t
know; I was really drunk at the time’, supuestamente hablando de una riña
que había tenido con su mujer. Roger Waters se dedicó a grabar entrevistas a la
gente que había por Abbey Road para obtener fragmentos de voces y poder
introducirlas en el álbum, y aunque el matrimonio McCartney fue parte de esas
grabaciones, ninguno de sus fragmentos se utilizaron porque se pensó que se
estaban esforzando demasiado en ser graciosos.
Dark Side todavía ostenta el
récord de permanencia con el mayor número de semanas en el Billboard 200.
El disco estableció un récord de
591 semanas consecutivas en el Billboard Top 200 de 1976 a 1988. Si contamos el
tiempo de permanencia desde entonces, ha totalizado 741 semanas, batiendo el
anterior récord establecido por el Johnny’s
Greatest Hits, en varios años. Después, Billboard cambió las reglas por las
que un álbum detenía su permanencia si desaparecía durante un periodo de
tiempo.
Se han certificado unas ventas aproximadas de 15 millones en América,
aunque es cierto que se han vendido muchas más desde entonces.
El certificado de 15 veces disco
de platino se dató en 1998. El por qué del motivo por el que no ha tenido más
certificados desde entonces es un misterio. Se sabe que SoundScan, que empezó a
registrar ventas para Billboard en 1991, consideró que había vendido 9 millones
de copias desde que se instituyó. Hasta entonces, la RIAA certificó hasta esa
fecha unas ventas de doce millones, por lo que si hacemos unas matemáticas
sencillas, nos daremos cuenta que el álbum ha vendido alrededor de 21 millones
de copias solamente en los Estados Unidos.
Waters tuvo una gran presión para que fuera Gilmour quien cantara en la
mayor parte de los temas del disco.
“Lo que recuerdo es a David y
Rick esforzándose en decirme que no podía cantar y que estaba sordo –cuenta
Waters a Rolling Stone-. Y luego está esa patochada de que Rick afinaba mi
bajo. Si miras el cuerpo del trabajo te das cuenta que no es verdad. Quizá su
forma abrumadora de mantenerme alejado de estas funciones era diciendo que yo
tenía deficiencias vocales e instrumentales.”
La idealización de Pink Floyd encabezada por Waters y Gilmour terminó
de existir cuando aquél anunció su intención de dejar el grupo en 1985.
Waters estaba indignado, y
presentó la correspondiente demanda, cuando el resto del grupo decidió seguir
sin él. Según contó a la revista Rolling Stone en 1987: “No tenía sentido que
Gilmour, Mason o Wright intentaran escribir las letras porque nunca serán tan
buenas como las mías. Las letras de Gilmour son de tercera. Siempre lo serán. Y
en comparación con lo que yo hago, estoy seguro que él estará de acuerdo
conmigo.”
Algunos años después de la separación, Roger Waters y la nueva
formación de Pink Floyd tocaron The Dark
Side of the Moon en su totalidad, pero separados.
En 1994 Pink Floyd tocaron el Dark Side durante la gira, incluyendo
sus 14 noches de Londres, donde invitaron a Waters a unirse a ellos en vano:
“Creía que sería algo bueno para nuestros seguidores –dijo Gilmour-, pero tenía
la certeza de que no lo haría. No obstante, fue un ofrecimiento de corazón.” En
2006, Waters tocó el álbum completo en la gira con Nick Mason, y cantaba las
partes del guitarrista con un tono de voz muy semejante al de Gilmour.
Mientras, Gilmour, que hacía tiempo había descartado ya el nombre de Pink
Floyd, salió de gira con Wright incluyendo varias selecciones del álbum.
En 2005, la formación clásica se reunió para tocar un mini concierto en
el Live 8.
Este concierto único incluyó tres
temas de Dark Side of the Moon,
“Speak to me”, “Breathe” y “Money”, además de otros dos temas: “Comfortably
numb” y “Wish you were here”.
Ninguno de los dos líderes considera Dark Side como el mejor disco.
Waters contó en 1993 que The Wall era un trabajo “mucho más
importante.” Gilmour tiene una opinión diferente: “Para mí, Wish You Were Here es el álbum mas
satisfactorio. Lo escucho más que el Dark
Side of the Moon porque creo que conseguimos un mejor balance entre música
y letra en ese disco. Dark Side iba
un poco en la otra dirección: demasiada importancia en las letras. A veces las
melodías, el vehículo de las letras, se descuidaban. Para mí, uno de los fallos
de Waters es que, a veces, en su esfuerzo por componer letras utiliza un
vehículo poco adecuado.”
Waters ha estado mucho tiempo frustrado con la opinión de Gilmour sobre
sus letras.
En Los Angeles Times, y en
referencia al vigésimo aniversario del álbum, Waters dijo: “Si lees las
entrevistas de mis ex colegas, te darás cuenta de que todos coinciden en que
‘no estábamos interesados en las letras ni en lo quería decir el álbum.’” Roger
odiaba la idea de que la gente pusiera el disco como algo meramente ambiental.
Para él tenía que ser algo más cerebral y debía ser escuchado en el momento
oportuno. Pero “con el paso del tiempo me he dado cuenta de que Dark Side es fácil de escuchar, es como
una brisa fresca: bajas las luces y… te desvaneces en una especie de Nueva Era feliz. Y esto siempre me ha
tenido confundido porque cuando creé los temas, trataban sobre algo más
complejo que todo eso.”
Phish y Dream Theater son dos de
los grupos que han tocado el álbum completo en algún concierto, y los Flaming
Lips publicaron una álbum en estudio que lo contenía en su totalidad. También
existen versiones en bluegrass, a capella o con un quinteto de cuerda,
por no mencionar la versión en clave reggae,
Dub Side of the Moon.
“On the run” se utiliza como música de fondo por los Chicago Bulls
cuando se presenta al equipo rival.
No queda claro si se utiliza
porque suena sólo bien o porque planean poner al equipo contrario en fuga, pero es así.
Antes del Dark Side, Pink Floyd consideraron y descartaron otro álbum
conceptual, Household Objects.
El disco hubiera consistido en
tocar objetos cotidianos en vez de instrumentos musicales. Uno de estos temas,
“The hard way”, fue incluido en la caja de 2011. Aunque es un proyecto
fascinante, se agradece que el grupo, al final, se decidiera por coger sus
instrumentos y continuar con lo que se había marcado ya en Meddle.
Y fue para Parsons, como mejor
ingeniero de grabación.
Los miembros de grupo juran y perjuran que nunca pensaron, ni vieron,
El Mago de Oz, mientras hacían el disco.
Pero esto nunca ha provocado que
la gente dejara de pensar en la teoría de que si se superponen, la
sincronización de imagen y música es casi perfecta.
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