Los Genesis de los ochenta, en la
época de transición con el productor David Hantschel, quien supervisó cuatro álbumes
en estudio comenzando con A Trick of the Tail (1976), tuvieron mucho que agradecer por la pasión del sonido de la batería de John Bonham con Led Zeppelin.
En una entrevista en vídeo, el
teclista Tony Banks dice que: “Íbamos a invitarle en los ochenta en el Duke
porque queríamos que todo tuviera más profundidad y potencia. Siempre he sido
un gran seguidor del sonido de Bonham, como el resto de Genesis lo fue en distintos
momentos de nuestra carrera. Escuchaba a Led Zeppelin sólo por la batería, no
me importaba el resto. Es un sonido grandioso, sobre todo en aquellos días en
los que nadie lo hacía. Queríamos ese sonido tan vivo y tan real.”
Con Hentschel no lo pudieron conseguir. Entonces Phil Collins conoció a Hugh Padgham mientras trabajaba en el
tercer álbum de Peter Gabriel en solitario. El productor e ingeniero ayudó a
Collins a que moldeara y matizara su propio sonido lo cual supuso un enorme impacto
en el sonido de los Genesis de los ochenta. Al respecto, Banks comenta que “trabajó con
nosotros en Abacab y conseguimos lograr ese gran sonido en la batería.”
Esta transformación ayudó a
convencer a Banks de la importancia de grabar las voces después de los instrumentos, aunque todavía piensa que el mayor logro de un productor
o ingeniero se deriva de los elementos puntuales como puede ser una batería:
“El resto de los sonidos, hasta cierto punto, podía ser cuestión nuestra. Tú
puedes definir el sonido de los teclados. Mike Rutherford siempre hace lo mismo:
comienza con un buen sonido de guitarra y luego prueba veinticinco sonidos más
para después de un par de días volver al sonido original del primero. Eso no es
muy normal.”
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