EL NUEVO PROGRESIVO DEL FUTURO. PHWG: THE OBSERVER

PHWG: The Observer

País: Estados Unidos

Género: rock progresivo instrumental

Fecha de publicación: 7 de mayo de 2013

Temas:

1. Kraken
2. Cavalry of camels
3. Winter ballad
4. Under a lime tree
5. Number
6. Yamahear
7. Tale of a mariners wife
8. Waveshapes
9. Begin again
10. Galen
11. Damini

Formación:

Pontus H. W. Gunve: guitarras y programación de sintetizadores

Tripp Dudley: tabla y darbuka

Sean Hagerty: violín

Joe Renaud: batería

Raymond Sicam III: violonchelo

Lorenzo Wolff: bajo

PHWG es una banda de rock progresivo sin concesiones. Es el proyecto sobre el que gira la música de un solo hombre, Pontus Gunve, que muestra un amor desmedido por la música progresiva, la electrónica y la música clásica que proviene de Oriente y de la India. Pontus concibe las armonías, ritmos y tonalidades como un conjunto inseparable de la emoción sensual que imprime el arte universal y, como tal, lo plasma en su trabajo.

Tras el impacto que supuso para Pontus Gunve el poder asistir y disfrutar del histórico concierto que Jean Michel Jarre ofreció en Huston, la dedicación del músico se encaminó a explorar los terrenos musicales que de verdad incidieran en el conjunto anímico personal, para mostrar ilustrativos pasajes musicales, dominados enteramente por un ejercicio instrumental en el que la guitarra es prácticamente la protagonista, que pudiesen ilustrar los complejos viajes interiores que enriquecen la propia vida a través de la música.

Compositor e ingeniero de sonido, Pontus, con una gran experiencia en música para películas independientes, funda su propio proyecto musical en 2007, ayudado por un conjunto de músicos, que combinan un amplio espectro de instrumentos, tradicionales y eléctricos, para ofrecernos un resultado eminentemente progresivo, aderezado de grandes ambientes y texturas, que van del folk, pasando por lo oriental, hasta desembocar en un buen rock progresivo instrumental de enorme corazón.

Estamos ante el tercer trabajo de este músico neoyorquino, tras Great Wall of Sound (2006) y Movements (2008), en el que nos ofrece una nueva perspectiva de progresivo instrumental, que conecta a la perfección con los gustos más exquisitos del oyente, que podrá saborear ejercicios amplios de capacidad musical, con un trasfondo tradicional y grandes estructuras sonoras, llenas de enormes arreglos cuidadosamente planteados, buenos cambios de ritmo y melodías, con un objetivo que corona en una música de gran sabor global, en la que las instrumentaciones están bien consolidadas y los músicos se muestran llenos de energía positiva y optimista, para concluir en una actuación deliberadamente agradable y de gran robustez.

Un buen y honrado trabajo ideado para satisfacer el potencial de un progresivo global que se ve totalmente fortalecido por un amplio rango de propuestas musicales. Una visión distinta a todo lo que estábamos acostumbrados.