DUST SCULPTURES: NOSTALGIA
País: Estados Unidos
Género: rock progresivo, metal
progresivo
Fecha de publicación: 8 de octubre
de 2013
Temas:
- Study in black-and-white
- Sill
- Sputnik
- Old tapes II
- Pause
- Ornament
- Old tapes III
- Nostalgia
Formación:
Josh Marberry: todos instrumentos
y voz
Dust Sculptures es el proyecto en
solitario del norteamericano Josh Marberrry, quien se hace cargo de todos los
instrumentos, la producción y la grabación, y el resultado es un gran trabajo
con un trasfondo melódico, íntimo y lleno, tal y como nos anuncia su título, de nostalgia. Una nostalgia que se revela en la belleza de unos temas
caracterizados por una cuidada estética hermosamente triste, no exenta en ningún
momento de inclusión de elementos dinámicos que aligeran la poderosa carga
emocional de este excelente debut.
Además a la música hay que
añadirle influencias diversas que abarcan un amplio espectro musical, del folk
a la música ambiental y del metal progresivo melódico al post rock, en un
intento concienzudo de elevar la calidad intrínseca de las composiciones de
Josh, un amanuense de la música progresiva, que ejecuta los instrumentos con
una maestría diabólica y profundamente emocionante. Temas extensos, en su mayor
parte, con elegantes y complicados arreglos, llenos de paisajes musicales de
grandísima hermosura musical, aderezados con detalles y esencias que magnifican
el resultado final de esta gran obra maestra que nace de lo más interno de su
ser.
Ambientaciones misteriosas, con
profundas guitarras eléctricas y soberanos y relajados teclados que recrean imágenes
cercanas al bucolismo pastoril o folclórico, pero que se desarrollan sobre sólidas
estructuras progresivas, llenas de cambios de ritmo y quiebros melódicos
que enamoran desde la primera escucha. Estamos ante un buen trabajo que
encantará a los seguidores de unos Opeth calmados y llenos de gracia o unos
Riverside por ese misterio que rodea a la ejecución vocal.
En definitiva, un debut que más
que un inicio muestra un futuro camino que hay que seguir para integrarse en una
comunidad progresiva deseosa de nuevas proposiciones. Este primer paso augura
un camino largo lleno de satisfacciones, tanto para el músico como para el
oyente, y postula una nueva dirección musical de una música hecha con
inteligencia y corazón.
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