EL NUEVO PROGRESIVO DEL FUTURO. OPTIC: IRIS IN

OPTIC: IRIS IN

País: Estados Unidos

Género: metal progresivo

Fecha de publicación: 26 de septiembre de 2013

Temas:

1. Hemlock
2. Blind apathy
3. Falling from the sky
4. Breathe new life
5. Moment of impact
6. Withhold the sun
7. Drown the Earth
8. Etched in grey

Formación:

Steve Christopher: guitarras y voz

Scott Genovesse: batería y percusión

Michael Intrieri: bajo

Kenny Mahoney: voz principal

Ryan Patane: teclados y voz

En el proceloso océano entre el rock melódico, el hard y el rock progresivo, Optic, el quinteto de Long Island, Nueva York, se mueve como pez en el agua. Y es que la generosidad musical de estos artistas brinda oportunidades a distintas tonalidades progresivas que no hacen sino enriquecer una música de calidad grandísima desde el primer segundo de la escucha.

No quiero hacer similitudes con ningún grupo de todos conocidos, pero este comienzo me recuerda poderosamente, quizá tenga éste que nos ocupa mucha más calidad, a unos jóvenes Dream Theater, con la salvedad que Optic no se nos muestran jóvenes, en el sentido inexperto o cándido, sino todo lo contrario, estos neoyorquinos son audaces, técnicos, inteligentes y llenos de corazón. Pero no me refiero tan solo al sonido general del disco, totalmente enérgico, sino en esa capacidad que el grupo muestra  a la hora de ejecutar unos temas épicos, casi de power metal, y en su modo de componer, arreglar y aderezar sus magníficas composiciones.

Y no importan las voces ásperas por momentos, porque saben conjugarlas, en su mayor parte, con la lírica más épica a la que nos tiene acostumbrado un, por ejemplo Russell Allen, de Symphony X, no exenta de momentos emotivos y lúcidos llenos de poesía musical. Del mismo modo que no importa que el doble bombo de un magnífico batería funcione a ritmo de power sinfónico, puesto que el instrumentista es un artista avezado en técnicas que saben soportar las complejidades estructurales de una música magnífica y de tintes legendarios. Es lo mismo que sucede tanto con teclados o guitarras: unas veces serán fondos armónicos que acompañan a la fluida música de Optic, pero en su mayor parte cobrarán una vida protagonista, para dirigir los intrincados pasajes instrumentales siempre dirigidos por un bajista que funciona como un corazón pulsante de vida y ritmo en cada una de las composiciones.

No sería ni justo ni didáctico hablar de las composiciones, porque todas ellas, sin excepción, tienen una calidad intrínseca fuera de lo común, cosa que no ocurre desde hace muchos años, ni siquiera entre los anteriormente citados. Los complicados arreglos de cada una de las composiciones, junto a una excepcional puesta en escena, eleva la música de Optic a lo más alto de los altares de la música progresiva sin importar mucho la definición concreta del género. Puedo asegurar que obras como la que estamos escuchando no se dan todos los días, ni todos los años, ni todos los lustros. Es una fortuna poder convivir con una genialidad contemporánea, como ésta, y ser testigo del nacimiento de lo que en el futuro será, sin ninguna clase de duda, un clásico.

Este año llevo escuchados muchos, muchísimos nuevos trabajos, algunos de ellos, bastantes, han sido reseñados en estas mismas páginas, y bastantes eran primeras grabaciones, debuts de nuevas formaciones, pero esto que aquí suena no parece un trabajo de inicio. Todo lo contrario, se asemeja bastante a una obra de un grupo consolidado y con una gran trayectoria. No sé si la trayectoria anterior a esta enorme publicación ha sido larga, pero lo que sí puedo asegurar es que el trayecto posterior va a ser largo, duradero y muy fructífero. Si esto es el principio... qué vendrá después. Parafraseando a Debussy, que afirmaba que la música es la aritmética de los sonidos, como la óptica es la geometría de la luz, en este caso, y haciendo un juego de palabras,  Optic son la luz de los sonidos, una luz que abre un nuevo camino e iluminará a muchos otros. Un diez.