País: Suecia
Género: rock progresivo
Sello discográfico: Progress
Records
Fecha de publicación: 29 de julio
de 2013
Temas:
- Prism Path
- Rim of clouds
- The Kingdom below
- A broken truce
Formación:
Martin Ahlquist: voz
Johan Hedman: batería, teclados
Anders Lindskog: bajo
Hannes Ljunghall: teclados
Björn Westén: teclados
Tercer trabajo del grupo de
Uppsala, que cuenta con tres teclistas en su haber y que no necesita de la
guitarra, instrumento que no se echa en falta por la concepción de la música de
los suecos. No esperéis nada parecido a ELP o algún otro grupo con prominencia
de teclados. Más bien no se pueden, ni en este caso se deben, buscar referencias en
la música de este maravilloso grupo, porque la épica de sus composiciones no
busca la comparación con nadie. Posiblemente, estemos ante una de las mejores agrupaciones progresivas de toda la historia del género en el país escandinavo.
Tampoco vamos a encontrar
extensos espacios ambientales ni colchones generados por los teclados, puesto que nos
vamos a encontrar un ejercicio dinámico de ellos como absolutos
protagonistas de toda la música generada por este grupo, que recupera todo el
espíritu que se echaba de menos en cuanto a exposición musical. Y es que nos
encontramos con arreglos poderosos que no desdeñan la posibilidad, en ningún
momento, de asombrarnos con elementos del jazz, del Canterbury, de la electrónica
más progresiva... en definitiva, de una música hecha por y para la mente.
A todo esto hay que añadir dos
elementos clave en la resolución musical de la banda. Por un lado, una poderosa,
profesional y sentida sección rítmica capaz de navegar por los intrincados
modelos progresivos que abundan en la música de este nuevo trabajo, dándole
corazón y alma a unas composiciones, ya de por sí monumentales, emocionantes y fascinantes.
Y por otro lado, no hay que dejar de citar a su cantante, un guía espiritual y
efectivo que sirve de hilo conductor de toda la trama musical del combo sueco.
No sabría definir con absoluta
certeza a este grupo, pero de lo que estoy bien seguro es que estamos ante unos
creadores subyugantes que magnetizan desde el primer momento de su escucha y
ejercen un poderoso embrujo seductor y adictivo sobre el oyente. Dos características
que pocos grupos saben hacer confluir en no sólo una grabación, sino en toda
una producción a lo largo de los años, de la que recomiendo también vehementemente
sus dos anteriores grabaciones.
Temas extensos, de espectros
musicales variados, arreglos inmensos y de carácter intrincado, melodía, sensibilidad
y eficacia son características inherentes que definen las intenciones de un grupo que
derrocha imaginación a raudales y que no padece síntomas de autocomplacencia,
puesto que no trata de demostrar, pese a su técnica y más que evidentes posibilidades, que
son los mejores instrumentistas, sino que son los creadores de un mundo musical de amplísimas facultades. Como músicos un diez... como artistas se salen de
cualquier baremo. Creadores de un sabor añejo y con una personalidad
apasionante, Violent Silence son el talento, la voluntad, la consistencia y la imaginación que, desde hace mucho, mucho tiempo parecia estar olvidado y desdeñado.
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