Una vez concluida la gira mundial
de tres años en la que Roger Waters representó The Wall, el ex bajista de Pink
Floyd quiere poner las cosas en claro tras las críticas recibidas por la
comunidad judía con respecto a la utilización de la Estrella de David en el
espectáculo y su apoyo al boicot cultural contra Israel.
Roger afirma que su intención
nuca fue ofender al pueblo judío: “Es algo que me preocupa todos los días. Es
una grandísima preocupación el que yo sea considerado como un tirano.”
Toda esta controversia comenzó
con el uso de la Estrella
de David, que aparece en la bandera de Israel y es símbolo de su gobierno, en
el espectáculo. La citada estrella aparece como uno de los símbolos animados
que son arrojados desde un bombardero durante el tema “Goodbye blue sky”. Otros
de los símbolos que aparecen en el vídeo son un crucifijo, una media luna y el
símbolo del dólar americano: “Goodbye blue sky trata sobre lo que siento sobre
campos de tierra bañada en sangre ya que nos empeñamos en bombardear a
nuestro prójimo con nuestra ideología o con nuestra religión y puede que
algunos estén en desacuerdo con esto.”
Waters, en su momento, habló con
el director nacional de la Liga
Antidifamación, Abraham Foxman, y estuvo de acuerdo en separar
las estrellas de David de los símbolos del dólar. Según declaró el propio
Foxman, “Sus espectáculos transmiten mensajes, derriban muros, etc. Utiliza
simbolismos y eso crea problemas. Es una licencia artística y traspasa las líneas
de cualquier cosa, pero eso no significa que él sea antisemita.”
No obstante, Waters abrió un
nuevo capítulo en la controversia cuando incluyó la estrella de David, entre
otros símbolos, en uno de sus cerdos inflables. Como todos sabemos, la ley judía
prohíbe estrictamente comer carne de cerdo. Waters afirmó que un nuevo equipo
de cerdos se construyó para la parte sudamericana de la gira y que la Estrella de David fue uno
de los símbolos que se añadieron: “Desde ese momento, y a causa de las quejas
de algunos sectores de la comunidad judía, decidimos añadir un crucifijo y una
media luna.”
Pero lo que más preocupó a Foxman
es el apoyo por parte de Waters al movimiento Boicot, Desinversión y Sanción,
que aboga por la presión económica, política y cultural sobre Israel en clara protesta
por las políticas contra los palestinos: “La licencia artística no debe hacer
referencia a todo, debe referirse exclusivamente al simbolismo. Puedes
criticar a Israel, pero no puedes criticar su existencia.” Durante los últimos
siete años, Waters ha apoyado ese movimiento global y ha declarado su
preocupación acerca de cómo son tratados los palestinos. Waters ha llegado a
pedir a Israel que derriben el muro de separación de Cisjordania y ha animado a
otros artistas a seguir su ejemplo y negarse a actuar en el estado judío. Waters
no considera al movimiento de boicot una amenaza para Israel y señala que tiene
algún respaldo en el propio país. Pero lo cierto es que la mayor parte de los israelíes
consideran el movimiento como algo hostil y contraproducente para los continuos
esfuerzos de paz. Incluso muchos lo comparan con la deslegitimación del estado
judío en su totalidad. El portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de
Israel, Paul Hirschson, ha llegado a decir que “el movimiento BDS está ahí
socavando a Israel no a su política con respecto a los palestinos.”
Lo cierto es que The Wall ha sufrido una importante
transformación ideológica desde que se concibió a finales de los setenta. En un
principio Waters lo compuso para describir su alienación personal a través de
un muro metafórico. Pero en su 30 aniversario el tema presente es el
aislamiento bajo una perspectiva global. Roger afirma que se siente como si él
mismo se estuviera lanzando contra un muro metafórico.
Además, y en otro orden de cosas,
aparte de la crisis entre Israel y Palestina, Waters ha utilizado proyecciones
con un amplio abanico de temas, entre ellas las que muestran las víctimas de un
conflicto, las tropas americanas muertas en Irak o la muerte del manifestante
político iraní, Neda Agha-Soltan.
Durante este periodo de tres
años, el espectáculo The Wall se ha convertido en la gira más taquillera de
todos los tiempos hecha por un artista en solitario. El siguiente proyecto, el
más inmediato, es la versión musical de The Wall para Broadway, en la que comenzará a
trabajar en enero del año que viene.
FUENTE: CALGARY HERALD
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