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lunes, noviembre 28, 2016

SONICARTE IV: EL FESTIVAL DE LOS DILETANTES MÁS PROFESIONALES


Una nueva velada sucedió en el cine Maravillas de la capital turolense. Un nuevo hermanamiento de músicos, medios y seguidores con el objetivo de seguir apoyando al género progresivo que se practica en nuestro país. Y en ese empeño recibí la enorme satisfacción de estar fielmente arropado por una de las asociaciones, que nunca han querido mostrar su rostro hasta la fecha, que más honesta y poderosamente respaldan al verdadero progresivo, estoy hablando de Kiss that Prog, un nuevo, para algunos no iniciados, y auténtico respaldo a la música hecha de verdad. Bienvenidos.
Como bienvenido es el hecho de que Sonicarte, contra viento y marea en estos procelosos océanos en los que hay que dirigir el navío a buen puerto, se empeñe, una y otra vez, en mostrar sus propuestas personales y ondear la bandera del género con orgullo y honradez.
Este nuevo festival de Sonicarte, el cuarto ya, contaba con la exposición musical de dos propuestas bien distintas y de ámbitos geográficos también bien distintos, y lejanos. Por una parte actuaron los jerezanos El Tubo Elástico, presentando su homónimo del año pasado, y por otro, AppleSmell Colour, que hacía lo propio con su Unscrupulousness, su debut del año pasado también. Dos grupos noveles como tales, ambos nacidos en 2012, pero con una gran experiencia particular de algunos de sus miembros en las tablas de los escenarios nacionales.
El Tubo Elástico se encargó de abrir la noche con su estilo aderezado de detalles andaluces en un concierto que fue de menos a más. Un poco distantes al principio, ni ellos mismos, como me comentó Alfonso, su enorme bajista y mejor persona, posteriormente, estuvieron a gusto con un sonido que no les llegaba a satisfacer en ninguna de las fases de su actuación. Poco a poco desgranaron esos temas llenos de trances hipnóticos, extensos y meditativos, creando ambientes cercanos a un krautrock de escuela berlinesa hecho con la mínima aportación de teclados, que la gente se empeña en definir como post rock y que a mí, particularmente, ni me gusta ni me convence como término. El concierto proseguía una rutina que iba, como he dicho antes, creciendo conforme el grupo mostraba más convencimiento de su música y alcanzó el clímax, que dio de lleno todos y cada uno de los que allí nos congregamos, con el homenaje, tal y como ellos ofrecieron, al maestro Marcos Mantero, interpretando una respetuosa, extensa y virtuosa versión del tema "La marcha [elástica] de los enanitos", con un guiño a Camel en algún riff de la guitarra, del segundo álbum de Imán, Califato Independiente, Camino del Águila. Con el público en el bolsillo, este solvente y efectivo, y cálido, grupo jerezano terminaba el concierto con el último tema de su álbum propio, dejando un sabor de boca agradable y con ganas de ese segundo trabajo que la banda quiere comenzar en la primavera con más arreglos y más producción.
El segundo plato del menú fueron los tarraconenses AppleSmell Colour, una colorida agrupación, sorprendente en su puesta en escena, que aporta un tratamiento progresivo a la música, teatralizada a veces y cuidada al máximo, para dar un resultado con querencias clásicas sorprendentes de alto nivel: Pink Floyd encuentra a King Crimson y se van al Mediterráneo. El grupo, que también se quejó de problemas técnicos, sacó adelante un gran concierto en el que, evidentemente, reprodujeron temas de su primer y único álbum con gran solvencia, soltura y más profesionalidad, vistiendo a los temas con un directo de buen sonido y gran ejecución que la banda iba exponiendo bien dinámica bien íntimamente, disfrazando a AppleSmell Colour de grupo rock, Big Band o jazz, dependiendo de los momentos que recorrían musicalmente los de Tarragona. Fue un recital que se hizo corto, dada la calidad interpretativa y buen hacer de un grupo que, parece ser desgraciadamente, no continuará en la escena, por lo menos tal y como lo conocemos en la actualidad. Uri Mas, su líder e imagen, despidió la noche con dos versiones, una de Pink Floyd y otra de Porcupine Tree, dando final a su penúltima actuación como banda.
Y así, con la despedida final de ambos grupos, incluidas las voces de Les Fourchettes, las tablas originales de ese Maravillas septuagenario quedaron en silencio esperando al próximo festival Sonicarte que será anunciado ya para los próximos meses.
Gracias a Sonicarte y a todos aquellos que me acompañaron en este nuevo viaje en apoyo al auténtico progresivo que no será pasto de los ocultos manejos de aquellos vende humos que lo consideran, equivocadamente, propiedad particular. Larga vida a Sonicarte y al rock progresivo español.

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