ZYTOSPACE: WÜSTE LAND
(2019 VERLAG SYSTEM/MUSIC2DREAM/TORACIC)
1. Das Totenamt/Sermon des feuers 33:19
2. Chroniken des Lichts/Was der Donner Sagte
30:22
Giron: Vermona Perfourmer, Dreadbox Abyss y
Erebus, Make Noise 0 Coast, Novation K Station, Korg Microsampler, Koma Field
kit, Electribe 2 and Monotribe
Miguel A. Ruiz: Behringer Model D, Clavia
Micromodular, Waldorf Streichfett, Korg DW8000, Modal 001, Roland Strings,
Kawai 100F, Memotron, órgano, Tape echo.
La unión de dos investigadores que
bucean en los océanos sensoriales para describir paisajes sonoros, ha dado como
resultado un disco lleno de ambientes irrepetibles e infinitos, que exploran
mil y una sensaciones para construir un sonido honesto y exquisitamente
elaborado.
Zytospace es la nave en la que
estos dos experimentados músicos, por una parte, Miguel A. Ruiz, desde los ochenta creando ambientes desde la
electrónica experimental, y por otra, Tomás F. Girón, consolidando su propuesta
desde esencias progresivas y espaciales, recorren ambientes desde un punto de
vista actual, pero pergeñado en los gloriosos setenta del siglo pasado.
Tomando como excusa aquella
escuela Berlinesa electrónica, pero sin desdeñar propuestas ambientales
desarrolladas en base a un poderoso, pero sensitivo, arsenal de teclados analógicos,
los dos músicos madrileños nos tocan la fibra, desde la belleza formal, con
desarrollos verdaderamente descriptivos a base de sonidos, efectos, melodías, imaginación
y mucho sentimiento, corazón y alma.
Dos temas, de más de media hora
cada uno, conforman el universo de Wüste
Land, un universo, en mi opinión, nada árido sino rico en propuestas para
que el oyente desarrolle su imaginación y evoque su particular historia
personal.
Estamos ante un disco refinado y notable,
recordatorio, como digo, de aquellos que primero se atrevieron a planear por el
universo, pero con componentes propios en su estilo: melodías catedralicias,
entroncadas en lo occidental y construidas de modo sucesivo, además de ritmos
secuenciados que recuerdan los incesantes movimientos de la Naturaleza y, por
encima de todo, calidez que define este trabajo de principio a final, dando esa
sensación de unidad que pocos transmisores saben definir.
Seguramente habrá quien lo etiquete
mejor que yo, pero la degustación de este enorme trabajo, coherente de
principio a fin, trasmite desenlaces cadenciosos a través de desarrollos
puramente hipnóticos y cósmicos que no son sino una metáfora de lo que es el vibrante
viaje de la vida.
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