En la fecha de esta edición, Magna Carta ya había presentado siete trabajos dedicados a tributar a los clásicos progresivos de los setenta. Este CD recopilaba con esmero temas de aquellos tributos que servían para acercarse al inmenso trabajo de Magna Carta.
Nos mostraban versiones de ELP, Rush, Yes, Pink Floyd, Genesis o Jethro Tull, además de temas de música clásica reinterpretados para la ocasión por maestros como Rick Wakeman o Keith Emerson.
Lo interesante de estos tributos era el comprobar cómo grupos imposibles de imaginar se reunían para la ocasión y en formato de supergrupo revisitaban temas de supergrupos. Era la música dentro de la música. Y así asistimos a interesantes proyectos en los que, por ejemplo, Steve Morse, era el guitarrista de Rush, Jordan Rudess adoptaba la figura de Keith Emerson, el desafortunado Kevin Gilbert se convertía en Peter Gabriel, Ian McDonald era el nuevo Ian Anderson o el cuerpo principal de Magellan se clonaba como Pink Floyd en The Dark Side of the Moon.
Realmente, este trabajo era una mera presentación del catálogo de artistas y tributos de Magna Carta, esencialmente, pero era un bombón muy apetecible para elegir el título que más nos gustara. Yo, particularmente, me comí toda la caja.
Nos mostraban versiones de ELP, Rush, Yes, Pink Floyd, Genesis o Jethro Tull, además de temas de música clásica reinterpretados para la ocasión por maestros como Rick Wakeman o Keith Emerson.
Lo interesante de estos tributos era el comprobar cómo grupos imposibles de imaginar se reunían para la ocasión y en formato de supergrupo revisitaban temas de supergrupos. Era la música dentro de la música. Y así asistimos a interesantes proyectos en los que, por ejemplo, Steve Morse, era el guitarrista de Rush, Jordan Rudess adoptaba la figura de Keith Emerson, el desafortunado Kevin Gilbert se convertía en Peter Gabriel, Ian McDonald era el nuevo Ian Anderson o el cuerpo principal de Magellan se clonaba como Pink Floyd en The Dark Side of the Moon.
Realmente, este trabajo era una mera presentación del catálogo de artistas y tributos de Magna Carta, esencialmente, pero era un bombón muy apetecible para elegir el título que más nos gustara. Yo, particularmente, me comí toda la caja.
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