domingo, noviembre 24, 2024

AMAROK: CANCIONES PARA UN PLANETA HERIDO (2024, AZAFRÁN MEDIA)


AMAROK: CANCIONES PARA UN PLANETA HERIDO (2024, AZAFRÁN MEDIA)
 

Temas:

CAPÍTULO I

  1. I.A 8:46
  2. Permafrost 8:39
  3. Cuatro erizos 4:24
  4. Los secretos del río 8:28
  5. Gunung Padang 8:49
  6. El imperio del plástico 4:16
  7. M'goun 2024 7:05

CAPÍTULO II

  1. Bosques silenciosos 10:08
  2. Solastalgia 7:53
  3. El abrazo del árbol 2:57
  4. La Puerta de Hegra 5:28
  5. Mujer Luna 2024 4:55
  6. Numa 3:06
  7. Madre Agua 15:54

Músicos: 

Robert Santamaría: teclados, programaciones, guitarras de 12 cuerdas, kanun, saz, santur, melódica, golckenspiel, kalimba, percusiones.

Marta Segura: voces.

Manel Mayol: flauta travesera, tin whistle, flauta dulce.

Pau Zañartu: batería.

Renato di Princio: batería, ensemble de zarb, riq y daf.

Jordi Rallo: tabla.

Alan Chehab: bouzouki griego.

Tarik Smith: trompeta.

Berna Jones: violín.

Joan Miró: oud y voces.

Víctor Estrada: theremín.

Nuria Martínez: palmas.

Luis Blanco: vibraslap.

 

Extensa y delicada odisea de Amarok, que presenta una bitácora de viajes por el progresivo occidental y la tradición oriental para deleitarnos con un ejercicio que se me antoja el más intimista de los de Robert Santamaría. Quizá este doble trabajo, dividido en dos capítulos, muestra el cenit de un grupo dedicado a desgranar esencias que van perfumando la escucha de cada uno de los temas aquí contenidos.

Es más, yo lo consideraría junto a Hayat Yolunda (2015) y El Ojo del Mundo (2021) el cierre perfecto de una trilogía panteísta tanto por su temática como por su colección de melodías y armonías. Incluso se recupera temas clásicos y extremadamente queridos del repertorio de Amarok destacando “Mujer Luna” o un maravilloso “M’Goun” contenido en Tierra de Especias de 2000, lo cual reafirmaría mi punto de vista en el que el Universo y la Naturaleza es una manifestación divina.

Dejando aspectos filosóficos a un lado, nos encontramos ante un trabajo construido por detalles y arreglos inmensos que van desde un rock progresivo clásico y pastoral, como el Oldfield de Incatantions, para pasar a bucolismos al piano y a los instrumentos acústicos, con los que Robert se desenvuelve a las mil maravillas. Y es que Santamaría no solamente es un virtuoso de los teclados, recordando en sus esmeradas intervenciones tanto a Banks como a Emerson, o de las guitarras de 12 cuerdas, que son pulsadas magistralmente como si de un Anthony Phillips en estado de gracia se tratara; sino que también se hace cargo de instrumentos menos tradicionales en el mundo occidental, como el kanun, el saz, el santur o la kalimba, entre otros. Y es precisamente por esa variedad instrumental tan amplia que la música de Amarok está siempre impregnada por aromas y esencias que palpitan constantemente en su interpretación formal.

A Santamaría le acompañan también Marta Segura, una vocalista inseparable de la marca Amarok, proporcionando una calidez sensible en cada una de sus intervenciones. Además, participan muchos más músicos que imprimen carácter a los temas, entre los que destacaría a Manel Mayor y sus sentidas flautas; a los bateristas y percusionistas que dan vida al corazón de Amarok de la mano de Paul Zañartu o del inefable maestro Renato di Prinzio; a la trompeta de un exquisito y acertado Tarik Smith; y también al apetecible Theremin de otro habitual de Amarok, Víctor Estrada.

Como decía antes, asistimos a una confluencia de géneros, con predominio total del rock progresivo de tinte más clásico e idílico, pero adornado de intervenciones folk rock, gracias a esa prominencia de violines, o la música oriental más sensible gracias a intervenciones de tablas y ese piélago hermoso formado por el saz o el kanun, de los que Robert Santamaría es un hábil mentor y  maestro. Incluso se escuchan las brisas del Mediterráneo generadas por el bouzouki, o las guitarras y teclados acústicos y trompetas, que nos devuelven ecos italianos a lo Banco del Mutuo Soccorso.

El resultado final es un exquisito lienzo musical impregnado de delicadeza y folclorismo latentes, intimismo en las exposiciones, fluidez en los desarrollos y fuerza anímica en la ejecución del conjunto total. Se nota que es un trabajo cuidado y hecho a gusto, sin ninguna duda. Las músicas contenidas en Canciones para un Planeta Herido nos transportan con ese sentimiento que sólo Amarok sabe imprimir a través mundos oníricos en los que no sólo la música es elaborada, sino también las letras y la poesía contenida en ellas con un mensaje natural comprometido.

En definitiva, estamos ante una obra muy trabajada, que se empezó a acrisolar en 2022 y 2023 y ha desembocado en un auténtico deleite espiritual que trasmite emotividad, riqueza expresiva, energía, gracia, frescura y solidez de planteamientos, lo que nos lleva a definir a Amarok como un grupo esencial en el panorama mundial de la música progresiva convertida en Arte imperecedero.

https://robsant.bandcamp.com/music

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