domingo, enero 26, 2020

COMPUTERCHEMIST: THAT WHICH PREVAILS (2020, DAVE PEARSON)



COMPUTERCHEMIST: THAT WHICH PREVAILS (2020, DAVE PEARSON)
    
  1. The circumstances beyond one's control
  2. Time is a great healer (parts III-IV)
  3. That which prevails   
  4. A Dali-esque dreamer 10:34 
  5. The end of times 11:31

Dave Pearson: Teclados, bajo y guitarra eléctrica, secuenciadores y programación de batería
Zsolt Galántai: Batería en 3
 
El problema de publicar un trabajo tanto a finales de año como a principios del mismo es que corren el peligro de olvidarse bien por tardíos bien por tempraneros. No obstante, la calidad de algunos de ellos supone que no puedan ser desterrados de nuestras cabezas no en uno sino en varios años. Este es el caso del nuevo trabajo del sintetista británico asentado en tierras magiares, Dave Pearson.
No hace mucho, allá por el mes de marzo del año pasado, Computerchemist publicó su excelente, emotivo y artesano Volcan Dreams, un ejercicio generoso a partir de teclados analógicos por recuperar aquel espíritu setentero de lo que se dio a conocer como la Escuela de Berlín. Pero puedo asegurar, tras las ininterrumpidas escuchas de esta maravillosa obra que estrena el 2020 que estamos ante un ejercicio esencial de simbiosis progresiva y escuela de altos vuelos electrónicos espaciales.
Este That wich Prevails se desvela como un artefacto melódico con estructuras complejas que oscilan entre las esencias floydianas, tanto en los desarrollos lánguidos y extensos hasta el infinito como en las guitarras gilmourianas, y las pautas estratosféricas establecidas por aquel trío inmortal que estaba compuesto por Franke, Froese y Baumann.
Y es que a los inteligentes recorridos secuenciados, se les unen melodías exquisitas llenas de texturas maravillosas y cálidas que engrandecen ese universo creado por Pearson. Además, se revela, como en trabajos anteriores, totalmente recomendados, como un estupendo, técnico, templado y pleno de aliento guitarrista que sabe, como pocos, desarrollar prolongados y melancólicos espacios de belleza inagotable.
Destacar temas sería un pecado puesto que el álbum es redondo de principio a fin ya que desde un constante flujo de ideas, la música se va haciendo cada vez más inmensa, como si se tratara de la construcción de una catedral sonora destinada a permanecer firme con el transcurso de las edades.
Obra maestra del progresivo con marcados tintes electrónicos y sinfónicos, el álbum que nos ocupa será uno de los mejores publicados por nadie en su género y servirá de referencia para esta década, y posteriores, me atrevería a afirmar, como ejemplo de composición melódica, ejecución cuasi angelical e inteligencia creativa: un disco entrañable, acogedor, lleno de esencias y sentimiento. Un doce sobre diez. 

domingo, enero 12, 2020

EL ÉXTASIS Y EL TORMENTO: ENTREVISTA CON LUIS ARNALDO


EL ÉXTASIS Y EL TORMENTO: ENTREVISTA CON LUIS ARNALDO


Agony & Ecstasy One Man Band es el proyecto musical más arriesgado y a modo sonoro, el más radical apradinado por el  baterista y compositor Luis Arnaldo Álvarez, popularmente conocido como Arnie
El músico madrileño está confeccionando en la actualidad lo que será próximamente su nueva entrega discográfica en lo que a Agony & Ecstasy concierne. Un trabajo del que estamos más que seguros de que no genera indiferencia alguna entre los fieles a los sonidos más experimentales del Avant Garde, el R.I.O y el Jazz en su contexto más complejo.
Tras Agony & Ecstasy se encuentra la figura de un músico que no cesa de sorprender en todos los campos y con loque oferta en los proyectos en los que milita. Luis Arnaldo o Arnie, es uno de los músicos que forman parte de un colectivo bulímico que huye  de modas, convencionalismos, etiquetas y de música de diseño audible en el formato más accesible de la misma. El propio Luis está clasificado como uno de los terroristas sonoros más activos que la escena de la música progresiva y experimental ha dejado en España en los últimos años.
Luis, es por otro lado no solo es  un experimentado y gran músico, sino que fue y sigue siendo una de las voces más prestigiosas  con la que la radio profesional nacional y local tuvo el placer de tener en sus filas, al servicio y la defensa de las músicas avanzadas. También es el responsable de ArnaldoStudio (su propio estudio de grabación),y miembro de otros proyectos musicales tan variados como Vörtex (Metal Experimental),  Next To Andromeda (Ambient Space Rock) y Alkaid (Jazz Rock) y músico de sesión en su propio estudio de grabación, en el que trabaja como baterista de sesión grabando baterías  para otros artistas y donde a su vez crea músicas destinadas a audiovisuales. En el año 2017 fue el creador del proyecto Impro-Imaginación, basado en una terapia de motivación orientada a músicos amateurs y profesionales desmotivados por enfermedades o problemas psíquicos. También es un gran admirador y defensor de otros músicos que hace décadas abrieron un camino muy importante dejando un gran legado del que bateristas como Luis se siguen nutriendo en la actualidad.
Charlamos a continuación con el creador de agonías y éxtasis para conocer la actualidad de un proyecto puro ajeno a aditivos colorantes ni conservantes.

¿Cuándo y por qué nace Agony and Ecstasy?

Nace en el año 2006 como un proyecto centrado en la temática conceptual, en la que se tratan elementos de un presente global en lo que al fenómeno socio-político se refiere. Lo que intento expresar a través de Agony & Ecstasy son diversos estados por los que el ser humano del siglo XXI atraviesa en el día a día, abordando un tiempo en el que el exceso de información, la avalancha de las tecnologías, internet y el mal uso del mismo (fundamentalmente en redes sociales o la pestilencia Youtube y el consumo de cultura Streaming), junto con la hornada de oportunismo, mala gestión y excesiva obesidad mental sin un modelo político transparente y de credibilidad a seguir,  le dan forma a un enfoque musical reflejado mediante el radicalismo sonoro, o lo que es igual,  la oposición a imposiciones de aroma sepia que durante décadas continúan contaminando y obstruyendo las arterias de la sensatez afectando gravemente a la estabilidad y el equilibrio social.

¿Se puede decir que este fenómeno es el motor de guía del proyecto, la arquitectura social de la actualidad?

Prácticamente sí, porque en este tiempo de agitación y vértigo está casi todo al alcance de nuestras manos. Somos una aberrante raza humana que no ha sabido asumir y distinguir comodidad del concepto tecnológico en el uso y dominio del mismo. Actualmente compramos Online desde una docena de huevos a una  vivienda en la que habitan ladillas o se dan aromas paranormales… O desde un cojín hinchable con la cara en relieve de Chicote,  a un amplificador de guitarra que sustituye su mecanismo de válvulas por ventosidades de abubillas, o si me apuras, a adquirir un triste y simple  billete Metro con recorrido de Portazgo a Cuatro Caminos. Son tiempos en los que campea a sus anchas ese totalitarismo abuso de la comodidad a bordo del incómodo inconformismo, del que hace treinta y cinco años o cuarenta estábamos más que distanciados, a pesar de que obviamente seguíamos siendo más inocentes que santos, pero a otra escala. En 1989, era algo totalmente impensable pasar de soñar constantemente con naves espaciales que poblarían los cielos de calles y pueblos del territorio español en el nuevo milenio, a poseer elementos tecnológicos que llegasen a hacer por nosotros mismos necesidades biológicas, o poder estar en contacto con habitantes de los cinco continentes de forma constante.  Pero si este hecho, lo analizas desde el punto de vista de la realidad más cruda, a pesar de que a día de hoy lo tenemos todo, estamos inclusive mucho peor que hace treinta y cinco, cuarenta o cincuenta años. En tiempos pretéritos con menos se hacía mucho más.

La música no ha estado exenta de haber sufrido esta metástasis ¿Estás de acuerdo en esto?

La música no ha sido decapitada por el fenómeno internet como tal, sino por el mal uso del mismo. Desde la llegada de Internet a España, de cada diez ordenadores hallados en los hogares españoles, ocho, han estado única y exclusivamente destinados al uso de Internet orientado hacia la presencia del usuario en el mundo de la pornografía de todo tipo y color, en el de los chats  de estructura basada en esa búsqueda de amoríos y amistades en la persistente y amorfa lucha contra pronóstico de hallar el amor o la amistad idílica bajo el temor a la caverna de la soledad , y en la actualidad la incorregible fiebre de las redes sociales en las que las vidas privadas, la intrusión profesional y el aburrimiento que trae consigo el ocio excesivo y la mala gestión del mismo, cita en la red a un amplio circo de humanos que han encontrado este mundo un nuevo hogar y forma de vida.  ¿Cómo ha podido influir esta actitud de la sociedad del presente siglo a la descomposición global de la cultura? ¡¡Esta es precisamente la cultura dominante y no solo desde la aparición de Internet y las tecnologías más ingeniosas estructuradas para seguir adulterando a vagos cerebrales?! ¡Es algo que a fin de cuentas no es novedoso, sino que ya procede desde tiempos inmemoriales al margen de que veinte siglos atrás no existiesen internet, pero el ser humano ya se perfilaba como la máquina perfecta diseña para avanzar hacia una retrogresión incoherente!!
Y por supuesto que a día de hoy son incontables el número de músicos que emergen constantemente hasta de debajo de las piedras y que, a gran escala, el porcentaje de la concesión musical de la era que nos corresponde, se basa en la competición, los ineludibles alardes en torno a delirios de puro y crudo exceso de tecnicismo en los que se palpa el abandono de la musicalidad y el sentido más honesto de la creación artística.  Claro está, que los músicos seguimos buscando presencia en los medios para difundir nuestras obras, y somos más que conscientes, de que los propios medios de difusión en la actualidad, son lo que son. La presencia mediática ha estado copada siempre por ceremonias letales como la televisión y su soberana repetitividad y cada vez más escasa propuesta cultural, pero al estar manipulada ha de ceñirse  al suma y sigue  de la ciencia exacta, la cual no cesa de ser conducida por ineptos y mantiene elaborando productos en diferentes formatos que  captan a un público irrespetable, por lo tanto nos queda como recurso prostituirnos en plataformas digitales o tener presencia en otro de los mayores focos de promoción deplorable como es  YouTube, en el que cada cual expone su trabajo, siendo esta Web un espacio aprovechado en un alto porcentaje por otros músicos con finalidades exhibicionistas y  didácticas. Constantemente podemos apreciar tutoriales en YouTube que van desde como freír un huevo a presenciar a un incalculable número de músicos mayoritariamente desconocidos que sin tener el mínimo pudor o sentido del ridículo, tratan de instruir sin conocimiento de su propio instrumento a la inocencia más salvaje de la espantosa unanimidad, como si fuesen  los nuevos Buddy Rich o John MacLaughlin del siglo XXI en el aula magna de la Berklee School Así que… ¿Qué es lo que ha evolucionado realmente? ¡¡Nada!! Seguimos siendo totales y absolutos corderos de la imposición y su consecuente dentera, pasto de toda esa amplia gama de unos poderosos cada vez más pobres, y su interés en seguir domándonos con la finalidad de continuar encauzando a un redil  sin que se desmarque de la corriente marcada por el oportunismo y su clásico objetivo enfocado hacia tesituras de color fucsia donde imperiosamente a  velocidades vertiginosas,  la sociedad es cada vez más hueca sin que esta, protagonice de una  vez por todas ese meritorio espacio que le corresponde dotado de estabilidad y  un coherente equilibrio mental.

Por lo tanto ¿esto es lo que manifiestas a través del sonido de Agony And Ecstasy y la causa fundamental que te hizo llevarlo a cabo?

Sí, así es.
Si he de ser franco, me he sentido muy incómodo con muchas cosas de todo cuanto he venido viviendo y respirando en mi entorno desde prácticamente el año 1992 hasta la actualidad. Digamos que, siempre ha habido algo que me ha incomodado y a su vez, me ha convertido en un ser poco receptivo con la década de los 90 y la posterior trayectoria hacia el nuevo milenio. Como si de un presagio caótico se tratase. Ni cultural, ni política ni socialmente he tenido un prisma óptimo del desarrollo, la evolución y la orientación de mi generación y las sucesivas. Creo que cuando despedí el año 1989 para adentramos en la década de los 90, empezamos esa caída empicada hacia una arquitectura de estructura claramente orientada hacia una revolución de hipocresía, excesos consumistas, alardes de grandeza gritados desde la miseria, y retrogresión absoluta. Esto mismo ya sucedía desde tiempos muy remotos en este país, pero los viví tras la cortina de la inocencia. Y desde mi punto de vista, es lamentable vivir en una era en la que teniéndolo prácticamente todo, se esfuma la coherencia dando paso a la perdida y la extinción de valores básicos en nuestra condición humana. Es surreal e irrisorio, o quizá triste, muy triste vivir en una época en la quien comete excesos de drogas y alcohol tira a la basura un pack de pan de molde, alegando que el mismo lleva diez horas caducado y le puede hacer daño. Tiempos, en los que se cuida el físico por motivos estéticos y se desprecia el cuidado de la salud. Tiempos en los que los poderosos emergen de la pobreza más voraz mientras que la mendicidad es la base del poder… Son tiempos del síndrome Neo, tiempos en los que la droga más agresiva se ha establecido en los grandes pueblos mientras que en las urbes la contaminación es salud… Tiempos en los que los que los animales son mascotas privadas de su condición… En los que el respeto brilla por su ausencia, en los que la violencia física es el lenguaje universal, el feminismo y el machismo son un símbolo letal… O tiempos en sí en los que el fascismo es comunismo extremo y el centralismo neo prostitución nacionalista… Tiempos de ‘’memocracia’’ exprimida, dotada de sectarismos, y cortas distancias que generan grandes latifundios de odio y frialdad propiciados por las constantes torpezas panderetiles que nuestro país ha portado en su bandera, cuyos colores han inspirado a los payasos en el diseño de sus indumentarias como aliciente en la cada vez más fácil tarea del hacer reír.
Una extensa exposición que puede definir lo que es Agony & Ecstasy intenta transmitir como proyecto musical.

Totalmente de acuerdo Luis, y de todos los proyectos musicales en los que militas, y más en concreto, los que apadrinas ¿Qué significa para ti Agony and Ecstasy?

Agony & Ecstasy significa desequilibrio desde el epicentro de un equilibrio que a modo de inconformismo e ironía, pretende espantar y descuidar por completo oídos lejanos, procurando aproximarse con cautela y total estima a los oídos más cercanos, a cambio de críticas que contribuyan a la mejora y el progreso de mi propia música, huyendo de elogios y madrastras.  Agony And Ecstasy es el proyecto de mayor reto musical y con el que me identifico en todos los aspectos.

Lo has enfocado desde tu percepción y concepto de la vida con la finalidad de remover actitudes demasiado, digamos, conformistas que también se dan en el espectro musical de vanguardia progresiva, si me permites esta definición, a la que muchos autodenominados críticos musicales se han acomodado. ¿Estás de acuerdo conmigo?

¡¡Exacto!! Estoy considerado como un terrorista sonoro cuyo objetivo es dinamitar el caos con otro tipo de explosivos, como son mis instrumentos y su carga de diálogos musicales dentro mi personal concesión de la libertad de expresión sonora. Este ataque, lo he perpetrado siempre hacia las actitudes de una enfermedad crónica como es el conformismo inconforme, hallado en ese vacío que trae consigo y más en la actualidad, el intrusismo, otro fenómeno muy de moda en los últimos años donde se juega a ejercer profesiones culturales como las de músico, actor, pintor, escritor, cineasta, periodista especializado o locutor de primer orden, siendo avalado por buenos recursos como refuerzo, pero disponiendo del uso de la peor materia prima

El Rock Sinfónico Progresivo y sus ramificaciones en la actualidad ¿crees que han perdido toda su credibilidad y respeto debido a esta nueva ola de críticos?

Si una composición musical en concreto excedía de más de tres o cinco minutos de duración sobre un marco complejo y sin estructura vocal en la misma, ya estaba condenada a no tener  presencia mediática hace más de cinco décadas. En aquellos tiempos, el negocio musical se gestionaba en pequeños despachos donde imperaba en el ambiente un intenso olor a sobaco de mandril del Zambeze, mezclado con el aroma de puros de un metro de diámetro por tres de largo, generando en un espacio de siete metros cuadrados un aroma vomitivo. Evidentemente, como en la mayoría de los negocios, el responsable o fundador de un sello discográfico, si carecía de algo, era precisamente de conocimientos musicales y gusto tan refinado como exquisito, por lo tanto, el pestilente directivo se dejaba asesorar por el estúpido títere que carente de criterio musical,  podía atisbar desde debajo del punto de unión de sus cejas un negocio basado en propuestas musicales más absurdas que culturales, a las que con un poco de líquido de caramelo sobre su textura, se les podía sacar el mejor de los partidos para que las cifras fuesen rentables, asegurándose el consumo masivo de las mismas. Esta estrategia sigue en vigencia porque es imperecedera, pero en tiempos actuales aún es mucho peor, porque desgraciadamente todo producto asociado al arte sonoro tiene cabida y presencia hasta en aire que respiramos, a pesar de la caída de la venta de los formatos físicos como los cd´s y el vinilo.
Por aquellos mismos despachos, desfilaban otros aficionados a la escritura y la fantasía de cemento, los cuales por el hecho de reseñar a las bandas más representativas del Pop Art en los periódicos de mayor tirada y de ver su propio nombre reflejado en la firma de la reseña, se autodenominaban críticos musicales. La mayoría de ellos, eran estudiantes, o tenían otras profesiones y ¿cómo no? muy poco gusto, conocimiento y criterio musical. Si hablamos de licenciados en periodismo al uso y especializados en el musical podían ser a lo sumo cuatro de mil. Y esto mismo es lo que sigue sucediendo en la actualidad, la diferencia es evidente dado que ahora en vez de ser mil, son millones de millones. Y ya no solo se atribuyen una profesión en la que no se han formado y la que desconocen por completo, sino que son los creadores de un amplio despliegue de etiquetas que han hecho la música contemporánea todo un maremágnum de vertientes, corrientes y océanos infumables en su mayoría.
Afortunadamente se sigue haciendo muy buen Rock Progresivo Sinfónico, R.I.O o Jazz, pero precisamente los productos que cuentan con más  pureza y genuina crema de cacahuete siguen sin tener presencia mediática a pequeña escala,  y hay que pescarlos con caña en la red, para investigar a esas bandas y posteriormente  llegar a las mismas con la finalidad de apoyar su obra y darles toda la cobertura posible en ese petit comité del criterio, que por fortuna aun predomina en la actualidad en muy escasos roncones del planeta.

Volviendo a Agony And Esctasy ¿Cuál es tu intención con respecto al oyente cuando se enfrenta a un trabajo de Agony and Ecstasy? ¿Qué quieres comunicarle al oyente?

Trato de llevarlo a la visión de mis conceptos a cerca de la impresión que diversos conceptos me generan. En resumidas cuentas todo lo que citado con anterioridad sumado a la intención de transmitir a su vez, lo que me conduce en cada momento que escribo o me sumerjo en una composición a merced de impresiones cotidianas tales como espacios, tiempos, personajes, paisajes y emociones diversas que intento construir sobre  estructuras de agonías y estasis, con la finalidad de incomodar en la mayor medida posible la obstrucción auditiva de ciertas especies encasilladas en el mundo de los seres vivos.

Me explico, Code Walrus,  otro de tus proyectos que compartes a dúo con el guitarrista Chou Saavedra, es un progresivo fresco, sin vergüenza y ecléctico que requiere mucha atención al oyente. Pero Agony da una bofetada crítica, según mi punto de vista, a quien prefiere que le den todo hecho en contraposición a aquellos que investigan en cada nota y en cada recodo de tu música un referente contemporáneo de inconformismo. Conocida esta parcela de tu trayectoria, ¿crees que tu música está trazada para incomodar a la obesidad cerebral que reina hoy en día?

Así es. Ese es otro de los motores vitales de Agony & Ecstasy. Mencionaba anteriormente que Agony procura ser fiel a ese terrorismo sonoro en el que predominan escabrosos terrenos en los que el oyente no puede surcarlos con comodidad. Agony es una continua búsqueda de horizontes imperfectos en el perfecto sin sentido de un lenguaje que huye de cárceles creadas en simétricas estructuras de igualdad desigual.

¿Crees que está todo inventado en el mundo de las músicas progresivas, o el problema de los músicos es pecar de originalidad?

Se puede decir que el problema radica en la constante búsqueda de una originalidad creativa que peca de excesos hallados en el laberinto de un almacén demasiado repleto de trastos contemporáneos, cuyo origen ya ocupó el lugar correspondiente en su momento.

Toda una filosofía musical lo tuyo, Luis. ¿Cómo surge el proceso compositivo en el proyecto? Dada su elaboración y complejidad, supongo que es una unión de ideas que vas amalgamando para conformar un todo. ¿Es así o es menos complejo que el resultado final?

La composición no es un proceso estipulado a seguir dentro de una método o norma concreta. Existen momentos en los que las ideas fluyen constantemente y se van amarrando para que posteriormente sean atados todos los cabos, y existen otros momentos en los que sigo una directriz en busca de la propia motivación. Normalmente la filosofía es espontánea y visceral, y es en lo que posteriormente se van desarrollando el resto de elementos de la elaboración de un puzle irregular ligado a un mismo nexo por difícil que este sea de asumir.

A pesar de que hay grandes  colaboraciones en tu proyecto, ¿por qué prefieres que Agony and Ecstasy sea el proyecto multiinstrumental de un solo músico, es decir, por qué ese deseo en que todo esté controlado por ti? Casi llegas a convertirlo en algo sagrado e intocable.

Entiendo que realmente doy una impresión dictatorial y narcisista basada en un todo yo. Pero lo cierto es que este formato individual lo he venido practicando  en  Agony  & Ecstasy durante toda su singladura. Pero lo que realmente necesita este proyecto son colaboradores sin ningún tipo de prejuicio creativo, que aporten su visión musical a mis propias ideas. No soy multi-instrumentista al uso,  mis conocimientos en instrumentos de cuerda o metales son limitados, y en mi propia parcela, la percusión, no me considero ni soy alguien distinguido. No puedo abarcarlo todo haciendo música, al igual que en la vida misma, es preferible ocupar tu lugar en tu faceta, hay que darle huir de ese afán de dominarlo todo.
Me he formado como baterista y de hecho la práctica musical es un continuo aprendizaje y con el tiempo te vas integrando con cautela en otros instrumentos y más aún, conforme vas adquiriendo conocimientos musicales, pero no me identifico como un hombre orquesta confeccionado en cualquier laboratorio japonés o estadounidense, de cuna virtuosa avalada por el poderoso apoyo incondicional respaldado por el un bolsillo ambicioso y dictatorial  que lo apuesta todo porque su descendencia sea una figura distinguida y destacada en el campo musical. Estoy muy lejos, muy lejos de ser un Crack. Así que las colaboraciones de otros músicos son vitales, al igual que sus propias ideas son bienvenidas para posteriormente trabajar y evolucionar conjuntamente en ellas.

¿Cómo fue recibido el segundo álbum Pranks por la crítica sesuda y cabezuda que pudo escuchar tu obra?

¡¡Muy pocos han tenido cojones a desgranar y a apoyar Pranks en su difusión!! Y me alegra, porque eso un síntoma que me cerciora de que hice un disco realmente extravagante no apto para cardiacos. Tan solo  los incondicionales  y nobles, y a la par escasos, muy escasos  responsables de los medios de difusión especializados se hicieron eco de un trabajo discográfico muy distinto a cuanto sale del horno central  de mis proyectos de color sepia.

¿Cómo surgió Pranks, esa serie de travesuras sonoras basadas en diez canciones?

Pranks  es una obra de campo en su mayoría y de experimentos en estudio grabados tal cual iban surgiendo. El resultado fue un producto quizá precipitado que hubiese podido dar más  juego a una sustancia consistente. Es una obra calificada por algunos como dotada de: ‘’placenteros escalofríos’’. Al igual en la primera obra discográfica de Agony & Ecstasy; The Dementia Architecture, me ocupé yo mismo de la grabación de todos los instrumentos, a excepción de un solo de guitarra que aporto Chou Saavedra, a quien posteriormente le encomende la producción del disco. En Pranks, me basé en casi su totalidad en diversas grabaciones de campo, improvisaciones junto con la incursión de instrumentos de percusión étnicos, o simples objetos de los que disponía a mi alrededor con el fin de crear sonidos y efectos variados. Te hablo de muelles, llaves, cajas de madera de diversas dimensiones, piedras, cucharas, tenedores, cafeteras, sonidos ambiente reales humanos y animales… Es decir, valía absolutamente todo. A esto, hay que sumarle la colaboración en la Gaita escocesa de Angus MaCould, y de la vocalista africana Wyounna en la pieza derrumbamiento, quien interpreto en clave de rumba un magistral conjuro Masai.
La elaboración de este disco estaba coincidiendo con la grabación de mi álbum en solitario Now, el que publique en el año 2015 y que se distancia con creces del concepto de todos los proyectos en los que milito. La cuestión es que mientras grababa Now, comencé a escribir un tema basado en los mitos y leyendas del castillo de Glamis en Escocia con la idea de hacer una obra conceptual a cerca del mismo. Pero un buen día, todo dio un giro de 190 grados y mientras iba transcurriendo la grabación de Now, comencé a crear de forma espontánea Pranks hasta que en el año 2017 hice una selección de temas, y publiqué los diez más frescos. En la canción que cierra el disco: Zoom, utilice un dialogo de adolescentes norteamericanos que hablaban del aborto como un si de un delito grave y el ritual más satánico se tratase, y a las dos semanas de lanzar el disco, recibí un correo electrónico de una persona que había escuchado el álbum en Bandcamp  que en un tono déspota me acusaba de haber hecho un plagio en toda regla en el tema Zoom por haber incluido en el temas según su opinión un diálogo de algo tan serio, delicado y practicado por mujeres insensibles y  de mala vida como el aborto. Así que respondí a este individuo a enviándolo a abortar… Digamos que un paraíso de aroma repulsivo para la mayoría de seres vivos. El diálogo de estos subnormales americanos, lo de un patético video de la red, y eso no es un plagio al uso dado que ya estaba expuesto a modo global, eso, es más bien ilustrar una canción reflejando que la estupidez humana no concluye donde se decide decir basta.

Antes mencionabas el papel que han jugado los redactores y críticos, o falsos críticos musicales de hace años,  y creo que tu opinión al respecto en lo que al panorama de actualidad se refiere es la misma pero ¿No es verdad, que con la cantidad de medios que se dispone en la actualidad, y esto es mi opinión personal, la gran mayoría está perdiendo la profesionalidad y todo esto puede llegar a convertirse en alimento de gurús mal informados?

La pregunta ideal sería ¿existen críticos musicales en la actualidad?
La fuente de redacción y posterior confección del periodismo musical llevado a cabo aquí, allá y por doquier en los últimos años nace mayoritariamente de Wikipedia y su amplio amalgama de contrastes ‘’descontrastados’’ hallados en la mayoría de Webs y Web-zines que habitan en internet. Otros, apuestan por la búsqueda de información mediante biografías o publicaciones de texto que en un elevado número han sido gestadas a bordo de la indocumentación y así se gesta todo, en la búsqueda de contrastes sobre laberintos en los que predomina el vértigo de la contradicción. Otro sector de los nuevos Jordis Sierras i Fabras del siglo XXI,  optan por recurrir a las páginas web de los propios protagonistas musicales, un centro mucho más fiable cuando los propios músicos reflejan su propia vida y obra en ellas. Aunque en ocasiones, ese trabajo lo realizan los web masters a quienes se les da toda la información exacta, la que por h o por b, acaban quebrando en la práctica de la modificación y corrección de textos. Pero la enciclopedia y universidad del periodismo musical actual sigue siendo la Wikipedia, ese es el denominador común de un copia y pega, corre ve y dile y percusor del afán genérico de difundir noticias, hechos, datos y citas que posiblemente hayan podido tener lugar, pero en su mayoría no el tiempo exacto que revela este anzuelo diseñado para peces que compiten por alimento rico en grasa en un estrecho acuario de cristales opacos.
No vamos a hablar del papel que ocupa en la actualidad la prensa musical en medios como la difunta radio especializada, dado que esta concluyo hace pocos años con el fallecimiento del gran periodista musical especializado en Jazz Juan Claudio Cifuentes, pero antes de la muerte de Cifu, a mediados años 90, ya se habían extinguido todos los espacios que en la radio profesional tuvieron cabida desde finales años setenta y primeros ochenta, que por desgracia, fueron contados. Cierto es por otra parte que aún se mantienen pequeñas entidades radiofónicas locales de antaño  en las que perduran legendarios programas especializados con más de treinta años de trayectoria brindando apoyo incondicional a grupos de estilos determinados como el Rock, el género que  quizá tenga mayor presencia en las pequeñas ondas  y la red, la cual está saturada de webs, webzines, emisoras Online en las que salvo dos excepciones, colgar un pequeño candil de llama débil  es prácticamente  reto imposible.
Si buscas en otras plataformas es incalculable el número de podcast que habitan en internet  destinados su almacenamiento en el aquelarres como Ivoox, donde a diario se almacenan numerosos audios radiofónicos a la carta de un oyente desconcertado. Y en la parcela musical que nos ocupa, la de las músicas progresivas, los podcast hechos en este país, son escasos e  incitan al suicidio de forma directa. Sus absurdos contenidos diseñados por los nuevos Cristobales Colones del género  carecen de contenidos de criterio, cuentan con nulos conocimientos de la materia a los que hay que sumar la falta del concepto de radio especializada, la falta del testimonio de los músicos de las bandas que difunden participando con entrevistas y ese rigor informativo que brilla por su ausencia. Y lo peor, es que quienes realizan esos espacios de ocho, nueve o doce horas de duración también se auto definen como profesionales de la difusión, a través de sus propias páginas web usadas por ellos mismos como soporte y lanzadera de una lamentable trampa en la que cae la unanimidad del tedio.
No usurpo ni me adentro en Ivoox, en su momento, cuando veía que un podcast contaba con más cien escuchas, tenía claro que ese audio no podía tener el mínimo interés para mí. Por lo tanto lo mejor es huir y no perder el tiempo prestando atención a  espacios que se encasillan dentro de un estilo musical especializado, en este caso el Rock Progresivo, y en esos mismos programas sin ton ni son,  escuchar  desde un viejo tema de Manowar a lo añejo o actual de Flower Kings alegando que son la esencia y la base del progresivo clásico sueco, o que Imán, Guadalquivir o Triana lo son  del español y tras escuchar a unos infumables  Clepsydra o Dracma,  volver a tener contacto auditivo con lo nuevo Kiss,  Tierra Santa,  Marea o Anthrax. ¿Es esto un espacio especializado en Prog Rock? Estos audios, estos podcast están creados por ‘’soplapollas de ayer y de hoy’’, de procedencia subterránea y vírica cuya sede está asentada en el  epicentro del ‘’nadismo’’, aunque es admirable su  atrevimiento a la hora de publicar libros biográficos o de ciencia putrefacción,  de  crear música y publicar discos o de  volar sin motor sobre un estrecho cielo pentagonal. La intrusión a la que tanto hacemos hincapié es una de las metástasis más letales de la nueva era.
Todas estas personas que ejercen otras profesiones que les dan el pan y sustento  de cada día son pequeñas sectas que no contribuyen en ningún aspecto a que las nuevas o veteranas generaciones puedan adentrarse en las músicas progresivas con una base sólida y de credibilidad, ni apoyan a las bandas más necesitadas, ni se esfuerzan en descubrir a otros grandes representantes del genero tanto pretéritos como presentes.  Ha habido un antes a King Crimson, Yes, Cream, Costa Blanca o Iceberg. Aunque el hecho de que saber discernir entre hobbie y profesión no nos hace más hombres, considero que la humildad debe de ser una fuente de minerales obligados a su consumo, porque en este un país etílico, la resaca hay que combatirla bebiendo humildad, para que esta sea más leal que llevadera. Creo que si uno es carpintero o pastelero, no es ningún motivo de deshonra, al revés, al menos ejerces un oficio y tienes un puesto de trabajo que dignamente te puede permitir tener hobbies como el consumo de arte y hasta poder difundir el mismo como aficionado, cosa que es admirable y respetable, pero tu oficio es el que te da de comer, no con el que matas tu tiempo libre e inclusive te lucras con el mismo con el cuento de la profesionalidad.
Quienes no han tocado un instrumento en su vida,  no se han  formado en periodismo o han hecho radio durante una larga etapa a modo de hobbie como músico, y  tienen la fortuna de trabajar en lo que sea para sobrevivir no deberían de ir por ahí alardeando de lo desconocen, siendo lo que no son, y adjudicándose el mérito de predicadores de un movimientos musicales con largas décadas de vigencia, en afán de ser los descubridores y predicadores  del mismo. A esto súmale la osadía y el atrevimiento de ofrecer cursos de radio, técnico de sonido y gestión y realización de podcast. Lo primero que deberían de tener en cuenta es que la radio al uso es un servicio público que requiere formación profesional entre otras muchas cosas, y  que la radio fórmula es una simple partida de parchís diseñada para el mayor postor, o lo que es igual, si no es radio fórmula especializada, reitero, especializada, es un sedante sin fundamento y otro factor de riesgo para el agravamiento de la obesidad mental.
Me ha hecho mucha gracia en la vida el autodidactita, el artista con nociones y demás pantomimas. Uno puede nacer con nociones y desarrollarlas, pero para avanzar y formarse, hay que acompañarse de un instructor y posteriormente adentrase en el respectivo campo formativo. Y se por desgracia no todos los que se han formado ejercen la profesión, y muchos de los que la ejercen, la compaginan con otros trabajos para sobrevivir. Pero al menos, de una forma y otra, no van por la vida delirando sobre el aire. La gestión cultural de este país fue, es y será así, y ya es bastante desgracia. Pero parece ser que ahora, todos, absolutamente todos somos grandes e ilustres profesionales de lo que no realmente no podemos ser. Unos por ineptos y otros porque no han nacido en un lugar agradecido que reniega del arte, siendo este como otro oficio más, digno, limpio y que no está exento de sacrificio, formación y  disciplina que requieren como toda profesión.
También es muy cierto que lo que ha empezado siendo un hobbie para muchos, se ha convertido en una ‘’profesión’’ de la que algunos viven en la actualidad, y bravo por quienes lo han conseguido. Pero permite que me reitere una vez más. No olvidemos que actualmente vivimos en la era en la que quienes inclusive se han formado y ejercen su profesión, si carecen de algo, es de cultura, criterio y otros valores muy importantes. El paleto, el cafre de toda la vida el Paco Martínez Soria es en la actualidad desde un prestigioso abogado a un nuevo Luis Del Olmo o todo un Paco De Lucía mientras que el viejo sabio e intachable maestro y gran profesional del arte, se ha convertido en un caduco despojo. No solo el arte se ve reflejado en este aspecto.

Por otro lado, yo sé que disfrutas mucho ya no solo de tocar  a nivel personal de un amplio espectro musical que va desde el sinfónico al progresivo, pasando por el RIO, el jazz rock o la música de vanguardia, y eres un gran devorador y consumidor de estos géneros junto con la literatura y el cine, pero  ¿Qué tienen estas músicas y géneros que no tengan otros? ¿Dentro de la música de actualidad y la constante sucesión de corrientes y subgéneros, hay algún artista que te llame la atención?

Creo que ambos, tú y yo hemos crecido con música, al igual que otros cientos de miles. En mi caso en concreto, consumía los discos y cassettes que mi hermano mayor compraba por doquier. Fui uno de esos niños que  en la recta final de los años setenta y primeros ochenta, tuvo la suerte de ver como entraba música principalmente Rock a  casa.  A este hecho, contribuía  en gran medida las endiabladas triquiñuelas de las fórmulas radiofónicas  de la época, las cuales poblaban la FM a merced de la puja por las tendencias más convencionales de la música. Los de nuestra generación crecimos creyendo en la radiodifusión de grupos como  Supertramp, Yes, Genesis, AC/DC, Deep Purple, Led Zeppelin, Kansas o Queen entre otros que  seguían en vigor, junto con  nuevos valores nacionales como Asfalto, Ñu, Baron Rojo, Alameda, Imán, Cai, Borne o Leño, los cuales no nos desagradaban lo más mínimo. Y así han ido pasando los años, en los que del rock, el pop, el folk, el metal y la música clásica y en general tanto en lo que lo que a  viejos clásicos del Pop Art como a los contemporáneos respecta  me han ido llevando a declinarme  hacia los sonidos menos convencionales de la materia, los menos mimados y los siempre excluidos de su meritoria presencia mediática. Y es que, hasta que aceptas que la músico es puro negocio transcurre un periodo determinado de tiempo denominado madurez en el  que casi todo lo que escuchas te entra por los oídos a la par que el cerebro va procesando y cribando cuantos sonidos acumulas, ayudándote a encontrar tu propia identidad musical, sugiriéndote incluso probar de forma paulatina otras propuestas sonoras que satisfagan aún más si cabe tus inquietudes. Y así, es como acabas desembocando en el tiempo en un gusto que no es ni mejor ni peor que el de los demás, o el de los mismos afines, dado que cada cual ha de tener sus propias preferencias y el consumo cultural es algo que va en absoluta función de tu propia identidad personal.
Creo que me identifico con las músicas progresivas y avanzadas  porque desde el día en el que vine al mundo, fui más fantasioso que Rick Wakeman, más investigador que Colombo, más observador que cualquier telescopio de la NASA inclusive, y más inquieto que el trasero de Tina Turner, y tras haber escuchado rock, pop, Jazz  o  folk desde temprana edad, termine declinándome por las músicas basadas en contenidos de elaboración creativa con predominio del tecnicismo y las formas académicas en la interpretación, pero creado desde la humildad y basado en el mundo temático o la libertad de expresión en estado puro. La música que emerge desde la frescura y posteriormente se curte con paciencia, disciplina y pleitesía al arte, me ha seducido más que otras propuestas basadas en la fórmula de aroma añejo centradas  en la búsqueda del acierto, a pesar de que proceden del centro del corazón. Pero no pretendo decir con esto que otras tendencias o estilos no hayan gozado de  meritoria salud y tengan carencia de interés, pero si para todo tipo de senos existen variadas medidas de sujetadores, para gustos lo propio con los colores.
Actualmente se sigue haciendo muy buena música en general, se publican discos que no tienen el menor desperdicio pero eso sí, con cuenta gotas. No obstante, buscando, investigando se encuentran verdaderas obras de arte perpetradas por músicos de un nivel sobresaliente que merecen apoyo, remuneración y lo más importante, reconocimiento a una profesión no a un sacrificado oficio encasillado en el campo de los  pasatiempos en la tribu de los perro flautas.  Me han sorprendido gratamente bandas como Gambarella o proyectos como Fern The Fact entre otros a nivel nacional. Son productos muy interesantes. En lo que al panorama internacional concierne me siento especialmente atraído por nuevas propuestas de Jazz cosechado en Europa y puntuales grupos actuales de Prog Rock y Avant Garde.  Sostengo que la música en general se ha convertido en un campo de concentración de intrusos y de estrellas de competición de diseño esquizoide bajo la finalidad de explorar límites de velocidades, tecnicismos y ejecuciones en general de puro exhibicionismo carente de creatividad y musicalidad.  Es digamos, ese más de lo mismo dentro de un mecanismo engrasado por los neo ineptos del culto al ego con el afán de  presencia virtual en busca  del reconocimiento inocente.
 ¿Cambiará esto algún día  y el músico disciplinado será reconocido como profesional, y el intruso, amateur, o experto mediocre dejara de ocupar la vacante equivoca? Desgraciadamente por ahora no y en ese mañana que con la edad se atisba desde las tinieblas, se puede tener un mínimo de fe en ese fenómeno basado en el espacio  cíclico en el que no solo creen los hijos del derrotismo y la certeza de la exactitud.

En tu estudio de grabación cuando te solicitan para grabar baterías para estilos contemporáneos y comerciales ¿Cómo te sientes ejecutando? ¿Te has encontrado con grabaciones a las que podíamos denominar insufribles? Inclusive, los grupos que graban en tu estudio ¿En su mayoría que propuestas musicales suelen registrar con más asiduidad? ¿Quizá te sientas más libre expresando en la música que destinas a audiovisuales?

Cuando te enfrentas a grabaciones de todo tipo, tienes que estar preparado para asumir desde la más exigente y excitante hasta la más aberrante sin que la desmotivación te aplaste. Siempre tienes la ventaja de que tanto en las unas como en las otras aportas tu pequeño grano de arena, pero a fin de cuentas tocar un instrumento ya crear música  no entiende de ceñirse a un estilo determinado, y lo excitante y aberrante se convierten un deber que hay que llevar a cabo de la mejor manera posible. Concibo la música como  arte y el arte es pasión.
Respecto a los grupos que graban conmigo proceden del rock en su mayoría y de otras propuestas totalmente desvinculadas. No es un estudio orientado a un género determinado, pero lo que más se ha registrado en el mismo ha sido rock de todo tipo. 
Y cuando realizo música para audiovisuales me siento como pez en el agua, y en gran parte es debido a que estoy por fortuna arropado por un número de grandísimos músicos.

Antes hemos hablado de intromisión profesional, de publicaciones biográficas y demás experimentos de texto sin criterio. En tu caso ¿Nunca te has propuesto publicar una biografía, o un libro de batería y percusión?

No soy amigo de las obras biográficas y más teniendo en cuenta de que vivimos en la era del exceso y sobre exceso informativo y donde la carencia de criterio y de  datos de relevancia  y anécdotas de interés no tienen presencia. Pero no, no comulgo con narrar la vida y obra de un artista determinado. Creo que en mi colección literaria las biografías escasean y son muy puntuales. En la discografía de tus bandas predilectas ya tienes todo cuanto necesitas saber de ellos, lo que forme parte del contexto personal de esas bandas, ya es algo que va en función del morbo de cada uno, pero no ha de ser sabiduría estrictamente necesaria para alimentar precisamente algo, que poco tiene que ver con la cultura. Creo que con saber datos y fechas exactos de cuándo y dónde han sido hechas esas grabaciones y por donde han transcurrido sus consecuentes giras, es biblia más que suficiente. Lo que los miembros de tus grupos predilectos hagan o dejen de hacer con sus vidas, sus creencias, manías, glorias penumbras… Y demás, forma parte de su derecho a vivir libremente  quedando exento al menos de mi propio interés. Al fin y al cabo no dejan de ser mitos y leyendas que contribuyen desgraciadamente a dar la imagen más equivoca sobre las sobresalientes alas de la opinión pública.
¿Escribir un libro de batería y percusión? Yo desde luego que no soy el más indicado ni por asomo para esa tarea. No forma parte de mis inquietudes porque no soy  ni mucho menos un Kiko Guerrero, Jordi Colomer, Salvador Niebla, José Antonio Pereira, Xavi Reija, Luis García, Pedro Barceló, ni Barriemore Barlow o David Kerman.  Ese es un terreno que debe de seguir siendo labrado por algunos de estos bateristas que acabo de citar que son grandes maestros y que parte de ellos, o casi todos en la actualidad, lamentablemente sobreviven como pueden en este oficio del que durante las últimas décadas, otros impresentables titulados en la escuela del arte de digerir payasos, se han encargado de convertir esta profesión en hobbie.

¿Y no te has planteado escribir un libro basado en experiencias profesionales, y las anécdotas que has ido acumulando a lo largo de tu vida en referencia a cuantas personas bizarras has conocido en el mundo de la música? ¿O inclusive, un enfoque literario equivalente a Agony And Ecstasy a través del papel?

Enfocándolo de ese modo creo que material para una obra de ese concepto tengo más que suficiente y daría para una buena serie de obras sucesivas. No es algo que descarte en un futuro no muy lejano.

¿Algún personaje de peso que te haya servido como nutriente en tu trayectoria profesional, o para crear música conceptual a modo irónico?

No creo que todos los dedos de la humanidad, sean suficientes para contarlos. Pero creo que todos, absolutamente todos, somos personajes con nuestro ‘’algo’’, del que ningún ser humano a lo largo de la historia ha estado, está y estará libre.

Acabamos prácticamente de salir del fenómeno de la Navidad, una época en la que los músicos y los que poseéis voces radiofónicas potentes, soléis tener bastante trabajo en las campañas navideñas, pero es el tercer año consecutivo que rechazas ofertas, algunas de ellas muy interesantes y te desvinculas de formar parte de las campañas navideñas. Creo que entiendo el por qué lo haces, pero ¿Te importaría explicar el por qué?

Por razones obvias la Navidad ha perdido mucho peso, aunque sean esas fechas del año en las que la sociedad está condenada estratégicamente al consumo. Es un holocausto que puede despertar cierto interés en niños a quienes sus padres les inculcan los quince días más repulsivos del año. La educación es libre e incuestionable. Pero no es momento para ceremonias navideñas al menos en este país, y si me niego a contribuir a las campañas de Navidad, es porque vivo y siento lo que hago, y para mí, no es agradable colorear de música o ponerle voz a la imposición consumista, cuando el hambre siega vidas de niños y adultos, inclusive en mi país donde la pobreza está azotando muy duro, o cuando nuestros ancianos sufren las constantes hecatombes  y criminales reformas y leyes en los que son sometidos a vivir en la más absoluta miseria tras haber dedicado toda una vida al esfuerzo y el sacrificio por la supervivencia. No contribuyo a que en hospitales y fuera de ellos la suerte se olvide del derecho a la vida viajando a bordo de enfermedades que ya deberían de estar exterminadas. No contribuyo a la oscuridad que sufren los hijos de la injusticia, mientras que en la actualidad, la luz navideña ciega desde la calle menos transitada de la mayor urbe del mundo, a la aldea más remota del concejo menos poblado.
Y no hago esto por atribuirme honradez y el derecho a merecer una medalla de distinción. Lo hago por dolor, sensatez y porque la mejor remuneración que puedo obtener, es la sonrisa de todas esas personas, que por desgracia no son pocas, que agradecen a la propia vida que la misma les conceda un día más de luz natural, sin pedir nada a cambio, sin quejarse a pesar de tener motivos de peso extremo para hacerlo,  y que en sus rostros muestran la mejor de sus sonrisas ante la adversidad que trae consigo la impertinente injusticia.
Yo también fui niño en su día, y soñé con la llegada de papa Noel y los tres traficantes de oriente, pero los niños de hoy, por desgracia, están encarcelados en tecnologías que han sepultado juguetes, parques y juegos de antaño. Y lo peor para un niño, es que carezca de infancia natural y del mejor de los juguetes, que en mi opinión no es otro más que la propia imaginación. Reitero una vez más, que actualmente, se tiene de todo, que la sociedad ha llegado a su propia obesidad mental por el mero hecho de que teniéndolo todo, es más pobre y miserable que nunca.

Anteriormente exponías tu impresión acerca de los nuevos críticos y líderes del nuevo gurú musical. Hay que tener en cuenta, que durante años has compaginado tu actividad musical con tu andadura en la radio profesional, en defensa de espacios musicales vinculados precisamente al campo que nos compete. Has desfilado por Onda Cero o  la SER entre otras muchas presentando y dirigiendo programas de gran contenido musical en base al Jazz, el Prog Rock y la música experimental. Aquello sucedió en un tiempo en el que un músico con formación y un periodista titulado que posteriormente se especializo en su pasión, la música, formó parte  desde muy temprana edad de un colectivo de grandes figuras de la prensa y radio musical de los 80 y 90 y a día de hoy, ninguno estáis ya en activo. La mayoría por edad y en tu caso me gustaría saber si te has planteado volver a la radio profesional en defensa de tu pasión. ¿Cabe esa posibilidad o inclusive de que le des un hueco al buen hacer comunicativo e informativo con el correspondiente criterio que necesita la red?

Afortunadamente para mí, puedo adelantar que muy pronto regresare a la FM con Dimensiones Imaginarias Las Otras Músicas en defensa de las músicas progresivas, experimentales, minimales, y del Jazz. A pesar de que los tiempos de la fórmula espaceliada y en general han rotado notoriamente hacia una deriva putrefacta, al terrorismo sonoro no le sobra ocupar un espacio de ataque en sinónimo de defensa de sus valores.

Y para terminar, ¿cuáles son los planes futuros? ¿Cómo está evolucionando la grabación del nuevo trabajo de Agony and Ecstasy, y quienes están colaborando en él? Yo sé que algo va a aparecer y que va a remover muchos oídos musicales.

Estoy trabajando en el próximo disco de Agony And Ecstasy para el que me estoy rodeando de otros grandes músicos, que están contribuyendo a llevar a cabo un trabajo cuyo caudal transcurrirá por un R.I.O de agua potable en la constante lucha por dar con el antídoto adecuado para frenar la obesidad mental. Aunque sobradamente sabemos que hasta que el cerebro no explote, o sufra un derrame letal, no hay solución posible. Pero la nueva propuesta discográfica está prácticamente compuesta, y grabada en parte. Aún queda trabajo por hacer, pero al menos, en este nuevo disco, ocuparé humildemente el papel que me corresponde en el mismo, que no es otro más que estar tras la batería, la composición, la observación, la nostalgia, el respeto, el seguir riéndome de mí mismo y después de un inocente  resto amorfo, al que pretendo desagradar una vez más con el mismo ataque, ese ataque que no entiende de defensa, tensión o la búsqueda y captura de un protagonismo excéntrico, intruso, populista, socialista, centralista, ambidiestro… O la madre que me pario.
Para este nuevo trabajo he contado con músicos de la talla del baterista Antonio Sanchez (Pat Metheny, Migration, Bad Hombre), Bill Noland, Madeleine Noland procedentes de la banda norteamericana Eccentric Orbit o David Abad Segovia entre otros junto con Mayka Larralde y otras gentes de no sé exactamente dónde, pero que han sido registradas en mis fieles compañeras de aventuras campestres y urbanas, ¡¡me refiero a mis grabadoras de mano!! El campo y la urbe tienen que seguir teniendo presencia en mis obras.

¿Algo más que añadir a mis lectores y seguidores?

Tan solo agradecerles al igual que a ti la paciencia, el interés y el hecho de haberle prestado atención a esta agradable entrevista que me has brindado.

Solo me queda agradecer tu atención, y desearte lo mejor en todos tus proyectos mientras me mantengo expectante de lo que albergará ese nuevo trabajo discográfico de Agony And Ecstasy. Gracias amigo y recibe un cálido abrazo,

Gracias a ti por manifestar tu interés y seguir mi obra, y aprovecho para felicitarte por la labor que desempeñas en la difusión de las músicas arriesgadas y menos populistas.