martes, enero 14, 2025

PAT METHENY GROUP: IMAGINARY DAY (1997)

Imaginary Day representa, para mí, un álbum que trasciende el jazz convencional al explorar un mosaico de influencias globales y texturas sonoras. Si bien la experimentación ha sido una constante en la música de Metheny, en este trabajo se evidencia un nivel de eclecticismo y cohesión pocas veces alcanzado. Desde el inicio con el tema que da nombre al álbum, la propuesta es clara: invitar al oyente a un viaje sonoro que cruza fronteras culturales y estilísticas, pasando del raga rock al jazz más vanguardista, de la samba al flamenco, y regresando con destellos de tradición celta.

Lo que distingue a Imaginary Day de otros trabajos del grupo es su capacidad para mantener el equilibrio entre lo accesible y lo innovador. Canciones como "Follow me" y "A story within a story" reflejan el talento de Metheny y Lyle Mays para tejer melodías memorables, mientras que piezas como "The roots of coincidence" rompen con cualquier expectativa previa, incorporando elementos electrónicos y un enfoque casi industrial. Este dinamismo no solo subraya la versatilidad del grupo, sino que también desafía al oyente a salir de su zona de confort.

Uno de los aspectos más fascinantes de este álbum es cómo logra integrar influencias multiculturales sin perder la esencia del grupo. Temas como "The heat of the day" incorporan ritmos y estructuras asiáticas, mientras que "The awakening" ofrece un guiño a las raíces celtas. Sin embargo, lo más destacable no es la presencia de estas influencias, sino la forma en que se entrelazan con la identidad musical de Metheny, creando un lenguaje sonoro universal que trasciende géneros y culturas. Este enfoque no solo amplía el alcance del jazz, sino que también refuerza su relevancia en un mundo cada vez más globalizado.

Imaginary Day es más que un álbum; es una experiencia. Es un trabajo que desafía tanto al oyente casual como al conocedor del jazz, ofreciendo capas de complejidad y belleza que se revelan con cada escucha. Para mí, este álbum es un recordatorio de que la música puede ser tanto un refugio como un portal hacia lo desconocido, y Metheny, con su grupo, demuestra una vez más que el jazz puede ser tan innovador y emocionante como cualquier otro género.


RIVERSIDE: EYE OF THE SOUNDSCAPE (2016)

Eye of the Soundscape marca un punto singular en la discografía de Riverside, tanto por su contenido musical como por el contexto en el que fue creado. Este álbum, concebido inicialmente como una exploración de territorios electrónicos y atmosféricos, se convirtió tras la muerte de Piotr Grudziński en un homenaje póstumo a su memoria. Es un trabajo que se distingue de las entregas anteriores de la banda, ya que prioriza la ambientación y la introspección sobre las estructuras más tradicionales del rock progresivo que habían definido su trayectoria hasta ese momento.

En comparación con álbumes como Second Life Syndrome o Anno Domini High Definition, que son ejemplos del sonido progresivo enérgico y conceptual de la banda, Eye of the Soundscape adopta un enfoque más minimalista y etéreo. Las guitarras, aunque presentes, se entrelazan sutilmente con capas de sintetizadores y ritmos electrónicos, creando un paisaje sonoro que evoca tanto melancolía como serenidad. Las influencias de Pink Floyd o Tangerine Dream, aunque siempre latentes en el ADN de Riverside, emergen aquí con mayor claridad, acercando el trabajo a un público amante de los sonidos ambientales y espaciales.

Este álbum no solo es un homenaje musical, sino también emocional. La grabación de pistas como "Promise", que destaca por su guitarra acústica cargada de sentimiento, refleja el proceso de duelo de Mariusz Duda, que sufrió la pérdida de Grudziński y de su padre durante el mismo período. Además, las "Night Session", divididas en dos movimientos, destacan por su capacidad para transformar piezas inicialmente concebidas como bonus tracks en experiencias musicales completas, demostrando la madurez artística de la banda.

La transición de Riverside tras la muerte de Grudziński es evidente en este disco. Si bien la banda optó por no reemplazarlo como guitarrista, Eye of the Soundscape es un testimonio del impacto de su legado. A diferencia de trabajos posteriores como ID.Entity (2023), que muestran un sonido más renovado y enfocado en la reconstrucción de la identidad del grupo, este álbum se percibe como un cierre, un punto de inflexión donde la nostalgia y la experimentación coexisten.

Como conclusión diría que estamos ante un álbum único dentro de la discografía de Riverside, tanto por su carácter experimental como por la carga emocional que lo impregna. Aunque no representa el típico sonido de la banda, funciona como un puente entre el pasado y el futuro, un homenaje sincero a Grudziński y una muestra del potencial creativo de la banda en territorios menos explorados. 


lunes, enero 13, 2025

STORM: ETERNAL YOUTH (2024, 5 LUNAS PRODUCCIONES)


La legendaria banda sevillana, pionera del hard rock en España desde los años 70, ha demostrado una vez más su vitalidad con Eternal Youth. Este álbum, el sexto de su carrera, no sólo rescata el espíritu vibrante que les hizo destacar hace cinco décadas, sino que lo revitaliza con un enfoque renovado, integrando elementos contemporáneos y colaboraciones de figuras relevantes del rock andaluz actual. Desde el primer acorde, queda claro que Storm no ha perdido un ápice de su esencia, esa mezcla única de potencia, melodía y experimentación que les valió el apodo de los "Deep Purple españoles".

En Eternal Youth, Storm rinde homenaje a su legado al reimaginar piezas emblemáticas como "Experiencia sin órgano", transformada en "Experiencia completa", y "El Día de la Tormenta", ahora con arreglos y tempos más ambiciosos, que incluyen un sintetizador como protagonista melódico. Estas revisiones, lejos de ser simples ejercicios de nostalgia, reafirman la relevancia del sonido clásico de Storm en la actualidad. Además, temas como "Oveja negra" y "No es el final", bonus track incluido en el álbum, consolidan la fusión entre el rock duro setentero y el sinfonismo andaluz, mostrando una evolución coherente con sus raíces.

El álbum también destaca por sus colaboraciones: Dani Escortell, bajista de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, y Manuel Martínez, vocalista de Medina Azahara, aportan su estilo característico a canciones que oscilan entre la energía cruda y la introspección. La producción, llevada a cabo en un estudio de primer nivel en Sevilla, refuerza la calidad sonora, con un uso magistral del órgano Hammond y un diseño instrumental que roza la perfección. Este compromiso con la excelencia técnica y creativa refleja la filosofía de Storm: mantenerse fiel a sus principios mientras exploran nuevos horizontes.

Para los seguidores de Storm, Eternal Youth es más que un álbum: es una declaración de intenciones y una celebración de su capacidad para trascender el tiempo. Cada canción, desde la épica "5 Lunas", dedicada a su mánager y alma mater de 5 Lunas Producciones, hasta la melancólica "In Memoriam", demuestra que la juventud eterna no es solo un concepto, sino una actitud. En este disco, Storm confirma su lugar como una de las bandas más influyentes del panorama rockero español, dejando claro que, aunque el tiempo pase, su legado permanece tan vigente y poderoso como siempre.

CD: https://5lunas.net/producto/storm-eternal-youth-cd/

LP: https://5lunas.net/producto/storm-eternal-youth-lp-vinilo-verde-neon/

ARENA: LIVE (2004)

El álbum doble, grabado durante la gira del aclamado Contagion, es una muestra excepcional del poderío escénico de Arena, banda británica de rock progresivo formada en 1995. Con un enfoque mayoritario en el material del álbum Contagion (2003) en el primer disco, y una selección de éxitos representativos de su carrera en el segundo, este lanzamiento captura a Arena en un punto álgido de su trayectoria, consolidando su reputación como un grupo que brilla tanto en el estudio como en el escenario.

El primer disco se centra, como digo, casi exclusivamente en Contagion, presentando doce de sus temas en una interpretación vibrante que destaca por su intensidad y energía renovada. Temas como "Witch hunt" y "Riding the tide" resplandecen en esta versión en vivo, gracias a los poderosos riffs de John Mitchell y la base rítmica impecable de Mick Pointer e Ian Salmon. La interpretación vocal de Rob Sowden añade un toque distintivo, combinando fuerza y emoción que, aunque diferente del álbum de estudio, resulta igualmente cautivadora. Esta aproximación más cruda y robusta confiere una nueva dimensión al material, manteniendo su esencia narrativa y atmosférica.

El segundo disco ofrece una perspectiva más amplia del catálogo de Arena, explorando clásicos como "Solomon", "The butterfly man" o "Jericho". Aquí, la banda muestra su versatilidad, alternando entre momentos épicos y pasajes íntimos con fluidez. La selección general resulta convincente, ofreciendo un recorrido nostálgico y potente por la evolución musical de Arena. Si bien la producción es generalmente impecable, hay que apuntar un exceso de eco en las voces en distintos momentos y un sonido de teclado a veces sobrecargado, aunque esto no empaña significativamente la experiencia global.

La habilidad instrumental de la banda es evidente en cada pista. Clive Nolan aporta texturas ricas con sus teclados, mientras Mitchell demuestra su maestría tanto en solos como en acompañamientos rítmicos. Aunque la ausencia de un segundo guitarrista podría ser notable en ciertas partes, el grupo compensa con interpretaciones cohesionadas y dinámicas. En general, el álbum captura la energía enérgica y la pasión que definen a Arena en vivo, ofreciendo una experiencia auditiva intensa y emocionalmente resonante.

En conclusión, este doble registro es una recomendación obligada para los aficionados al rock progresivo y especialmente para los seguidores de Arena. Con una mezcla equilibrada de fuerza, técnica y emotividad, este álbum en vivo no solo celebraba el legado de Contagion sino que también actúa como un testimonio del talento y la química de una banda en la cima de su forma artística.

domingo, enero 12, 2025

GENESIS: WHEN IN ROME 2007 (2008)

When in Rome documenta el épico concierto de Genesis en Roma, donde más de medio millón de seguidores presenciaron un evento cargado de nostalgia y virtuosismo. Este DVD es una muestra de la capacidad del grupo para conectar con su audiencia a través de una mezcla de clásicos del rock progresivo y éxitos comerciales, acompañado de una puesta en escena impresionante. Con Tony Banks, Phil Collins y Mike Rutherford al frente, la banda cerró su carrera con un espectáculo memorable, aunque no exento de críticas por algunas decisiones artísticas.

Uno de los puntos fuertes del DVD es la poderosa introducción con “Duke’s intro” y los emotivos momentos del medley “In the cage”, que incluyen clásicos como “Cinema show” y “Duke’s travels”. Estos pasajes destacan tanto por la ejecución técnica como por la respuesta del público, que se muestra completamente conectado con la banda como por ejemplo el efecto dominó en “Domino”. También se destacan momentos visuales impactantes, como el  vibrante dúo de percusión entre Collins y Chester Thompson, “Conversation with 2 stools”  que se cierra con un espectacular “Los Endos”.

When in Rome destaca por su impresionante diseño visual. Las pantallas gigantes, los juegos de luces y la interacción con el público realzan la experiencia del concierto, aunque algunos detalles técnicos, como la falta de primeros planos en los solos, puedan decepcionar a los aficionados más atentos. A pesar de estas críticas, el documental que acompaña al DVD proporciona una visión fascinante del proceso de producción, desde los ensayos hasta la monumental tarea de coordinar un espectáculo de esta magnitud.

En resumen, When in Rome es tanto un homenaje a la trayectoria de Genesis como una emotiva despedida. Aunque no logra satisfacer completamente a los fanáticos más puristas (el solo de guitarra en “Firth of Fifth” los lleva de calle, lo cual no es para tanto), su mezcla de nostalgia, maestría técnica y un espectáculo visual de primer nivel lo convierten en un imprescindible para cualquier seguidor de Genesis. Si este DVD representa el último acto de Genesis, es un final digno para una de las agrupaciones más influyentes en la historia del rock (*).

(*) Cierto que tras When in Rome, Genesis volvieron a pisar las tablas con The Last Domino? Tour (2021-2022), su gira de despedida definitiva. Con Phil Collins, Tony Banks y Mike Rutherford como núcleo, y Nic Collins en la batería debido a los problemas de salud de su padre, la banda ofreció conciertos cargados de nostalgia, abarcando tanto su etapa progresiva como la comercial. A pesar de las limitaciones físicas de Collins, los espectáculos fueron emotivos y bien recibidos, culminando el 26 de marzo de 2022 en Londres, en un evento que marcó el cierre oficial de una de las bandas más influyentes del rock. No obstante, no hay testimonio en directo de larga duración publicado oficialmente a excepción de un documental, The Last Domino? (2021), publicado exclusivamente en los Estados Unidos en el que se incluyen entrevistas y ensayos en escenario para la gira postrera.

DAVID GOLDBLATT: FACING NORTH (1996)

David Goldblatt, pianista y compositor americano, es una figura fascinante situada en el panorama del jazz rock y fusión. Su carrera comenzó en el ámbito del jazz clásico, pero rápidamente amplió su horizonte hacia la fusión de géneros, incorporando elementos del funk, el soul y la música latina. Tras colaborar con artistas de renombre como Gino Vannelli o Stanley Clarke, Goldblatt forjó un estilo propio que combina la sofisticación armónica del jazz con la energía y vitalidad de otros ritmos globales. Facing North, lanzado en 1996, es un testimonio vibrante de su capacidad para sintetizar estos lenguajes musicales de manera única.

El álbum explora una variedad de paisajes sonoros, desde piezas atmosféricas con líneas melódicas envolventes hasta composiciones donde el funk se mezcla con armonías jazzísticas intrincadas. Facing North demuestra la habilidad de Goldblatt para trascender categorías. Su virtuosismo al piano dialoga con secciones rítmicas robustas y arreglos sofisticados, mostrando influencias que van desde Herbie Hancock y Chick Corea hasta bandas como Weather Report. No es solo una obra de fusión en términos de estilo, sino también un viaje emocional que evoca paisajes imaginarios.

Este trabajo reúne un elenco excepcional de músicos que aportan su talento y experiencia a la riqueza sonora del proyecto. En el bajo y voces destaca John Peña, mientras que las baterías y percusiones están a cargo del peruano Alex Acuña (Weather Report, Herbie Hancock) y William Kennedy (Yellowjackets), quienes imprimen un ritmo dinámico y preciso. Las guitarras brillan con la participación de maestros como Larry Carlton o Lee Ritenour, entre otros, aportando texturas y estilos diversos. Luis Conte suma su pericia en la percusión y voces, enriqueciendo los matices rítmicos. En los vientos, el saxofonista Steve Tavaglione (Rippingtons) añade líneas melódicas cautivadoras, mientras que Judd Miller explora paisajes sonoros con el sintetizador.

Más allá de su calidad técnica, Facing North destaca por su capacidad de conectar con el oyente a un nivel profundo. Es un álbum que invita a la reflexión y al descubrimiento, un ejemplo perfecto de cómo la fusión puede ser tanto cerebral como visceral. Para quienes aprecian la música que desafía las etiquetas y amplía los horizontes, este disco es una joya subestimada en la discografía de los años noventa. Exquisito.

sábado, enero 11, 2025

THRESHOLD: CRITICAL MASS (2002)

Threshold, una de las bandas más destacadas del hard progresivo británico, nos entregó con Critical Mass un álbum que consolidaba su lugar en el género tras años de evolución. Desde su formación en 1988, y superando múltiples cambios de alineación, el grupo parecía haber alcanzado la estabilidad necesaria para brillar. Este sexto álbum de estudio combina las características distintivas de la banda, como complejas estructuras de canciones, cambios de ritmo inesperados y una producción pulida, con un enfoque melódico más accesible que recuerda a sus aclamados trabajos previos como Clone y Hypothetical. Es un álbum que no solo mostraba madurez, sino también una capacidad para mantener su sonido fresco y relevante.

Musicalmente, Critical Mass equilibra hábilmente poderosas piezas de metal progresivo con pasajes más melódicos y atmosféricos. Temas como "Phenomenon" y "Choices" capturan la esencia del álbum con sus dinámicos cambios de intensidad y memorables coros, mientras que canciones como "Echoes of life" y "Avalon" ofrecen momentos más emotivos. Por otro lado, "Fragmentation" destaca por su energía cruda, presentando algunos de los riffs más pesados del disco, y el épico tema que da nombre al álbum, dividido en tres partes, cierra con maestría un trabajo que resume todas las fortalezas de Threshold: letras reflexivas, arreglos complejos y ejecuciones instrumentales impecables.

Desde el punto de vista discográfico, el álbum representó un momento clave en la carrera de la banda. Aunque seguían siendo un grupo subestimado en comparación con gigantes del género como Dream Theater o Symphony X, Threshold cultivó una base de seguidores leales gracias a su consistencia y calidad musical. El llorado vocalista Andrew "Mac" McDermott, cuya voz es tan versátil como poderosa, brilla en este álbum, dejando una huella imborrable en temas tanto melódicos como contundentes. La combinación portentosa de guitarras formada por Karl Groom y Nick Midson, junto con la base rítmica de Johanne James y Jon Jeary, complementada por los arreglos de teclado de Richard West, asegura que cada pieza del engranaje funcione con precisión.

Critical Mass fue, y es, un ejemplo sobresaliente del metal progresivo bien ejecutado y una muestra del talento y la creatividad de Threshold. Aunque algunos podrían argumentar que no alcanza las alturas de Hypothetical, este álbum tiene su propia magia y personalidad. La coherencia en la composición, combinada con momentos de brillantez técnica y emocional, lo convierten, sin duda, en una experiencia esencial para cualquier amante del género.

JONO: SILENCE (2015)

Es fascinante cómo la banda sueca JoNo, liderada por Johan Norrby, logra capturar la esencia teatral y grandilocuente del rock clásico con su álbum Silence. Este disco, su tercera obra como banda, amalgama influencias de Queen, Supertramp o ELO con un enfoque progresivo que no solo resulta nostálgico, sino también sorprendentemente fresco. Silence no se limita a evocar a los grandes del pasado; los supera en ocasiones, con una producción cristalina y arreglos meticulosamente elaborados que destacan la visión artística de Norrby y la precisión instrumental de sus compañeros.

La cohesión es una de las grandes fortalezas de este álbum. A diferencia de su predecesor Requiem, donde las variaciones estilísticas a veces fragmentaban la experiencia, Silence fluye con naturalidad, permitiendo que cada composición brille por su cuenta y como parte de un todo. Canciones como “The one to blame” y “Your bread” son instantáneamente memorables, mientras que piezas más complejas como “Opus” y “Clear”, tema de técnica semejante a Dream Theater, revelan su verdadera magia con cada escucha. La habilidad del grupo para equilibrar melodías adictivas con momentos de meditación musical es un testimonio de su madurez y creatividad.

Otro punto destacable es la teatralidad vocal de Norrby, cuya versatilidad remite tanto a Freddie Mercury o Steve Walsh como a Ronnie James Dio. Su interpretación convierte cada canción en una experiencia emocional, desde la melancolía de “Turn around”, que llega a traer a escena a ABBA, hasta la épica intensidad de “Man of misery”. Además, la banda logra imprimir su sello único incluso en composiciones que rinden homenaje a sus influencias. Silence puede recordar a Queen o Supertramp, pero siempre se siente auténticamente JoNo, algo difícil de lograr en un género tan plagado de referencias como el rock progresivo melódico.

JoNo muestra influencias claras de bandas icónicas citadas con anterioridad, combinando la teatralidad y los arreglos grandilocuentes que estas agrupaciones popularizaron en los años 70 y 80. Sin embargo, JoNo logra que estas influencias sean un punto de partida, no un límite, moldeándolas con un estilo propio que resulta tanto nostálgico como contemporáneo.

viernes, enero 10, 2025

WETTON & DOWNES: ICON (2005)

El álbum Icon marca el regreso colaborativo de dos figuras fundamentales del rock progresivo, John Wetton y Geoff Downes, quienes forjaron juntos la icónica banda Asia en los años 80. Este disco, aunque no rompe esquemas ni redefine el género, es una obra sólida y conmovedora que equilibra el rock melódico con algunos elementos progresivos. Desde el primer tema, "Let me go", el álbum rememora la magia de Asia con una composición que bien podría haber sido parte de su debut. Las influencias espirituales y emotivas se hacen presentes en "God walks with is", mientras que "Far away" entrega una balada cargada de sentimiento, inspirada en la relación de Wetton con su hijo.

El común denominador del álbum radica en sus baladas y temas de medio tempo, donde la voz conmovedora de Wetton añade profundidad a cada canción. Temas como "Meet me at midnight" y "Spread your wings" muestran una sensibilidad lírica y arreglos cuidados, destacando la habilidad de Downes en los teclados. Aunque no está diseñado para impresionar a los fanáticos del progresivo, como uno esperaría al ver el elenco de músicos (John Mitchel, Ian McDonald, Steve Christie),amén de los protagonistas absolutos, el uso de instrumentos acústicos, como guitarras y violines, le otorgan un carácter orgánico y una calidez que se diferencia de la producción más electrónica de Asia. Sin embargo, algunas canciones, como "I stand alone", caen en melodías más genéricas y sentimentales, lo que podría no ser del gusto de todos.

El gran cierre del álbum, "In the end", es su joya más brillante. Con un dueto entre Wetton y la icónica Annie Haslam de Renaissance, la canción eleva la experiencia emocional del disco. La voz etérea de Haslam contrasta maravillosamente con la intensidad de Wetton, creando un momento memorable acompañado de arreglos orquestales y un cello magistral de Hugh McDowell. Es un final que resume la nostalgia y la madurez artística de estos músicos, y probablemente será recordado como uno de los momentos más destacados de la colaboración entre Wetton y Downes.

En definitiva, un disco que no se aventura demasiado lejos de los caminos trazados por Asia y las carreras solistas de Wetton y Downes, pero que encuentra su fuerza en la honestidad de sus composiciones y la calidez de su interpretación. No es revolucionario, pero tiene momentos que te agarran del corazón.

GARY BOYLE: ELECTRIC GLIDE (1978)

El álbum Electric Glide es un viaje fascinante al corazón del jazz-rock, donde el virtuosismo del guitarrista brilla intensamente junto a un elenco de músicos excepcionales. Como uno de los pilares de la escena británica del jazz-rock, Boyle se apoya en su experiencia con bandas icónicas como Isotope,  de la cual fue fundador, y colaboraciones con artistas de renombre como Brian Auger, Stomu Yamashta, Hugh Hopper... Este disco, lanzado en 1978, es una continuación sólida de su extraordinario debut en solitario Dancer, mostrando una mayor madurez musical y un enfoque más refinado en la composición.

Desde el primer tema, "Snap crackle", el álbum engancha con su estilo vibrante y una mezcla perfecta de funk y fusión clásica. La participación de músicos como Simon Phillips en la batería, Gary Moore o Ken Shaw ayudando en las guitarras, y los bajistas Phil Chen y John Giblin, añade una profundidad y versatilidad notable. Composiciones como "Hayabusa" destacan por su velocidad vertiginosa y guitarras que evocan a maestros contemporáneos como Al Di Meola, mientras que "Electric glide" ofrece un contraste suave y melódico, con una atmósfera más relajada y grooves que remiten al sonido sofisticado de bandas como Steely Dan.

El álbum también se aventura en terrenos acústicos con "Morning father joys" y "Brat No. 2", donde Boyle muestra su destreza en la guitarra acústica, evocando influencias de Paco de Lucía y Django Reinhardt. Estas piezas, aunque técnicamente impresionantes, marcan un cambio de tono que puede sentirse algo desconectado del resto del álbum. Este enfoque de múltiples sesiones y estilos, aunque enriquece la diversidad del disco, afecta ligeramente su cohesión, dejando la sensación de que podría haber sido más uniforme en su estructura.

En conjunto, Electric Glide no es un álbum que revolucione el género, pero sí consolida a Gary Boyle como un guitarrista de primera línea en la fusión jazz-rock. Aunque no alcanza la genialidad innovadora de sus proyectos con Isotope, sigue siendo una pieza digna de cualquier colección de amantes del progresivo y la fusión. Su mezcla de complejidad técnica y momentos reflexivos lo convierten en una experiencia auditiva valiosa.

Si te seducen los paisajes expansivos y la intensidad técnica de John McLaughlin en la Mahavishnu Orchestra; las líneas complejas de bajos y percusiones dinámicas esencia de Brand X; unos Weather Report menos centrados en los teclados y con toques progresivos; y las melodías de la fusión japonesa de la mano de Kazumi Watanabe y Prism, este álbum te atraerá irremediablemente.

CYBOTRON: COLOSSUS (1978)

Desde su formación en Melbourne en 1975, Cybotron fusionó la electrónica progresiva con el krautrock alemán, inspirándose en bandas como Tangerine Dream, Ash Ra Tempel o Hawkwind. Bajo la dirección de Steve Braund y Geoff Green, la banda se distinguió por su innovador uso de sintetizadores, percusiones y el saxofón procesado, un elemento poco común en el género. Aunque su propuesta cósmica y energética ofreció una alternativa interesante en una época marcada por el auge del punk y la música disco, su impacto fuera de círculos especializados se vio limitado por su ubicación geográfica y la coincidencia de nombre con un grupo techno de Detroit.

Colossus es su obra cumbre, un álbum que combina paisajes espaciales con poderosas secciones rítmicas, a cargo de un tercer miembro en este registro, Colin Butcher. Temas como "Colossus" y "Eclipse" equilibran lo meditativo y lo enérgico, mientras que "Medusa" crea atmósferas hipnóticas gracias al uso variado y destacado de sintetizadores y ritmos complejos. A pesar de su calidad, el disco no logró alcanzar una audiencia masiva, ya que la banda se vio opacada por una industria musical en transición y su escasa visibilidad internacional.

Cybotron logró mezclar de manera única rock progresivo, electrónica y elementos experimentales, creando una identidad sonora distinta, pero su falta de apoyo comercial y la competencia de nuevas tendencias musicales limitaron su ascenso. Aunque Colossus no es esencial para todos los fans del progresivo, sí muestra la capacidad de la banda para explorar nuevos territorios musicales y crear algo realmente singular en su época.

A pesar de su relativa oscuridad, Cybotron sigue siendo una propuesta fresca y emocionante, especialmente para aquellos que buscan sonidos envolventes y una base rítmica más rockera. Su legado merece ser redescubierto, ya que la banda dejó una marca única en la música electrónica progresiva.

Sitúalos junto a trabajos de los anteriormente citados, pero también al lado de Klaus Schulze por sus paisajes sonoros expansivos; Eloy por las atmósferas sinfónicas; Zombi por esa combinación de sintetizadores retro con base rítmica progresiva; o Manuel Göttsching por sus secuencias repetitivamente evocadoras.

jueves, enero 09, 2025

PAGEANT: LA MOSAÏQUE DE LA RÊVERIE (1986)

El álbum de los japoneses se ha posicionado como un hito dentro de la escena progresiva japonesa de los años 80. Aunque muchas veces, es mi opinión, no logra superar a otras bandas contemporáneas como Mr. Sirius o Bellaphon, destacaría por encima de todo su calidad compositiva y su capacidad para combinar influencias occidentales y orientales. Este álbum es un claro ejemplo de cómo Pageant logró apartarse de las tendencias neo-progresivas más comunes de la época, incorporando elementos sinfónicos que llegan a evocar a Genesis, Camel y Renaissance, en los que la banda exhibe un estilo distintivo que fusiona rock progresivo con influencias japonesas, creando una atmósfera única en cada canción.

Uno de los aspectos que más me seduce tras su escucha es la riqueza instrumental que despliega el álbum. Hiroko Nagai, cantante y teclista, despliega su voz poderosa y delicada, así como una gran habilidad para orquestar capas sinfónicas que llenan cada rincón de las composiciones. La guitarra de Ikkou Nakajima aporta energía en las secciones más dinámicas, mientras que la flauta y las guitarras acústicas de Kazuhiro Miyatake añaden un toque pastoral que equilibra la intensidad de los momentos más bombásticos. Este contraste entre lo explosivo y lo más introspectivo es una de las fortalezas clave del álbum, Cada pista se percibe como una pequeña epopeya, con cambios de ánimo y arreglos refinados que mantienen al oyente inmerso en la experiencia musical.

Sin embargo, no todo es impecable. Esas mismas voces, aunque apasionadas y teatralmente convincentes, pueden no ser del agrado de todos, dado su timbre peculiar y las limitaciones típicas de las producciones japonesas de la época. Además, algunas piezas presentan un sonido menos pulido en comparación con otras bandas sinfónicas contemporáneas. Aun así, cada composición desarrolla una narrativa compleja y llena de matices, manteniendo al oyente cautivado por su riqueza musical.

Como conclusión, La Mosaïque De La Rêverie es un álbum que combina maestría técnica, creatividad melódica y un enfoque narrativo único. Aunque no es perfecto, destaca por su capacidad para fusionar elementos culturales diferentes. Para los amantes del género que buscan una experiencia rica y variada, este debut de Pageant es una obra imprescindible que merece un lugar destacado en cualquier colección de rock progresivo.

martes, enero 07, 2025

KLAUS SCHULZE: SHADOWLANDS (2013)

Klaus Schulze continuó su exploración de la música electrónica, fusionando atmósferas etéreas con texturas acústicas en un álbum contemplativo. Este trabajo incluye tres piezas, destacando la inclusión del violín de Thomas Kagermann y elementos vocales procesados (Lisa Gerrard, Chrysta Bell y Julia Messenger). Desde la apertura solemne de “Shadowlights”, Schulze mantiene su enfoque ambiental y minimalista.

El álbum muestra a un Schulze más pausado y melódico, con momentos de gran belleza como el delicado epílogo “In Between”. Sin embargo, la falta de evolución en algunas secuencias y la sensación de repetición en ciertas partes evidencian una menor urgencia creativa en comparación con trabajos previos como Kontinuum (2007). Aunque se aprecia un intento de reinventarse, la elección de sonidos más orgánicos podría haber sido complementada con un mayor despliegue de las tecnologías que definieron su carrera.

A nivel personal, considero que Shadowlands es un álbum que celebra la madurez artística de Schulze, aunque sin alcanzar el impacto de sus mejores obras. Es una pieza reflexiva y evocadora, ideal para quienes buscan una experiencia contemplativa. Si bien no es su trabajo más innovador, sigue siendo un testamento del legado de un pionero que, incluso en un momento de desaceleración, continuó ofreciendo música llena de alma y significado.

NEKTAR: EVOLUTION (2004)

La legendaria banda de rock progresivo Nektar sorprendió para bien a sus seguidores con Evolution en 2004, un álbum que retoma la esencia de sus inicios en los años 70 mientras explora nuevos horizontes sonoros. Después de un abrupto silencio en 1980 tras la publicación de Man in the Moon, la banda retomó su trabajo en los 2000 y este registro, en mi opinión, simboliza un renacimiento, no solo para la banda, sino también para sus fanáticos, quienes esperaban con ansias un retorno digno de su legado. Desde el primer acorde, Evolution evoca la nostalgia de álbumes clásicos como Remember the Future, con una producción más pulida y una energía renovada que refleja la madurez y el crecimiento de los miembros de la banda.

En este álbum, Nektar combina sus influencias tradicionales de rock psicodélico con elementos modernos que enriquecen su sonido. Canciones como "Camouflage to White" inician el viaje con un buen ritmo, aunque quizá sea la más discreta del álbum, dando paso a piezas que oscilan entre lo acústico y el rock progresivo más sólido. Las guitarras de Roye Albrighton aportan creatividad y entrega una interpretación vocal y musical impecable. El álbum no tiene puntos débiles, con composiciones que brillan por su claridad en la producción y un nivel técnico excepcional que emociona desde la primera escucha.

Evolution es mucho más que un simple regreso; es una declaración de principios y un testimonio del espíritu creativo que define a Nektar. Para aquellos que descubrieron a esta banda hace décadas, este álbum fue una prueba de que todavía podían ofrecer nuevos tesoros sonoros que deleitaran y conmovieran. Personalmente, creo que Evolution no solo celebra la fortaleza artística de Nektar, sino que también reafirma su lugar como pioneros del rock progresivo. Sin duda, un imprescindible en cualquier colección de prog rock.

JANE: LIVE '89 (1990)

El álbum Live '89 captura la energía y el alma de los conciertos de Jane, una de las bandas más emblemáticas del krautrock y hard rock progresivo alemán. A través de una selección de canciones representativas de su trayectoria, el disco transporta al oyente a la atmósfera vibrante de un espectáculo en vivo, donde extensos solos y melodías envolventes evocan el espíritu de los años setenta. Este trabajo no es solo un homenaje a su pasado, sino una muestra de su relevancia continua, conectando con nuevas audiencias mientras revitalizan su esencia clásica.

En este registro, Jane combina maestría técnica y emotividad, destacándose especialmente las guitarras de Klaus Hess, que aportan un tono visceral y cautivador. Canciones como “Hangman” resplandecen con una frescura inesperada, mostrando a una banda que no solo interpreta, sino que reimagina sus temas en cada nota. Además, el álbum refleja la conexión entre los músicos y el público, capturando la energía de una interacción genuina que hace del directo una experiencia irrepetible.

Más allá de ser un álbum en vivo, Live '89 se percibe como una declaración de autenticidad en una época de transformaciones musicales. Jane se mantuvo fiel a sus raíces mientras muchas bandas contemporáneas se inclinaban hacia sonidos más comerciales. Este disco se convierte, así, como un puente entre generaciones para las distintas reencarnaciones que, posteriormente, sufrieron los alemanes.