FRACTAL MIRROR: GARDEN OF GHOSTS
(2014, SYNERGY ELECTRONIC MUSIC)
Origen: Holanda
Género: rock progresivo, indie, new wave, pop
Fecha de lanzamiento: 11 de
noviembre de 2014
Temas:
- House of wishes 4:18
- The Phoenix 7:31
- Lost in clouds 5:08
- Solar flare 3:12
- The hive 5:33
- Solar flare reprise (instrumental) 2:07
- The garden 5:37
- Orbital view 8:16
- Event horizon 5:31
- Legacy 5:46
- Stara 8:28
Formación:
Ed van Haagen: bajo, teclados y
programación
Leo Koperdraat: voz, guitarras,
teclados y letras
Frank L. Urbaniak: batería,
percusión y letras
Músicos colaboradores:
Brett Kull: guitarras eléctricas
y acústicas, voces armónicas y coros
Larry Fast: guitarra
Don Fast: sitar
Jacque Varsalona: coros
Charlotte Koperdraat: coros
Este trío holandés, que ya os
presenté hace unos meses a raíz de la publicación de su excelente debut de
2013, Strange Attractors, publicó, ya hace medio año su continuación, este Garden
of Ghost que supone, bajo mi punto de vista, la madurez musical de una banda
que sabe elaborar enormes temas llenos de belleza, tanto en su fondo como en la forma, para expresar una música llena de matices que tan pronto bucea por
terrenos progresivos clásicos, como se sumerge en esencias contemporáneas sin
ningún tipo de rubor para, desde su inteligencia compositiva, exponer unos
desarrollos progresivos honestos y totalmente actuales.
Melancolía y letras comprometidas
con la sociedad actual son el eje sobre el que Fractal Mirror construye su
enorme universo de sensaciones y su propuesta musical madura, repito, pero no
por ello estancada en sus orígenes personales ni en las pautas que puedan esclavizar un género
determinado. Así, podemos asistir, siempre dentro de unos arreglos compositivos
elaborados y complejos, a momentos cercanos a la música indie, al blues o,
incluso, al pop, sin que nada de ellos desmerezca el resultado final. Todo lo
contrario.
El sonido de este nuevo disco está
basado firmemente en una solvente, por profesional y cálida, base rítmica a la
que se le superponen capas de melotrón como fundamento creativo de las melodías,
llenas de sentimiento melancólico, que se van desarrollando a lo largo de los
temas. Temas construidos sabiamente sobre arreglos que no dejan ningún
espacio resquebrajado y mucho menos vacío, creando una auténtica sinfonía
sonora que define esta maravillosa y hermosísima obra maestra.
Estos holandeses saben, como
nadie, construir y regalarnos un auténtico mundo que oscila entre lo onírico y
la realidad actual a base de esfuerzo, trabajo, inteligencia compositiva y
enormes cantidades de sentimiento y técnica.
Recomendados de nuevo.
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