Hoelderlin fue una banda alemana
de rock progresivo que, a lo largo de los años 70, evolucionó desde un sonido
folk hasta un estilo más sinfónico y accesible. Este álbum, el cuarto de su
carrera, marca un punto clave en esta transformación, incorporando nuevas
influencias y mayor presencia de elementos rockeros gracias a la llegada del
guitarrista español Pablo Weeber (ex Franklin). Aquí la banda todavía mantiene
su esencia melódica y su característico uso de la viola, pero con una energía
renovada que la diferencia de sus trabajos anteriores. Conformado por seis
temas, el álbum equilibra pasajes instrumentales complejos con momentos de
serenidad casi etérea, logrando un sonido sofisticado y envolvente.
El disco abre con "Häktik intergaläktik",
un tema vibrante que me recuerda poderosamente a Caravan en su fluidez y
estructuras melódicas, mientras que "Sky-lift" y el tema homónimo
"Rare bird" exploran terrenos más suaves y atmosféricos, evocando la
melancolía pastoral de Genesis. "Before you lay down rough and thorny"
combina la calidez de la guitarra con una viola expresiva, creando una
composición emotiva y envolvente. "Necronomicon", por su parte, es,
para mí, el gran instrumental del álbum, destacando su estructura dinámica y su
exquisita combinación de teclados y cuerdas. Finalmente, "Sun rays"
cierra el álbum con una progresión relajante y melódica, resaltando la
capacidad del grupo para crear paisajes sonoros detallados y ricos en matices.
Las influencias de Hoelderlin en Rare Birds son evidentes, con guiños a
bandas como Camel, Happy the Man o Genesis, pero sin perder su identidad. La
producción del álbum es cuidada y permite que cada instrumento tenga su
espacio, resaltando la viola de Christoph Noppeney como una de las señas de
identidad del grupo. A pesar de la evolución en su sonido, Hoelderlin logra
mantener la elegancia y sofisticación que los caracteriza, evitando caer en los
excesos del rock progresivo más pomposo y centrándose en la creación de
atmósferas ricas y evocadoras.
Rare Birds es un álbum que representa el punto culminante de la trayectoria progresiva de Hoelderlin antes de adentrarse en terrenos más convencionales. Aunque no es tan innovador como sus primeros trabajos, ya hablaremos de ello más adelante, sigue siendo una obra de gran calidad que demuestra el talento compositivo y la madurez musical del grupo. Es un disco recomendable para los amantes del progresivo sinfónico que buscan una experiencia sonora refinada y emocionalmente rica.
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