En 1991, la escena musical española fue testigo del lanzamiento del álbum homónimo de Té Punch, una banda que fusionó con maestría los géneros del jazz y el rock, ofreciendo una propuesta sonora compleja y llena de matices con un enorme Jordi Pegenaute en la guitarra, Alex Martínez en los teclados, Joan Rectoret en el bajo y Enric Illa en la batería. Además, contaron con la colaboración de Ernest Martínez en la percusión en varias pistas, añadiendo profundidad rítmica a su sonido.
El álbum, único en su discografía, publicado por el sello Audiovisuals de Sarrià, consta de ocho temas que destacan por su exigencia formal y ejecución impecable. Composiciones como "Respiro" y "Kropotkin", ambas escritas por Pegenaute, exhiben una destreza técnica y una sensibilidad melódica que rememoran bandas internacionales de jazz rock como Weather Report o Return to Forever. La interacción entre la guitarra y los teclados crea paisajes sonoros que, sin perder su identidad, recuerdan la elegancia y el virtuosismo de estos referentes del género.
La influencia de grupos coetáneos es palpable en la estructura y dinámica de las composiciones. Por ejemplo, "Possessió" muestra una fusión de ritmos y armonías que podría compararse con el trabajo de bandas como Mahavishnu Orchestra, donde la complejidad rítmica y la improvisación controlada son elementos clave. Sin embargo, Té Punch logra imprimir su sello personal, integrando elementos del jazz y el rock de manera orgánica y fluida.
A pesar de la calidad y sofisticación de su música, Té Punch no alcanzó un reconocimiento masivo en la escena musical española. Su álbum permanece como una joya oculta para los amantes del jazz rock, evidenciando que, aunque el talento y la ejecución fueron impecables, el éxito comercial no siempre acompaña a la excelencia artística. En retrospectiva, su música sigue siendo un testimonio de la elegancia y el buen gusto en la fusión de géneros, aunque, irónicamente, no lograra cruzar el puente hacia el estrellato que otras bandas internacionales como Steps Ahead o The Pat Metheny Group, por parecidos más que evidentes en lo melódico y en lo virtuoso, sí alcanzaron.
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