Locomotiv GT, aunque formados en
1970, irrumpió en la escena musical húngara al año siguiente con su debut
homónimo, marcando el inicio de una banda que dejaría una huella importante en
el rock del país. Formada por músicos de gran talento provenientes de grupos
reconocidos, como Omega, la banda se propuso explorar nuevos sonidos dentro del
rock-blues con tintes progresivos. El álbum refleja una mezcla de estilos que,
si bien en ocasiones parecen tirar en direcciones distintas, logran cohesión
gracias a la calidad instrumental de sus integrantes. Desde los primeros
acordes de "Egy dal azokért, akik nincsenek itt", el disco muestra
una combinación de energía y sensibilidad, con piezas que oscilan entre la
potencia del hard y la delicadeza de baladas llenas de emotividad.
El sonido del álbum se
caracteriza por la presencia de un órgano vibrante y expresivo a cargo de Gábor
Presser, que aporta una atmósfera envolvente en temas como "A napba öltözött
lány". La guitarra de Tamás Barta se desliza con fluidez, recordando en
ciertos momentos a la destreza de Allan Holdsworth, aunque con una impronta más
ligada al blues-rock británico. Károly Frenreisz, además de encargarse del bajo
con una presencia destacada, introduce el saxofón en varias piezas, ampliando
la paleta sonora de la banda de manera similar a lo que hacía Dick
Heckstall-Smith en Colosseum. József Laux, con su batería potente y precisa,
aporta una base rítmica sólida que a veces recuerda al estilo pesado de John
Bonham. La combinación de estos elementos hace que Locomotiv GT logre un sonido
distintivo dentro del panorama musical de la Europa del Este.
En cuanto a su resultado final, el álbum no oculta su admiración por bandas británicas de la época como Led Zeppelin o Deep Purple, especialmente en la crudeza de las guitarras y la fuerza del órgano. Temas como "Hej, én szólok hozzád" evocan sonidos hard roqueros en su riff principal, mientras que "Ordító arcok" experimenta con estructuras cercanas al rock progresivo, con pasajes instrumentales que podrían evocar a King Crimson. No obstante, Locomotiv GT no se limita a imitar, sino que introduce elementos propios que enriquecen su propuesta, como el uso del saxofón y la riqueza poética de sus letras, escritas por Anna Adamis, esposa del baterista.
El primer álbum de Locomotiv GT es una obra prometedora que, aunque aún no alcanza una identidad completamente definida, muestra un enorme potencial y una ejecución impecable. Si bien la banda sufriría cambios en su alineación poco después, este trabajo sentó las bases para su evolución futura y consolidó su estatus dentro de la historia del rock húngaro. Para los amantes del rock clásico con tintes progresivos, este disco es una joya que merece ser descubierta y apreciada.
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