ZELLO: QUODLIBET (1999, MUSEA)
4/5
Esta fue la segunda entrega de los
suecos tras dos años de silencio. Y la verdad es que nos encontramos ante una
obra compleja y pura dentro del rock progresivo. Influencias de Jethro Tull,
Kaipa, Kansas, UK o Yes están reconocidas en su música, todo tamizado por un
grupo original compuesto por dos teclistas, Anders Altzarfeldt (Hammond,
mellotron y teclados varios), Mats Olsson (teclados adicionales tales como el
Moog o el mellotron), Lennart Glenberg-Eriksson (violín), Danne Lindell (bajo),
Svetlan Raket (batería y
percusión) y P-O Saether (voces). Además de las influencias anteriormente citadas (y reconocidas por el
propio grupo), se pueden escuchar ecos del mejor Keith Emerson en pasajes
teclísticos de fuerza inusitada, Flag of Convenience 10:10, ecos
folklóricos en I Will Be the Wind 6:53, Spaken 1:04
(bellísimo interludio musical) ó Prastpolskan 0:57 que sirve de puente de
enlace con la macro suite Zwecia 25:29, un temazo que mezcla movimientos
instrumentales y vocales y que resume el poderío y voluntad de esta increíble
banda, que basa su sonido en el excelente uso del Hammond y del violín, en una
especie de mezcla Kansas (realzado por la extraordinaria voz de su cantante) y
ELP, que da lugar a un engendro progresivo con matices de obra maestra. En los
momentos instrumentales a los teclados parece que estamos en plenos años 70, y
con esto digo casi todo de estos suecos. El disco se cierra con Anthem of the
Long Forgotten Loss 8:22 (perfectamente podría haber estado incluido en
cualquiera de los primeros vinilos de Kansas y nadie se hubiera dado cuenta,
además el título lo dice todo) y con Ekelundapolskan 0:53 (de claro sabor
tradicional y folklórico sueco).
En
resumen, decir que el rock progresivo aún tiene fuerza en los grupos que
realmente cultivan el género con amor y lealtad. No es casualidad que diga esto
al tratarse de un grupo nórdico, pues ellos han sabido aunar tradición y
sinfonismo para tratar de preservar el espíritu del género. De verdad que buena
falta hace que grupos como Zello sigan adelante y destierren los ecos del neo
progresivo más machacón y falto de originalidad (o sea, casi todos). No podéis
dejar pasar esta oportunidad.
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