Con los años, Robert Fripp ha
desarrollado toda una leyenda en King Crimson, tanto por ser el único miembro
constante de la formación como por su famosa y excéntrica presencia en los escenarios.
Greg Lake, que fue el cofundador del grupo junto a él y permaneció durante los
dos primeros álbumes, nos cuenta cómo fue todo aquello: “Resulta divertido ver cómo
empezó todo. En aquellos días, era de rigor tener algún tipo de truco bajo la
manga para destacar sobre el resto. Supongo que era la única manera de sobresalir. Todos guitarristas tenían
uno.”
Lake y Fripp se conocieron en la
infancia y compartieron, como el futuro Police, Andy Summers, profesor de
guitarra en la figura de Don Strike: “Éramos casi como dos hermanos. Era como
estar dos hermanos en un grupo. Sabíamos perfectamente lo que el otro quería.”
Strike los inició en Paganini, el
violinista y compositor de principios del XIX: “Paganini era un extraño
personaje. Era un poco demoníaco, de hecho. Solía tocar entre dos cirios negros.
Le gustaba desafiar a otros violinistas. Era un tipo desagradable, la verdad. Pero era
un magnífico músico y Robert quedó fascinado con su figura.”
Lake comenta que sugirió a Fripp
que adoptara una parte de la personalidad de Paganini en su incipiente carrera
como músico: “Fuimos a Portobello Road en Londres. Recuerdo que le compramos un
montón de ropa y lo vestimos como una especie de Jack el Destripador. Así es
como todo empezó, con Robert frunciendo el ceño al público y tocando esos solos
de guitarra tan rápidos y abrasadores. Todo se formuló desde ese preciso instante.
Creo que ese es el origen de tocar dando la espalda a la audiencia y detrás de
los altavoces y todas esas cosas que hacía. Todo vino, en realidad, de
Paganini.”
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