Con una amplia trayectoria, que
se remonta a 1994, con la publicación de Els Nostres Petits Amics, el proyecto
de Robert Santamaría, Amarok, cumplió el año pasado su vigésimo primer
aniversario publicando lo que hasta la fecha es su octavo álbum en directo,
Hayat Yolunda, un álbum que experimenta un acercamiento al rock sinfónico más
clásico y que incluyó un CD extra con material inédito y apetecible de la
banda. Hayat Yolunda, que recibió buenas críticas por parte de los medios
independientes y especializados del rock progresivo (también en estas páginas), se situó entre las producciones
más codiciadas de finales de 2015 y principios de 2016.
Esta es la entrevista que, hace
unos días, mantuve con el fundador y alma mater de Amarok. Con todos vosotros,
Robert Santamaría.
Je je... La verdad que de una
manera que hoy se consideraría totalmente “friky”. Sucedió que cuando estaba en
mis primeros años de secundaria, algunas veces nos reuníamos con algunos
compañeros de curso para estudiar, pero lo que hacíamos en realidad era coger
latas de galletas, sartenes y todo género de enseres capaces de hacer ruido que
teníamos a mano para ponernos a hacer escándalo como locos toda la tarde. Un
día apareció una enorme radio de bicicleta que llevaba un terrible pito
incorporado, y durante esa sesión me dediqué febrilmente a aporrear el botón y
poner la mano en el bafle, generando un cierto efecto de vibrato. Fue tal la
emoción que me produjo este acto, que en ese mismo momento decidí que quería ser teclista. Poco después
llegarían los teclados de verdad. Y como ya en ese entonces escuchaba
progresivo, fue obvia la influencia de los teclistas Tony Banks, Rick Wakeman,
nuestro llorado Emerson...
¿Cómo es que te trasladaste a vivir a Barcelona? ¿Supuso algún trauma o
fue algo totalmente normal?
Me transladé de Caracas a
Sabadell para efectuar estudios de doctorado, y tengo que reconocer que en
cierta medida el cambio me resultó un tanto traumático, pero no por nada que
tuviera que ver con el entorno en el que llegué y me instalé, sino por la
actitud bastante pretenciosa con la que me marché de Venezuela. Por suerte al
final resultó ser toda una cura de humildad.
¿Qué música escuchabas cuando eras joven? ¿Cuáles son tus primeros
recuerdos musicales?
Sobretodo recuerdo algunos de los
discos que escuchaba mi hermana mayor: Beatles, Mercedes Sosa, Elton John,
Miriam Makeba, CSNY... Una buena mezcla para la época.
Cierto, pero desde la perspectiva que dan los años, ¿de qué tema te
hubiera gustado haber sido el compositor si pudieses elegir?
De muchos, evidentemente. Tal vez
el principal sería todo el album The
Geese and the Ghost de Anthony Phillips; también los discos de Mark Isham
de los años 80 y, por supuesto, de algo como Tubular Bells u Ommadown;
y seguramente “The musical box” y bastantes cosas de UK y el Security de Peter Gabriel. Hoy en día me
alegraría con componer temas como los que escribe el gran kanunista turco
Göksel Baktagir,
Volviendo a los inicios en España, ¿por qué surge Amarok? Me explico,
¿era una necesidad tuya de exteriorizar, musicalmente, tus inquietudes?
Sin duda. Desde principios de los
80 no había vuelto a tocar en ningún grupo y ya llevaba varios años haciendo
música para mis propios audiovisuales de naturaleza y divulgación científica. Y
cuando escuché músicos como Enya, Mark Isham o Andreas Vollenweider pensé que
podía ser una buena idea montar un grupo, cantado pero a la vez con un un
fuerte componente de música instrumental, siguiendo un planteamiento más “New Age” (en el mejor sentido de la
palabra), que progresivo o popero.
¿Cómo ha sido la aceptación de Amarok por los seguidores del rock
progresivo de visión amplia a lo largo de vuestras distintas etapas?
Sin ninguna duda bastante buena
en general, y en muchos casos, sobre todo antes de Mujer Luna, incluso sorprendentemente alta, teniendo en cuenta que
ni yo mismo consideraba que Amarok era un grupo progresivo en aquel entonces.
¿Habría que diferenciar entre un público español y otro de fuera de
España? ¿Cuáles son tus sensaciones después de tantos años de carretera por el
mundo?
Creo que el aficionado al rock
progresivo suele ser apasionado y emocional, lo cual no quita que, a la vez,
sea bien racional y super crítico a la hora de analizar y valorar la música,
cosa que para mi es una combinación bastante buena. Y eso lo he visto yo tanto
aquí como fuera, con lo cual las diferencias que puedes encontrar son más
debidas al carácter y a la idiosincrasia con que la que la gente de diferentes
países expresa esa pasión. Eso sí, debo reconocer que sí que me sorprendió
gratamente la calidez y la entrega del público norteamericano.
Casi, casi os convertisteis en asiduos de la escena americana con las
actuaciones en los Baja Prog. ¿Por qué ese gusto por vosotros en tierras
americanas?
Creo que lo que expresaba Amarok
en los conciertos y el tipo de personas que éramos conectaba especialmente bien
con el público mexicano; ellos eran, y algunos lo siguen siendo todavía, como
nuestra media naranja je je je...
Al hilo de lo hablado de los Baja Prog en Mexicali, supongo que tendrás
alguna anécdota que contarnos con respecto a tu relación con Alfonso Vidales,
que me consta por experiencia personal es una afable persona.
Efectivamente Poncho es una
persona afable y tranquila, pero a la vez con una determinación a prueba de
bombas. Tenemos muchas anécdotas divertidas, y tal vez la mejor sea cuando colgó los recortes del períodico de la
actuación en el 2003 en los lavabos de un restaurant, y nos hizo ir a todos al
baño sin decirnos nada. ¡Menudo desmadre fue eso!
¿Qué pasó exactamente en la transición que hubo, después de un largo
silencio, hasta desembocar en unos nuevos Amarok?
Bueno, simplemente cada uno de
nosotros fue siguiendo otros caminos musicales y/o personales. Luego que llegó
un momento en que pensé que sería una buena idea hacer un nuevo disco, así que
me puse a componer y como lo que salió me pareció lo suficientemente digno,
había llegado la hora de desempolvar el grupo.
¿Sois conscientes, por lo menos así lo veo yo, que habéis evolucionado
hacia posturas más sinfónicas con este nuevo álbum, Hayat Yolanda?
Sin duda, aunque más que una
evolución, ha sido clara una voluntad de hacer un determinado tipo de música
con un determinado sonido, en este caso un sinfónico más clásico. Creo que la
palabra evolución sólo se puede aplicar con rigor al resto de la obra de
Amarok, o sea el camino recorrido desde Els
Nostres Petits Amics hasta Sol deMedianoche.
Por cierto, ¿por qué esta edición de vuestro último trabajo, bajo Azafrán
Media, en doble formato con un CD extra, que no es sino un documento
excepcional del grupo?
Bueno, porque ese CD extra, en
cierta medida, termina de contar la historia de Amarok entre Sol de Medianoche y su disolución; y no
menos importante, aunque un tanto vanidoso, por pegarme el gustazo de editar
algunos otros temas que consideraba de interés, aunque no tuvieran una impronta
muy amarokiana.
¿Cuál ha sido la aceptación de este vuestro último trabajo?
En general bastante buena a nivel
de crítica y lo que hemos logrado acceder de las redes sociales. Eso sí, aún no
tenemos una valoración definitiva del espinoso tema de las ventas del disco.
Si hacemos un paréntesis en la historia de Amarok, existe una rica
trayectoria personal y musical tuya, con la adquisición y aprendizaje de
instrumentos, digamos, exóticos y discos más cercanos al folclore oriental e,
incluso, la música infantil. ¿Qué nos puedes contar de todo esto?
La verdad que todo empezó con las
ganas de utilizar la mayor cantidad de instrumentos posibles por minuto de
música a partir del Gibra’ara, y que
se cristalizó poco después a partir de mi primer viaje a Estambúl. Fue una
especie de fiebre incontrolable, por decirlo de alguna manera. Y como una una
parte de este frenesí incluía la utilización de una buena cantidad de
instrumentos turcos y persas, se hizo
evidente el tránsito hacía estas apasionantes músicas. Y lo de los
espectáculos infantiles fue una bonita manera de explorar nuevos territorios
tremendamente enriquecedores y gratificantes.
Volviendo a Amarok, ¿para cuándo conciertos? ¿Cómo está la escena
actual para poder actuar en directo?
La verdad es que este nuevo
Amarok fue resucitado sólo para grabar el disco, aunque también con la idea de
que si se generaban las condicones adecuadas se podría considerar la
posibilidad de actuar en directo. De momento estas condiciones no se han dado,
pero nunca se sabe... Por otro lado, veo que la escena del progresivo en
directo no parece estar mal, y eso que no estoy
demasiado metido en el tema.
¿Planes futuros, Robert?
De momento me estoy intentando
formar, con el mayor rigor del que soy capaz a estas alturas, en el kanun turco. También voy tocando en pequeños locales con los proyectos en los que
participo como kanunista y percusionista. Y con Marta estamos reflotando
nuestro grupo de músicas mediterráneas Dafnia,
eso sí, en pequeño formato. Con eso tengo mi tiempo bastante y
satisfactoriamente ocupado. Y debo reconocer que, muy de vez en cuando, pienso
en como podría ser un nuevo disco de Amarok, aunque todavía no tengo ninguna
idea clara, pero cuando la tenga, quién sabe...
Por último, y como algo obligado en mis entrevistas, di lo que quieras
a mis lectores, muchos de los cuales, también me consta, son seguidores de
Amarok.
Decirles que espero les haya
gustado nuestro nuevo invento en el que, como siempre, hemos dado lo mejor de
nosotros mismos e intentado abrir, en alguna medida, nuevos cursos de
exploración. Y si además han tenido la paciecia de leerse toda la historia del grupo, que gracias a tí pudimos ir publicando, ¡¡mejor que mejor!! Creo, y ya
lo dije anteriormente, que los amantes del progresivo hacen que para nosotros
los músicos sea una suerte adicional dedicarse, aunque sea de vez en cuando, a
hacer esta música apasionante.
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