NUOVA ERA: IL PASSO
DEL SOLDATO (1995, PICK UP RECORDS)
Temas:
- All’ombra di un conflicto 6:42
- Lo spettro dell’agonia sul campo 7:28
- La parata dei simboli 3:00
- Il passo del soldado 12:13
- Armicrazia 7:40
- L’armistizio 4:00
- Riflesi di pace 2:51
- Epitafio 4:36
- Nuova Era atto secondo 4:50
Músicos:
Walter Pini: teclados
Claudio Guerrini: voz
Enrico Giordani: bajo
Gianluca Lavacchi: batería
Walter Pini formó Nuova Era en
1985, grabando su primer disco, L’Ultimo
Viaggio, en 1988. Al año siguiente, con una diferencia de tan sólo tres
meses, publicó Dopo L’Infinito, y en
1991 tenían preparado su tercer trabajo, pero problemas con su sello, Contempo
Records, impidieron la publicación de Io
e Il Tempo hasta septiembre de 1992. en 1993 el guitarrista y cantante
original, Alex Camaiti, deja el gruo, quedando reducidos a un trío formado por
el propio Pini, Enrico Giordani y Gianluca Lavacchi. Pronto encontraron un
vocalista eficaz en la figura de Claudio Guerrini, a la sazón editor del
fanzine progresivo Canto di Prog, y
al año siguiente grabaron lo que para mí, y sin menospreciar la gran calidad de
sus anteriores grabaciones, supuso su obra cumbre: este Il Passo del Soldato, un disco que se alimenta directamente de los
elementos que engrandecieron el género progresivo en los setenta.
El disco se abre con los pasos
marciales de “All’ombra di un conflicto”, con un inicio solemne con sonidos extraídos
de mellotrón, Hammond y analógicos expandiendo ese sonido rugoso y virtuoso
propio de, insisto, los setenta. Los fondos de ásperos Hammonds y apoyos de
Moog será constante en el resto de los temas, como en “Lo spettro dell’agonia
sul campo”, con una parte instrumental impresionante y con un final, a base de
fondos de mellotrón, grandioso. Tan sólo un tema instrumental aparece en este
concepto sobre la guerra, “La parata dei simboli”, donde el derroche de sonidos
analógicos retoma uno de los temas principales de la obra. Un piano clásico
dará inicio al mejor tema de esta grabación, “Il passo del soldado”, donde los
ritmos marciales van dando paso a los teclados en un ambiente grandilocuente
que se acentúa con percusiones orquestales y grandeza en la hermosura e
impecable voz del gran vocalista que es Claudio, que se verá doblado por su
misma voz filtrada, dando como resultado un recitativo fantasmal. El tema, de
más de doce minutos de duración, incluye complicados pasajes instrumentales,
donde el caos sónico parece anunciar un precipitado preparativo para la
batalla, para relajarse y fluir con elegancia armónica hasta el final, con un
logrado solo de Moog. “Armicrazia” recrea ambientes sobrecogedores con
endemoniados ritmos, cuyo clímax será un respiro romántico con una emocionada
voz, que prepara un final con una vertiginosa intervención de Pini.
“L’armistizio” es otra de las joyas, incluyendo órganos de iglesia, pianos muy
melódicos apoyados en mellotrones y una voz, de nuevo, exquisita. El final de
este álbum conceptual es el “Riflessi di pace”, un grandioso epílogo que resume
la obra con fragmentos de temas precedentes. El disco se cierra con “Nuova Era
atto secondo”, desligado del concepto, pero enorme en su ejecución.
Las letras de esta gran sorpresa
de mediados de los noventa, corren a cargo del hermano de Walter, Iván, que contribuyó
de manera notable a que ésta sea una obra imprescindible en el haber del
progresivo de pro.
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