Amarok nos invita a un viaje sonoro
fascinante donde el folk progresivo y las influencias de la world music se entrelazan en un diálogo
armónico. Desde los primeros compases, el disco despliega una riqueza
instrumental que combina flautas, mandolinas, percusiones étnicas y
sintetizadores, creando paisajes sonoros de una belleza hipnótica. Comparado
con referentes del género como Gryphon o The Incredible String Band, Amarok
opta por un enfoque más contemplativo y melódico para profundizar en la
creación de atmósferas mágicas y evocadoras.
En el contexto de su trayectoria,
este disco en su momento supuso un hito de madurez para Amarok, alcanzado tras
años de exploración musical. A diferencia de trabajos anteriores como Gibra’ara (2005), donde predominaba un
enfoque más experimental, aquí encontramos una cohesión y un propósito
narrativo claros. Las influencias celtas, mediterráneas y orientales no solo
conviven, sino que dialogan de manera natural, construyendo un lenguaje único
que confirma a Amarok como una de las propuestas más originales y sólidas del
panorama progresivo español.
Sol de Medianoche destaca por su capacidad para emocionar y conectar a nivel profundo con el oyente. Frente a bandas como Iona, Amarok presenta un álbum con una profundidad y una carga emocional que lo hacen inolvidable. Es una obra que trasciende géneros y épocas, celebrando la diversidad y la universalidad de la música como lenguaje sonoro único, donde lo ancestral y lo actual se encuentran en perfecta armonía.
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