sábado, diciembre 28, 2024

TRAFFIC (1968)


El segundo álbum de Traffic, homónimo y lanzado en 1968, es una obra de madurez que captura a la banda en un momento crucial de su evolución. Si Mr. Fantasy era una explosión juvenil de psicodelia, Traffic encuentra al grupo explorando un rango más amplio de sonidos, desde el soul introspectivo de “No time to live” hasta el contagioso optimismo de “Feelin’ alright?”. En un año plagado de experimentación musical, Traffic logra algo especial: un disco que, sin ser abiertamente radical, se siente profundamente innovador en su equilibrio entre la improvisación y el refinamiento preciso, recordando a los trabajos contemporáneos de Procol Harum y Jethro Tull, aunque Traffic logra un sonido distintivo que nunca parece derivado.

La dinámica interna del grupo es el corazón del álbum. Steve Winwood aporta su característico tono vocal y un virtuosismo que permea cada rincón de las canciones, mientras Chris Wood teje líneas de flauta y saxofón que otorgan al disco un aire pastoral. Dave Mason, con su enfoque más directo, añade contraste con composiciones como “You can all join In”. El álbum fluye con una cohesión que lo coloca junto a trabajos de la época que recuerdan el enfoque expansivo de bandas como The Band en Music from Big Pink o los momentos más pastorales de Cream en Wheels of Fire.

Traffic es, en muchos sentidos, un puente. Entre el pop psicodélico de su debut y la sofisticación del posterior John Barleycorn Must Die, este álbum muestra a la banda explorando la interacción entre el rock, el jazz y las raíces folk. Hay honestidad palpable en los temas, una sensación de que cada miembro está completamente entregado al momento. Es, en definitiva, un álbum que revela más matices con cada escucha y que captura de manera brillante el espíritu explorador de finales de los sesenta.

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