miércoles, febrero 05, 2025

STEVE HACKETT: WOLFLIGHT (2015)

En Wolflight, Steve Hackett nos invita a sumergirnos en un universo inexplorado donde la dualidad entre lo humano y lo salvaje se manifiesta a través de cada acorde y cada silencio. Desde una perspectiva que trasciende lo convencional, el álbum se erige como una meditación sonora sobre la conexión íntima entre el hombre y el lobo, ese animal enigmático que simboliza tanto la furia instintiva como la sabiduría ancestral. La inspiración surge de esas horas previas al amanecer, momentos en los que la penumbra invita a la reflexión y al despertar de impulsos primordiales, transformando la experiencia musical en un ritual de redescubrimiento personal.

Musicalmente, Wolflight es un crisol de influencias que rompe las barreras del rock progresivo tradicional. Hackett despliega una paleta sonora rica y variada, combinando con maestría guitarras eléctricas y acústicas, y sumándose a ello instrumentos de inspiración mundial como el oud, el tiple, o el duduk, que aportan texturas exóticas y un aire de misterio. Cada pista se siente como un viaje a través de paisajes sonoros distintos: desde los matices orientales y mediterráneos de “Corycian fire” hasta la delicadeza íntima de “Earthshine” y “Loving sea”. Esta diversidad instrumental no solo refuerza el carácter polifacético del álbum, sino que también destaca la constante búsqueda de Hackett por reinventarse sin perder la esencia que lo ha definido durante décadas.

El recorrido musical de Wolflight se convierte en una narrativa casi cinematográfica, en la que cada tema actúa como un capítulo de una historia mayor. La pista titular, por ejemplo, evoca la imagen poderosa del lobo aullando en la vastedad de la noche, mezclando pasajes épicos con momentos de íntima vulnerabilidad. De forma similar, “Love song to a vampire”, que cuenta con la última colaboración de Chris Squire con Hackett, transforma la oscuridad en una balada apasionada, en la que los contrastes de ritmo y la dinámica entre lo suave y lo explosivo logran crear una atmósfera cargada de emociones intensas. La habilidad de Steve Hackett para fusionar elementos aparentemente dispares en composiciones coherentes desemboca en una experiencia que, si bien es técnica y meticulosamente elaborada, también se siente profundamente humana y visceral.

Wolflight significa el testimonio del compromiso de Hackett con la exploración artística y la innovación sonora. Más allá de ser simplemente otro álbum en su prolífica discografía, este trabajo es un canto a la libertad y a la intimidad, donde la música se transforma en un espejo que refleja las facetas más primitivas y sinceras del alma. Entretejido con un virtuosismo técnico y una pasión que trasciende lo ordinario, Hackett convierte cada acorde en una invitación para celebrar la sublime elegancia del progreso musical junto a la intensidad cruda de nuestros instintos más primarios. Su obra se erige, de esta manera, como un puente encantado que convoca al oyente a descubrir la sinfonía que nace en la fusión de la razón con la fuerza indómita de lo salvaje.

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