No hay duda de que la letra ‘J’
es para Jethro Tull, una de las bandas más longevas de la historia del rock
progresivo, que se fundó en 1967 y que tuvo entre sus primeras formaciones al
que sería guitarrista de Black Sabbath, Tony Iommi. La banda siempre ha estado
dirigida por Ian Anderson (también productor de salmón y terrateniente
escocés), conocido por tocar la flauta travesera mientras está sobre una pierna
y que ha basado la música del grupo en una fuerte inspiración del blues.
Pero también es la letra de Jean Michel Jarre, el maestro sintetista francés que saltó al estrellato de los
teclados electrónicos y analógicos con su álbum de 1976, Oxygene, seguidos de
una legión de álbumes inolvidables en el género. También es conocido por los
macroconciertos donde ha llegado a reunir varios cientos de miles de personas
para apreciar sus espectáculos de música e imagen.
También es el espacio de Jane,
los alemanes con ese sonido floydiano tan clásico de parecidos a los también
alemanes Eloy, cuyo integrante Manfred Wieczorke sería posteriormente miembro
del grupo. O qué decir del teclista y violinista Eddie Jobson, un reputadísimo músico progresivo que tanto en
solitario como formando parte de Curved
Air, UK o los citados Jethro Tull, también estuvo en los ochenta en varios
conciertos (y un vídeo clip) de Yes. Hablando de Yes, también hay que citar a
un dúo de gran éxito, Jon and Vangelis, que pusieron banda sonora a ejercicios
progresivo melódicos en la primera mitad de los ochenta.
Hablando de reputados músicos nos
encontramos también con Jackson Heights, nacidos de las cenizas de los Nice con
Lee Jackson al frente, o David Jackson, el saxofonista de Van der Graaf
Generator, o los más actuales Jakko Jakszyk, un talentoso músico de la escuela Canterbury que se codea
con Fripp, Hugh Hopper o Dave Stewart, por nombra algunos y por no hablar de su participación con The
Tangent, o por qué no citar al sueco Björn Johansson, amigo y colaborador de un
mago de los teclados como es Pär Lindh.
No quiero terminar este pequeño
homenaje a dos figuras interesantes como son Jacula, el proyecto terrorífico de
Antonio Bartoccetti, Antonius Rex, o los chileno argentinos Jaivas, auténticos pioneros en el
mestizaje del folclore local con el rock sinfónico.
Más, muchos, se quedan en el tintero, como
es normal, pero esa es otra historia... vuestra historia.
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