David Goldblatt, pianista y
compositor americano, es una figura fascinante situada en el panorama del jazz rock y
fusión. Su carrera comenzó en el ámbito del jazz clásico, pero rápidamente
amplió su horizonte hacia la fusión de géneros, incorporando elementos del
funk, el soul y la música latina. Tras colaborar con artistas de renombre como
Gino Vannelli o Stanley Clarke, Goldblatt forjó un estilo propio que combina la
sofisticación armónica del jazz con la energía y vitalidad de otros ritmos
globales. Facing North, lanzado en
1996, es un testimonio vibrante de su capacidad para sintetizar estos lenguajes
musicales de manera única.
El álbum explora una variedad de
paisajes sonoros, desde piezas atmosféricas con líneas melódicas envolventes
hasta composiciones donde el funk se mezcla con armonías jazzísticas
intrincadas. Facing North demuestra
la habilidad de Goldblatt para trascender categorías. Su virtuosismo al piano
dialoga con secciones rítmicas robustas y arreglos sofisticados, mostrando
influencias que van desde Herbie Hancock y Chick Corea hasta bandas como
Weather Report. No es solo una obra de fusión en términos de estilo, sino
también un viaje emocional que evoca paisajes imaginarios.
Este trabajo reúne un elenco
excepcional de músicos que aportan su talento y experiencia a la riqueza sonora
del proyecto. En el bajo y voces destaca John Peña, mientras que las baterías y
percusiones están a cargo del peruano Alex Acuña (Weather Report, Herbie
Hancock) y William Kennedy (Yellowjackets), quienes imprimen un ritmo dinámico
y preciso. Las guitarras brillan con la participación de maestros como Larry
Carlton o Lee Ritenour, entre otros, aportando texturas y estilos diversos.
Luis Conte suma su pericia en la percusión y voces, enriqueciendo los matices
rítmicos. En los vientos, el saxofonista Steve Tavaglione (Rippingtons) añade
líneas melódicas cautivadoras, mientras que Judd Miller explora paisajes
sonoros con el sintetizador.
Más allá de su calidad técnica, Facing North destaca por su capacidad de conectar con el oyente a un nivel profundo. Es un álbum que invita a la reflexión y al descubrimiento, un ejemplo perfecto de cómo la fusión puede ser tanto cerebral como visceral. Para quienes aprecian la música que desafía las etiquetas y amplía los horizontes, este disco es una joya subestimada en la discografía de los años noventa. Exquisito.
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