viernes, enero 24, 2025

RYO OKUMOTO: COMING THROUGH (2002)

El cuarto álbum en solitario del japonés destaca como una obra que explora diversas facetas del rock progresivo y la fusión, revelando una dualidad entre virtuosismo instrumental y composición emotiva. Desde su apertura con "Godzilla vs. King Ghidarah”, un bombástico instrumental de tintes cinematográficos, queda claro que Okumoto no teme fusionar influencias clásicas y modernas. Sin embargo, esta diversidad también revela un desafío en la coherencia global del álbum, pues mientras temas como el extenso "Close enough" ofrecen una experiencia progresiva sublime con una narrativa épica y compleja, otros cortes, como "Highway roller," se perciben menos memorables debido a un enfoque más genérico.

El repertorio de colaboradores de Okumoto, como Neal Morse, Glenn Hughes y Steve Lukather, le otorga al álbum una riqueza técnica y variada. Esta variedad se siente especialmente en los matices vocales de "Coming through," una balada cargada de sensibilidad, y en el poderoso trabajo de Hammond y Mellotron en la citada "Close enough," donde la esencia del prog clásico resplandece. Sin embargo, algunos momentos pueden desconcertar a los puristas del género, con inclusiones que se inclinan más hacia el AOR y el rock melódico que hacia el progresivo puro.

En términos generales, el álbum funciona como una ventana hacia la libertad creativa de Okumoto, alejado del contexto de Spock's Beard. Temas como "The imperial," con su enfoque minimalista, destacan la capacidad del artista para transmitir belleza melódica. No obstante, el impacto de ciertas canciones se ve limitado por una producción que a veces prioriza el espectáculo técnico sobre la profundidad emocional, dejando una sensación de oportunidad perdida en algunos cortes menos desarrollados.

En conclusión, Coming Through refleja la multiplicidad de influencias y estilos que han marcado la carrera de Ryo Okumoto. Aunque no es una obra completamente homogénea, los momentos brillantes como "Close enough" y "Godzilla vs. King Ghidarah" lo convierten en un álbum digno de atención para los amantes del progresivo. Este trabajo no solo celebra la maestría instrumental de Okumoto, sino que también nos invita a reflexionar sobre la búsqueda artística de identidad en un mar de colaboraciones y estilos.

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