En las fronteras entre Francia y
Alemania, en la pintoresca ciudad de Colmar, surge Wlud en 1978, una banda
fugaz pero memorable del rock progresivo instrumental. Compuesta por Philippe
Wendling en teclados, Bernard Labroche en guitarra, Gigi Untersinger en bajo y
Gianni Drago en batería, este cuarteto fusionó su alta formación musical en un
sonido que evocaba tanto la sofisticación sinfónica como cierto dinamismo del
jazz-rock. El nombre de la banda, formado por las iniciales de los apellidos de
sus miembros, ya sugería la simbiosis creativa de este grupo que, aunque breve
en su trayectoria, dejó una huella perdurable en la escena progresiva con su
debut Carrycroch'.
Desde el inicio con
"Amazone", el álbum despliega un universo sonoro lleno de intrincadas
texturas melódicas. Las líneas de guitarra de Labroche fluyen con un lirismo
que en momentos llega a recordar a Camel, mientras que los excelentes teclados
de Wendling exploran paisajes etéreos y vibrantes. En "Carrycroch'",
tema homónimo y pieza central del álbum, la banda muestra su capacidad para
equilibrar la intensidad instrumental con una narrativa musical cautivadora. Las
influencias de Gentle Giant y Return to Forever se perciben en los dinámicos
diálogos entre la guitarra, el órgano y el piano eléctrico, mientras que la
base rítmica, aunque discreta, sostiene con solidez el andamiaje sonoro.
En "Holiday maker" y
"Remember song", Wlud despliega su habilidad para tejer momentos de tensión
melódica con pasajes de energía desbordante. Las improvisaciones jazzy y los
toques sinfónicos se entrelazan de manera fluida, creando una atmósfera que
transporta al oyente a un viaje sensorial. La elegancia de "Sweet bridge",
con sus casi diez minutos de duración, destaca por su complejidad estructural y
el virtuosismo de cada miembro.
Carrycroch' es un tributo a la persistencia del espíritu progresivo en tiempos difíciles para el género. Aunque no innova radicalmente, su capacidad para combinar elementos sinfónicos, jazz-rock y toques espaciales lo convierte en una joya digna de exploración. La poética instrumental de Wlud, sin palabras, pero llena de significado, invita a soñar con paisajes imaginarios y mundos lejanos. Este álbum es una celebración de la música como un lenguaje universal y una recomendación obligada para los amantes del progresivo más auténtico.
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