Manuel Göttsching, una figura
seminal en la música electrónica y el krautrock, es conocido por su influyente
trabajo como líder de Ash Ra Tempel y por sus producciones en solitario.
Göttsching comenzó en los años 70 explorando la psicodelia y el rock
experimental, para luego sumergirse en la música electrónica y el ambient. En
su vasta discografía, Göttsching demuestra una habilidad excepcional para
fusionar estructuras minimalistas con atmósferas profundamente emocionales, un
sello que también se refleja en su álbum Die
Mulde.
Lanzado décadas después de su debut, Die Mulde combina composiciones olvidadas de los años 90 con nuevas grabaciones realizadas específicamente para el proyecto. Este álbum, que lleva el nombre de un río en Alemania oriental, refleja un interés casi meditativo en el paisaje y el paso del tiempo. La pieza principal, "Die Mulde", destaca por su carácter hipnótico, donde arpegios suaves y capas sonoras complejas se entrelazan para evocar una sensación de viaje introspectivo. Podemos decir que el álbum se manifiesta como un puente entre su pasado experimental y su visión más madura del ambient. Más allá de las complejidades técnicas, el álbum invita a una experiencia sensorial, evocando imágenes de paisajes melancólicos y serenos.
En mi opinión, Die Mulde se presenta como un trabajo
que, aunque agradable en su escucha, carece de la intensidad experimental y la
frescura innovadora que caracterizaron los primeros años de Manuel Göttsching en
solitario o su legado con Ash Ra Tempel en los 70. Este disco se asemeja más a
la etapa de los Ashra de los 90, marcada por una inclinación hacia el ambient más técnico y pulido, alejándose
de las raíces de
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