lunes, noviembre 19, 2012

MYSTERY: THE WORLD IS A GAME



MYSTERY: THE WORLD IS A GAME (2012)

  1. Morning rise 1:18
  2. Pride 11:28
  3. Superstar 6:59
  4. The unwinding of time 0:49
  5. The world is a game 7: 57
  6. Dear someone 6:21
  7. Time goes by 6:04
  8. Another day 19:02

Benoit David: voz
Michel St-Père: guitarras acústicas y eléctricas, teclados
Antoin Fafard: bajo con y sin trastes, guitarra acústica
Nick D’Virgilio: batería
Marilène Provencher-Leduc: flauta

5/5

Obra maestra del progresivo actual en un formato que seducirá tanto a los seguidores de Rush como de Yes, como del rock progresivo de todos los tiempos, y que afianzará a Mystery como una de las bandas claves dentro del génro progresivo del siglo XXI.
Un rock progresivo fluido, lleno de belleza, melódico y con personalidad, ejecutado sin teatralidades superficiales, vacío de estereotipos, en el que el dominio de los instrumentos da una calidez y una calidad fuera de lo común. Un dominio técnico y pasional de las seis cuerdas que va más allá de los estándares progresivos de bandas carentes de sentimiento. Voces celestiales, llenas de fuerza y misterio, que envuelven una música llena de matices y colores que engrandecen un género al que le hacía falta un grupo como Mystery, para asentar definitivamente las bases de un rock progresivo de calidad, que resumiera el pasado con el presente, para configurar un futuro lleno de promesas serias y de continuidad. Y no es para menos, dada la trayectoria de un grupo trabajador e incansable con treinta años de carretera a las espaldas de su líder: Michel St-Pere, un gurú del progresivo de todos los tiempos.
Si a esto le añadimos un corazón rítmico fuera de lo normal, nos encontramos un disco redondo del que no puedo destacar nada por encima de todo. Un trabajo con el que he  disfrutado como hacía años que no lo hacía. Un clásico del futuro, que será recordado por todos nosotros durante mucho, mucho tiempo. 
El seguimiento a una banda ya no es una cuestión de fe, que también, sino una cuestión de su honradez musical y mucho trabajo, que brota desde dentro de los músicos como una sangre nueva y revitalizante, que refresca el género hasta límites insospechados.
Puedo aseguraros que esto no es pasión personal, tan sólo os pido una hora de vuestra vida para que, al escuchar este disco, me podáis dar la razón. Una hora para un trabajo eterno.



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