FLICKER: HOW MUCH ARE YOU WILLING TO FORGET? (2013,
Autoproducido)
- Out there
- My empty head
- Counting time
- Breathless
- Intro
- Go
- Falling down
- Is this real life
- Every where face
Ellis Mordecai: voz, teclados y
guitarras
Andrew Day: guitarras
Peter Coussens: bajo
Vaughan Abrey: batería
Músicos invitados:
Jonathan Burt Hill y Tanah
Stevens: cuerdas
5/5
En la nueva esperanza del rock
progresivo hay que situar a un grupo que publica, como debut, un disco que
desde la primera escucha, cosa harto difícil, se puede categorizar
inexcusablemente como una obra maestra.
Se les ha dado en denominar como nuevo progresivo de sorprendente calidad, pero la verdad es que la
etiqueta se queda corta. Estamos ante una música de corte clásico, desde una
perspectiva contemporánea, lo cual significa que este es un artefacto que hay
que tener en consideración hasta el final de los tiempos. Este trabajo es la
realidad plausible de que el que trabaja con sentimiento e ideas tiene un éxito
asegurado. Y Flicker es todo esto y muchísimo más. Flicker muestran una
inteligencia y una clase fuera de lo común puesto que, al margen de grandes
alardes, saben dar en la diana con una música atemporal, de subyugante belleza
y que tiene como premisa la exposición de ideas desde una perspectiva fresca,
clara y definitiva.
En ejercicios de melancolía progresiva,
el grupo, que consiguió con esfuerzo el dinero suficiente para editar esta joya plateada, desgrana auténticos himnos desde una perspectiva melódica de parangón
inigualable. Muchos maestros clásicos querrían estar en su piel, puesto que el
grupo sólo regala lo que sabe hacer: honestidad musical. Honestidad con ellos
mismos y con el público. Y trabajo, mucho trabajo, puesto que los temas, todos
ellos sin excepción, están construidos desde la dedicación y un profundo amor
expositivo. Si este álbum se hubiera publicado en los setenta estaríamos ante
una obra clásica sin ningún tipo de duda. Quizá entonces hubieran sido ignorados por adelantados. Tal es su calidad.
La sencillez que desgranan cada
uno de los temas aquí recibidos no es, en absoluto, efímera, puesto que cada
uno de ellos se convierte en canto emocional y emocionante. Exquisitos
desarrollos instrumentales surcan los segundos de esta obra que, sin necesidad
de autoconvicción, llegan directamente al corazón y a la mente. Sin duda que
estamos ante una obra que dará mucho que hablar. Espero que no sólo en los
circuitos independientes, en los que se mueven con soltura, sino en los
senderos de la música mundial, en el altar del Arte con mayúsculas.
Delicadamente, el grupo, nos
ofrece, nos regala, una colección de temas cuidadosamente compuestos en los que
se nos recrean ambientes de un rock progresivo inteligente que es
capaz de utilizar sus capacidades vocales, con un tratamiento lánguido y
floydiano, pero perfectamente sincopados con estructuras instrumentales que
forman un conjunto inseparable de emociones, gracias a colchones de guitarras y
sintetizadores vibrantes y agradablemente armónicos. Estamos a la altura de un
Steven Wilson en estado de gracia y cuyo testigo, Flicker sabe recoger para
desarrollar nuevas posturas progresivas de inquietante calidad.
Ensoñación al servicio de la
música, emotividad a flor de piel, mensajes sinceros a la parroquia progresiva,
instrumentación y vocalización perfectas, himnos inolvidables e imperecederos, sentimiento
por todas partes… Sin duda estamos ante un disco que con el tiempo será uno de
los clásicos progresivos de cualquier discoteca que se precie. Flicker es la
auténtica esperanza del rock progresivo mundial de todos los tiempos. Nuestra
suerte es ser sus coetáneos.
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