viernes, mayo 10, 2013

EL NUEVO PROGRESIVO DEL FUTURO. ANTOINE FAFARD: OCCLTUS TRAMITIS



Antoine Fafard: Occultus Tramitis

País: Canadá
Género: jazz rock, fusión instrumental
Sello: Unicorn Digital
Fecha de publicación: 15 de mayo de 2013 (descarga digital), 1 de junio de 2013 (físico)

Temas:
  1. Peace for 4
  2. The chamber
  3. 13 good rehaznos
  4. Sum of six
  5. Holding back time
  6. Fur & axes
  7. Funkevil
  8. Tree O
  9. Slydian
  10. Methamorphosis
  11. Prelude No. 2 in C minor

Formación:
Antoine Fafard: bajo
Músicos invitados:
Sylvain Bolduc: bajo
Terry Bozzio (Jeff Beck, Frank Zappa, Missing Persons): batería en 5
Emmanuelle Caplette: batería en 8
Magella Cormier: batería en 9 y 10
Jerry de Viliers Jr.: guitarra en 4 y 5
Jerry Goodman (Mahavishnu Orchestra): violin 3, 4, 5, 6, 7 y 10
Gavin Harrison (Porcupine Tree, King Crimson): batería en 1
George Hayes: guitarra
Scott Henderson (Tribal Tech): guitarra en 2
Denis Labrosse: bajo
Martin Maheux: batería
Simon Phillips (Jeff Beck, Toto): batería en 3
Chad Wackerman (Allan Holdsworth, Frank Zappa, Steven Wilson): batería en 4 y 6
Dave Weckl (Chick Corea, Mike Stern): batería en 2
Jean-Pierre Zanella: saxofón 3 y 4

Segundo trabajo, tras Solus Operandi (2011), de este compositor y bajista, Antoine Fafard,  que proviene de los también canadienses Space Out con los que grabó cinco álbumes entre 2000 y 2008, y que nos presenta un álbum de once temas acompañado de todo un elenco de artistas que engrandece este disco lleno de jazz rock y fusión por todos los lados.
Amante de la guitarra clásica, instrumento que tocó, que sigue tocando, en años anteriores, descubrió el encanto del bajo y en 2010 hizo que Martin Petersen, un lutier londinense, le fabricara un exclusivo instrumento de seis cuerdas y sin trastes. Este músico se revela como un auténtico maestro en el uso de las seis cuerdas, en un estilo que puede llegarnos a recordar al gran Jaco Pastorius, y desarrolla un conjunto completo que rinde cuentas a un jazz rock de alta escuela, tanto por técnica como por música, en el que la fusión progresiva, inherente en su forma de composición, hace que el tributo sea constante a bandas de alto calibre como a la Mahavishnu Orchestra por un lado como a Miles Davis por otro.
En este disco instrumental, como no podía ni debía de ser de otra forma, el sentimiento está a flor de piel. Un sentimiento que se nos desvela desde el principio, tanto en las formas melódicas, fuertemente sustentadas por el violín de un Goodman en plena forma, como por esa técnica que el propio músico depura en una constante progresión de ritmos y estructuras formales. Pero existe otro sentimiento fuertemente arraigado en esta música y es el puramente rítmico, para el cual se ha rodeado de unos músicos percusivos de altísimo nivel que dominan un amplio rango de técnicas. El resultado es espectacular, tanto en la forma como en el fondo, con un rock fusionado que rinde constante tributo a la música, una música de calidad, una música con mayúsculas, en la que la técnica se rinde a la pasión.
En definitiva, un esfuerzo que caracteriza a un género de grandísima tradición en la que el artista, bien rodeado de los mejores de la escena actual, se desenvuelve con endiablada soltura. Evidentemente este es un trabajo que poco tiene que ver con el rock progresivo (su sonido general está muy bien definido desde el principio), pero que no desagradará a sus seguidores más amplios de miras, por tradición, por calidad y por alma. Y si no, ¿quién de vosotros no ha gozado con UK, cuya herencia musical proviene en gran medida del jazz rock, o de un Bruford, como grupo, enamorado de un estilo musical imperecedero y tan intenso? Ejemplos hay muchos y su hermanamiento es, pues, más que evidente.
Un trabajo original, sin parangón y eterno.

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